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Lo sostenible

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Lo sostenible está de moda. Pero no me estoy refiriendo a las prótesis siliconadas de alguna famosa de turno. Yo hablo del adjetivo, de uso muy común en ambientes políticos, tertulianos y económicos. Es un término muy hortera, pero no tanto como su mellizo. Y es que sostenible tiene un hermano que se llama solidario.

Sostenible y solidario son los protagonistas de las fiestas progres. Si usted conoce a alguien o a algo que se pueda resumir con estos dos calificativos, no lo dude, llévelo a la reunión. Le presento a mi primo. Vive en casa de sus padres desde que nació. Y ahora tiene 47 años. Pero no, por favor, no ponga esa cara, se trata de una persona muy solidaria que busca un desarrollo social sostenible. Vive del subsidio pero no pasa una Navidad sin que ayude en esa ONG tan famosa, sí, esa que apadrina niños. Una vez estuvo en Kenia, vino un poco pachucho, algo de la tse-tse, pero cuando despertó nos contó lo majos que eran los pequeños apadrinados. Lástima que todos tuvieran entre manos esos kalasnikov tan amenazadores. Estos fabricantes de armas de EEUU no saben que hacer por desarrollar su mercado.

Sostenible es aplicable a varios sustantivos, y estas parejas hacen compañía a dúos famosos como ‘mar salada’, ‘cielo azul’ y ‘capitalista pirata’. Si buscamos en los medios podremos encontrar ‘economía sostenible’, ‘turismo sostenible’, ‘industria sostenible’ e incluso ‘políticos (in)sostenibles’. Pero la pareja más famosa, la que más sube en la lista de éxitos es DESARROLLO SOSTENIBLE. Así, en mayúsculas, que se lo merece.

Desarrollo sostenible. Suena bien. El asunto es el siguiente: hasta ahora el desarrollo económico del ser humano ha sido desordenado y nocivo. El equilibrio ecológico del planeta está en peligro y hay pruebas evidentes de que se avecina alguna catástrofe de carácter apocalíptico. De no hacer nada, se desencadenará el equivalente a los Cuatro Jinetes bíblicos y, bueno, vaya usted a saber que cataclismo nos guarda. Los (anticuados pero fiables) programas de simulación informática de la ONU así lo atestiguan. De esta manera y reunidos los padres fundadores en Johannesburgo, del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, se ha (re)llegado al convencimiento de que es el DESARROLLO SOSTENIBLE la única forma de evitar el fin de los tiempos.

Miren ustedes, a mí lo del desarrollo sostenible siempre me ha olido a chamusquina. Y no es que las intenciones sean malas. Todos queremos la felicidad del prójimo, la salud del vecino, el aire limpio y la paz en el mundo. A mí lo que me mosquea son las formas, cuyas consecuencias a posteriori, son a menudo más perjudiciales que los males que nos aquejan. Porque matar moscas a cañonazos es posible pero va mal para el mobiliario del hogar y, de paso, para el bolsillo.

Una pregunta estúpida: ¿por qué casi todas las medidas encaminadas a conseguir un desarrollo sostenible necesitan tanto dinero público, esto es, impuestos, esto es, una nueva parte de nuestras nóminas?


Primer ejemplo indicativo: energías renovables

Medios escritos y no escritos nos bombardean con las excelencias de este tipo de energías y ponen a la industria del petróleo o a las eléctricas (antiguos monopolios públicos) como los verdaderos culpables de que no tiren para adelante. Greenpeace dixit. Ya manifesté en otro artículo lo que nos cuestan estas energías, pero aún reconociendo que el mayor uso abarate el precio, no creo que lleguen a niveles de rentabilidad en muchos años, y menos si siguen subvencionadas.

Pero supongamos que Endesa y compañía deciden adoptarlas aquí en España, ya que así lo pretende la UE. Como generar un kilovatio es más caro que con métodos tradicionales, en un mercado más o menos libre, subiría el precio del la factura mensual. Sin embargo, en España el precio máximo del kilovatio lo pone el Gobierno (vamos, liberalismo total y absoluto). Resultado: pagamos menos de lo debido y las empresas se quejan. Solución: se les suelta pasta periódicamente, a cuenta del llamado ‘déficit tarifario’, pasta que, efectivamente, viene de los impuestos de todos los españoles. Ejercicio de adivinación: ¿cuánto creen que subiría este canon/chantaje si se adoptan estas sostenibles energías? Sostenibles para todos menos para las nóminas de los curritos. Alternativa: si alguien quiere energía alternativa, que se la pague y que dejen mi dinero en paz. A lo mejor hasta me animo y me instalo una molinillo en la terraza.


Segundo ejemplo indicativo. Las subvenciones encaminadas a mantener un desarrollo sostenible

Ustedes saben cuántos son los agricultores que viven de las subvenciones. Si por hacerlo, lo hace hasta la Duquesa de Alba. Ahora te dan dinero por desarrollar agricultura ecológica, que es eso de no echar fitosanitarios o abonos químicos y venderte esmirriadas zanahorias a precio de oro, que antes no se comía ni el ganado, llenas de bichos. Y la gente se va tan contenta a casa con su apio picado de gusanitos. Complemento proteico.

También está de moda el abandonar las tierras de cultivo y reforestarlas. Por supuesto a cambio de su correspondiente subvención. Y como los funcionarios no descansan, porque nunca están cansados (que me perdone esta maldad aquel funcionario que se considere trabajador), eso de comprobar que la reforestación es la adecuada se queda para más tarde. Coge el dinero y corre.

En definitiva, que las empresas intermediarias (que surgen como hongos) lo único que hacen es sacar un porcentaje de la ayuda pública y poco más, mientras que el agricultor recibe lo que no es suyo. Bonito mercado el medioambiental que por lo visto no produce ninguna transformación ni ningún bien añadido. Sólo reparte el dinero del contribuyente.

Y no olvidemos la necesidad imperante de los ayuntamientos y comunidades de conseguir suelo. Y como el suelo público es un bien común, nadie debe tener más montes de los necesarios, que luego los esquilman y erosionan hasta hacerlo llanos edificables. Así que a comprar o expropiar. Que ya se sabe que tirar con pólvora de rey sale gratis.

Podríamos comparar el caso de los cotos de caza públicos y los privados. En los primeros si quieres cazar algo a cuatro patas, tienes que disparar a tu perro. En los segundos, pues algo se encuentra que para eso se cuidan. Pero ojo con denunciar todo esto, que te estás cargando la vida de un gran sector de la población. Algunas veces parece que en Occidente las personas que trabajan en el esencial sector primario alcanzan algo así como un 80%.


Tercer ejemplo indicativo. Los impuestos a las actividades de las empresas

Y voy a poner un ejemplo que me cae cerca y me parece especialmente lacerante. La ecotasa en las Islas Baleares. Pongamos al lector en conocimiento de la perpetración. Islas Baleares, 1999. Elecciones al parlamento autónomo. Algo así como regionales, para los lectores que no son de España. Gana el PP, derecha (que me perdonen los centristas), pero se crea una coalición de Gobierno con una mezcla de nacionalistas (de derechas), ecologistas (de izquierdas), comunistas (evidente) y socialistas (aquí no me pronuncio que no sé por donde agarrarlo) y consiguen la mitad más uno de diputados autonómicos.

En cuanto a la economía y el medio ambiente decidieron que esto no puede seguir así. Que el territorio estaba degradado por la acción del turismo desordenado y las constructoras piratas y que había que poner orden. Necesitaban dinero para desarrollar actuaciones sostenibles. No sé si a alguien se le paso por la cabeza que se podía desviar el dinero de otras partidas presupuestarias y tomar las medidas oportunas. Pero si fue así, se lo calló. Así que, ¿qué es lo que más degrada y que en la práctica es la única fuente real de ingresos en las Islas? ¿Qué ha sido lo que ha puesto a los habitantes de Baleares en uno de los primeros puestos de ingresos per capita? En definitiva, ¿qué da pasta? El turismo. Pues al ataque. Ecotasa que te crió.

Claro que no podía ser una tasa normal. Este despropósito pretende lo siguiente:

  • Mejorar la calidad de las Baleares como destino turístico, cuidando la naturaleza y el patrimonio de la isla.
  • Implicar a los turistas en la recuperación, mejora y conservación del patrimonio.
  • Aumento de la competitividad del sector turístico; ya que la industria turística resulta beneficiada de la recuperación de los recursos y eso a la larga mejorará el producto.
¿Alguien ha explicado qué relación hay entre la mejora, el objetivo, y la tasa, el medio? ¿No pueden obtener lo mismo con diferentes métodos? Quieren mejorar el destino turístico y lo hacen asaltando a la fuente del dinero, a la gallina de los huevos de oro, a los turistas, les guste o no. Esta ecotasa, que consiste en el pago de un canon diario por persona alojada en los hoteles y campings, (aunque no en las pensiones u hostales; aquí debe estar la mano de los comunistas y su lucha de clases), pretende hacer más competitivo el sector. Extraños tiempos corren.

Pues señores, quiten impuestos, que de esa manera podrán abaratar precios; creen leyes más estrictas para evitar un desbarajuste inmobiliario y un daño medioambiental y no dejen de recordar que los que venden el suelo a las constructoras son los ayuntamientos, es decir una parte de la administración, es decir el Estado.

No me extraña que en este verano de 2002, primero de aplicación de la ecotasa, los alemanes hayan desviado sus destinos hacia lugares más baratos como Bulgaria o Croacia. Un euro al día no es mucho, pero fastidia a la mayoría. Pero es que además grava una actividad como la turística de forma doble ya que hay que pagar el IVA y la ecotasa. Ahora si quieren reírse de verdad les diré a que parte de los 10.000 o 15.000 millones de pesetas que reunirán anualmente irán a revitalizar la agricultura como actividad rentable económicamente. Con el sector primario hemos topado, amigo Sancho. Se ve que tienen pocas subvenciones.


Triste conclusión

Un vistazo rápido al Diccionario de la RAE. Desarrollar: progresar, crecer económica, social, cultural o políticamente las sociedades humanas. Sostenible, de sostener: sustentar, mantener firme una cosa. Podría ser progreso humano que se sustenta firme pero la tercera entrada del diccionario para sostener es sufrir, tolerar; ¿no será el verdadero significado de sostenible? Progreso humano que se sufre y tolera.

Es el imperio de la ley y su estricto cumplimiento lo que de verdad va a permitir un desarrollo adecuado y no ciertas ideas fiscales de bombero (con todo mi respeto). El cuidado del medio ambiente tiene que estar en manos de personas que usen criterios científicos y no en grupos más o menos políticos que los manipulen, léase ecologistas o populistas de izquierdas y derechas, que hay y muchos.

Si el medio ambiente está enfermo, y no dudo que sea así en algunos casos, ¿no sería más adecuado introducir la iniciativa privada, creando un verdadero mercado que no utilice dinero público? Unas pistas de por donde podrían ir los tiros. Primero. Una empresa turística podría invertir en la recuperación de una zona degradada para de esta manera conseguir más turistas. Y en esta operación no tiene porque haber dinero público. Es evidente que no es una operación que dé beneficio instantáneo, pero tampoco lo son muchas operaciones financieras. Segundo. Que sean las aseguradoras las que, para salvaguardar su fuente de ingresos, se encarguen de impedir los incendios en los montes asegurados mediante un contrato, de nuevo no parece ningún dinero público de por medio. Tercero. De siempre ha habido montes privados y su explotación no ha sido ni mejor ni peor que la de los públicos. Dependía de los gestores. Pues privaticemos y pidamos responsabilidad legal y ética. Incluso en Parques Nacionales o Naturales, y por tanto públicos, pueden ser los gestores privados los que las administren, en un modelo parecido a los hospitales públicos de gestión privada. Cuarto. El mecenazgo dirigido hacia el entorno y la conservación de lo natural, en vez del arte.

Pero para todo esto no es necesaria la sostenibilidad, entendida como la intervención estatal en las actividades económicas. Sólo es necesario el mercado y la ley.