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26 de Enero de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Nunca son suficientes


¿Recuerdan este argumento de David Iwasaki para justificar la intervención pública, tras el artículo de Gabriel Calzada?:

Las donaciones privadas son necesarias y buenas en tanto ejercicio libre de la solidaridad. Pero hay ocasiones en que el resultado no es suficiente. Una emergencia suficientemente publicitada obtiene, por fortuna, una respuesta a la altura. Miles de necesidades urgentes que nacen, sin ir más lejos, el mismo día que un maremoto arrasa varios países, no tienen respuesta alguna. No hay una atención equilibrada a las situaciones que precisan de ayuda en todo el mundo si todo se fía a la solidaridad puntual: los fondos estatales que se destinan a emergencias desempeñan un papel irreemplazable.

Y más adelante, en la anotación de José Carlos: La solidaridad a iniciativa de los propios ciudadanos tendría que ser mucho mayor para que el dinero público perdiera sentido y las organizaciones humanitarias privadas pudieran funcionar por su cuenta y con la capacidad que se les demanda.

Ciertamente, la ficción estatal reprime en muchos casos la caridad de las personas. Sólo cuando los gobiernos reconocieron su insuficiencia para ayudar en Asia, la gente decidió "poner de su parte". Los problemas que no reciben atención mediática, y en los que la caridad sería muy necesaria, son precisamente aquellos donde el Estado tiene una mayor presencia: subsidio de paro, sanidad pública, becas, etc.

Es necesario reconocer la insuficiencia estatal y admitir que todas las personas que reciben esas prestaciones del Estado están siendo mal atendidas. Hay pobres porque ésa es una competencia del Estado (la famosa lucha contra la pobreza y el hambre) y éste no reconoce su incapacidad para subsanarla. Y es que, cuando un Estado reconozca que ni es capaz de conseguir un trato más igualitario para la gente, ni puede crear riqueza, la justificación de su intervención desaparecerá.

La ayuda pública no nace de la insolidaridad de la gente, sino de las ansias intervencionistas y dirigistas del gobierno. Se crea así la ilusión de la atención pública y la gente se desentiende. Así, no son infrecuentes las ocasiones en que determinadas prestaciones no cubiertas por la seguridad social (por ejemplo operaciones en el extranjero) aparecen en TV para sufragar sus costes. El punto determinante, por tanto, es acabar con esa ficción llamada Estado que asegura estar ocupándose de todo y disuade a la gente de redoblar esfuerzos.

Pues bien, repito la pregunta inicial, ¿son suficientes los fondos privados? Según David Iwasaki no, sin embargo, Cruz Roja no parece opinar lo mismo: Ya tenemos bastantes fondos para planificar nuestra respuesta y cumplir los programas de los próximos diez años. Hasta el punto de que ha interrumpido su campaña para seguir captando fondos (seguiendo la estela de Médicos de Fronteras).

La caridad privada, a diferencia de la pública, sí ha sido suficiente. Pero cuidado, sólo lo ha sido (y éste es el punto clave) cuando los Estados reconocieron su insuficiencia e incapacidad, esto es, cuando el mito del buen intervencionismo llegó a su fin.

Comentarios

 
Y aunque no fuera suficiente la caridad privada, habría que concluir que así es la vida por hoy, aceptar que no siempre hay ayuda para todos. No creo que daré un peso por el próximo tsunami, como no lo dí esta vez (preferí gastar en otras cosas). No quiero ni enterarme del próximo.

Y si yo fuera la víctima de un tsunami, objetivamente, mal podría pretender que todo el mundo gaste su plata en mí y en los otros caídos en desgracia. Si alguien ayuda voluntariamente, fantástico, pero el infortunio sería mi problema y si no hay ayuda pues mala suerte; no puedo exigirla.

Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:03 (1)
todo un tema, creo que la ayuda pública se justifica sólo en pocos casos muy extremos y por muy pocos días, hasta que llegue la privada
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:13 (2)
Lo de cruz roja y los 930 millones de euros tendrían que hacer persar a más de uno.
Significativos son los 11 millones de euros donados por Antena 3 (recogidos mediantes SMS), sobre todo si los ponemos al lado de los 5 millones de euros iniciales del gobierno del "talante" aunque luego se aumento pero con trampa (no eran donaciones eran créditos; que morro!!).

Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:13 (3)
Ahora, como cualquier víctima del tsunami, considero normal aceptar la ayuda venga de donde venga, algo muy diferente a solicitar que el Estado se ocupe de solucionar los daños materiales y físicos de los tsunamis en el futuro.

El estado de bienestar es un abuso más obvio.
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:15 (4)
Luisf:
«todo un tema, creo que la ayuda pública se justifica sólo en pocos casos muy extremos y por muy pocos días, hasta que llegue la privada.»

Lo injustificable es que el estado gaste en esos casos la plata que no le pertenece.
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:21 (5)
Lo que a mí me parece inaceptable es el fondo del asunto: el Estado, practicando su caridad, obliga a hacerla les guste o no a los ciudadanos que con sus impuestos lo sostienen.

Ni la solidaridad, ni la caridad, ni la fraternidad pueden inducirse de forma coercitiva por el Estado ni por ningún otro ente político, social o religioso. Tienen que ser resultado del ejercicio de la libertad individual, cuestiones de conciencia. En este sentido, es respetable la actitud de tranquilocomp; tanto como la de quien sí haya donado dinero o esfuerzo personal a los damnificados de ese desastre.

Se me podrá obligar a no ser 'malo' en mis relaciones con los demás en tanto ello implique causarles daño. De ninguna manera a ser 'bueno'. Insisto en ello: lo seré o no según mi conciencia.
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 20:57 (6)
Moltisarra:

Ese punto creo que nos pone a todos de acuerdo. Pero el enfoque Rallo es excelente: sólo en ausencia de, podemos juzgar Estado vs. mercado. Con crowding out, toda comparación es injusta. Y por ese lado nos bloquean a veces en el debate.
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 22:52 (7)
Eso de "así es la vida" podría ser, cómo no, una alternativa. Pero que podamos optar por ese camino con toda la tranquilidad del mundo no evita que me quede perplejo ante la sugerencia. Veo muchas críticas al Estado, pero pocas ideas sobre cómo financiar las necesidades básicas de los afectados en el momento inmediatamente posterior a una catástrofe natural cuando ésta se produce en un país subdesarrollado.

Que las donaciones privadas sean suficientes para la Cruz Roja en el caso del tsunami no quiere decir que los fondos requeridos para mantener otras operaciones de ayuda en otros tantos puntos del planeta estén ya disponibles. Al contrario, la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias seguirán necesitando financiación, y aun así sus esfuerzos no alcanzan a cubrir unos mínimos que todos se marcan como objetivo.
Enviado por el día 26 de Enero de 2005 a las 23:05 (8)
Si la intervención del estado es necesaria para asegurar la solidaridad ¿por qué no nacionalizar también la compasión y decretar hacia quien y cuanta lástima he de sentir?
Y si la solidaridad es algo tan importante ¿por qué dejarla exclusivamente en manos de uno solo en lugar de en manos de cada uno? Podría aceptar que sean otros los que decidan por mí cuando de cuestiones banales se trata (pierdo autonomía en cuestiones sin importancia pero gano tiempo libre) pero si considero un asunto auténticamente importante, exijo decidir yo mismo precisamente para evitar el error.
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 00:28 (9)
Iwasaki,
«Eso de "así es la vida" [tranquilocomp] podría ser, cómo no, una alternativa. Pero que podamos optar por ese camino con toda la tranquilidad del mundo no evita que me quede perplejo ante la sugerencia.»

Bueno, no con toda la tranquilidad del mundo.
Pero el estado está ansioso, incluso feliz de actuar como el gran salvador y los votantes siguen buscando líderes que les agarren las manos con cariño y les aseguren nuevamente que todo va a estar bien. Los votantes generalmente actúan como si fueran víctimas del tsunami, a propósito. Generalmente gana la votación el de las promesas izquierdistas.

Los políticos actúan como gente tranquilizadora, por cierto, reasegurando a lo mero macho a sus suplicantes, los votantes, que todo estará bien: simplemente hay que pagar los impuestos puntualmente, cumplir con todas las reglas y aceptar las decisiones que tome el estado de turno por cada uno y ellos a cambio incluso arreglarán los desastres naturales de los extranjeros.
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 04:27 (10)
Eso de "así es la vida" podría ser, cómo no, una alternativa

Podría serlo; suele serlo, de hecho, en el caso de la (fallida) intervención estatal.

Veo muchas críticas al Estado, pero pocas ideas sobre cómo financiar las necesidades básicas de los afectados en el momento inmediatamente posterior a una catástrofe natural cuando ésta se produce en un país subdesarrollado

No veo por qué las ayudas no son capaces de llegar inmediatamente, incluso con más celeridad que en el caso del Estado (trámites burocráticos, politiqueo absurdo...) Insisto, los posibles retrasos en la colaboración ciudadana se debieron al efecto comprensible de esperar la directriz política. ¿Debemos ayudar? ¿Es necesario que ayudemos?

Que las donaciones privadas sean suficientes para la Cruz Roja en el caso del tsunami no quiere decir que los fondos requeridos para mantener otras operaciones de ayuda en otros tantos puntos del planeta estén ya disponibles.

Claro que no, eso es precisamente lo que critico en el artículo. ¿Quién se ha arrogado la competencia para terminar la pobreza en el mundo? ¿La ONU y la trío de Ipanema tal vez? Es su cometido, si los gobiernos son omnipotentes, disponen de "toda la riqueza nacional", ¿para qué va a ayudar un simple mortal? La caridad privada hoy se concibe como subsidiaria; y si tenemos en cuenta la mitificación de la ayuda pública, como subsidiaria y poco relevante.

Un saludo
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 14:56 (11)
Hummm,una vez lei un articulo sobre las catastrofes y la quejas que se hacian porque los materiales de construccion eran mas caro en las zonas de desastre, veamos si me acuerdo ,si la mercaderia es mas cara en los lugares de catastrofe es por que de esa manera el mercado hace que los fabricantes prefieran mandar sus mercaderias a esa zona y la gente que no vive en esas zonas posponen sus gastos para cuando todo se normalice...
Como siempre el mercado libre compensa todo...
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 19:08 (12)
Stones21,
Este artículo se refiere a eso precisamente:

http://www.liberalismo.org/articulo/217/12/
«El papel de las ganancias», por Walter Williams
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 20:05 (13)
Tranquilocomp, estás en todas, no te pierdes un debate.
Enviado por el día 27 de Enero de 2005 a las 22:22 (14)
Todavía no soy seneca.
Enviado por el día 28 de Enero de 2005 a las 00:50 (15)
;)
Enviado por el día 28 de Enero de 2005 a las 00:52 (16)
Era ese el articulo que lei,me quedo con las ultimas palabras :"En mercados libres y abiertos, las ganancias deben ser exaltadas, no tratadas con desprecio como los charlatanes políticos y de la economía quieren que hagamos."...
Tante grazie.
Enviado por el día 28 de Enero de 2005 a las 14:19 (17)
Pues qué emoción por la coincidencia, stones21, ya que ese artículo lo traduje yo.
Saludos.
Enviado por el día 28 de Enero de 2005 a las 14:23 (18)

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