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25 de Marzo de 2005

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Jones, Chuck Jones

Es triste decirlo pero las generaciones presentes nunca sabrán lo que verdaderamente significa "¡temporada de patos!, ¡temporada de conejos!, ¡temporada de patos!, ¡temporada de conejos!". Hoy es Viernes Santo y no me da la gana de escribir sobre política. Que descanse, se lo tiene merecido, así que voy a hablar de uno de esos genios que ha tenido la humanidad. Si tuviéramos que hacer una lista de los monstruos del séptimo arte, pocos lo incluirían pero está en el mismo peldaño de los Ford, Hawks, Welles y Wilder del mundo. Charles M. Jones, o Chuck Jones, se ha ganado a pulso estar entre ellos y con méritos de sobra.

A Chuck Jones le conoceréis por las aventuras y desventuras de sus criaturas. Bugs Bunny, Daffy Duck, aquí conocido como el Pato Lucas desconozco el porqué, Willie E. Coyote y su odiado Correcaminos, Porky y tantos otros personajes que episodio a episodio han conformado una de las mayores obras de arte que he podido contemplar. Puede que en otras cosas no, pero en esto fuimos una generación afortunada. Cada vez que había un desajuste televisivo, cuando sobraban minutos, RTVE, entonces la única, completaba la espera con estas maravillas animadas de ayer y hoy. No puedo concebir mi niñez sin estos dibujos animados. El vértigo de las persecuciones, el absurdo de las situaciones, lo esperado y lo inesperado de sus personajes, me alegraban la tarde entre deberes y meriendas. Pero ojo, sólo un ignorante puede concebir estos dibujos sólo para niños. El humor absurdo de Jones está hecho para grandes y pequeños como cualquier obra de arte.

Chuck Jones atrae el interés de cualquier adulto que le interese el cine, es heredero directo del cine mudo de gags, de Chaplin y de Keaton, añadiendo diálogos que ya los hubieran querido para sí Hawks y Wilder en sus películas. Si quiere aficionarse a la ópera, no dude buscar inspiración en "Rabbit of Seville" (1950) donde no quedará claro si Rossini se inspiró en Bugs Bunny o fue al revés, sin olvidar esa pequeña obra maestra que resume en algo más de cinco minutos el Anillo de los Nibelungos de Wagner, "What's Opera, Doc?" (1957) con un final trágico para el pobre Bugs, solucionado a última hora. A Wagner nunca me lo tomaré en serio, después de haber visto a Elmer enamorado de un travestido conejo.

Obra maestra, de la que Spielberg dijo que ha sido el dibujo animado más perfecto jamás hecho, es "One froggy evening", (1955) donde un hombre descubre una rana que canta y baila, pero sólo en su presencia. Sus intentos de entrar en el mundo del espectáculo son frustrados por Michigan J. Frog, que así se llama el batracio, una y otra vez. Alegoría contra avaricia, que dirían algunos. Que le gusta Shakespeare, no dude en ver "Beep or not to beep" (1965) con el Coyote y el Correcaminos o "To Duck... or not Duck" (1943).

La imaginación de Jones contrasta con los dibujos actuales llenos de efectos especiales, con sus moralinas y sus guiones políticamente correctos. Los vigilantes de la infancia censurarían esos cortos que en los 40 pedían invertir en bonos de guerra, dudo que permitieran su violencia excesiva, ni el triunfo del tramposo. En definitiva, matarían la imaginación. No veo en España, sí en Estados Unidos, creadores como Jones. No se malinterprete, creo que hay creadores españoles buenísimos pero casi todos emigran a este santuario del mal para triunfar. La imaginación es una cualidad que sólo tienen los grandes. En 1960, se estrenó "High Note". En ella, una partitura se desliza ante los ojos del espectador a la vez que escucha "El Danubio Azul" de Johann Strauss. La borrachera de una nota que empieza a cambiar de lugar, provoca que sus compañeras se muevan y alteren también su posición para atraparla. La música resultante de este absurdo es la que oímos, transformando la partitura original de Strauss en algo que el vienés seguramnete hubiera escuchado con complacencia.

No menos maravillosa y con Óscar incluido, es "The Dot and the Line", (1965) donde se cuenta la historia de amor entre una línea y un punto. Ella, la línea, ve como su amor es rechazado por el punto por su personalidad lineal, rígida sin imaginación. Pero al ver a su amado embelesado de un garabato, la línea empieza a doblarse a girarse hasta descubrir mil y una formas. Tres figuras fluctúan en la pantalla, sólo tres que cuentan una preciosa historia de amor. Sólo imaginación.

Yo, nosotros tuvimos suerte, pudimos verlos, no sé si todos los habremos aprovechado, seguramente no lo suficiente. Las generaciones actuales no ven ya estos dibujos, no los ponen, no son adecuados, no son correctos. Padres que tenéis hijos, compradlos en DVD, aunque sea en inglés y cuando el hijo tenga edad, ponédselos, ellos os lo agradecerán. Una última cosa, "¡temporada de patos!, ¡temporada de conejos!, ¡temporada de patos!, ¡temporada de conejos!" lo podréis disfrutar en "Duck!, Rabbit!, Duck!" (1953) y la temporada terminó siendo de patos como Daffy descubrió en su propia carne.

Comentarios

 
Qué grande la Warner, y Jones y Freeleng... nosotros que crecimos en los paisajes patafísicos del coyote nunca los olvidaremos... la mejor corrida de toros de la historia, la de Bugs a un toro como un elefante en la Monumental de Méjico. Y la mejor versión del doctor Jeckyll, naturalmente también Bugs y el señor Bunny.

y cierto los niños de ahora tienen a los Teletubbies... pobres
Enviado por el día 25 de Marzo de 2005 a las 20:19 (1)
Menos mal que las nuevas tecnologías (DVDs) vienen en nuestro auxilio, y, además, gracias al malvado capitalismo, son extremadamente baratas. Desde luego, mis chicas ya conocen a Piolín, Silvestre, Bugs Bunny y alguno más que no recuerdo ahora. Desde luego, parece un poco retro-carca esto de añorar los dibujos animados de nuestra niñez y decir que son mejores que los de ahora, pero...
Enviado por el día 26 de Marzo de 2005 a las 09:55 (2)
Me he arrepentido un poco de mi desprecio a los dibuts actuales, porque realmente el anime japones vive momentos de esplendor, y algunos productos pixar y de la factoría Spielberg están muy bien. Por no hablar de los Simpson y South Park (me gustan hasta las supernenas ;.)

Un saludo
Enviado por el día 26 de Marzo de 2005 a las 22:11 (3)
Sin olvidarte el Laboratorio de Dexter y a su hermana Dee Dee. Sí, calidad si hay pero no abunda tanto como antes. Sólo hay que comparar la Pantera Rosa original, la que vivía en una especie de pesadilla daliniana en cada aventura, con su humor absurdo y en lo que se ha convertido ahora.

Sí, Pixar es seguramente su heredera directa, el propio John Lasseter ha reconocido ser un aunténtico fan de Chuck Jones. Muchos han aprendido a su sombra y algunos incluso lo han aprovechado.

Tienes razón, puede que sea algo injusto pero lo del manga y el anime como que aún lo veo un poco lejos. Lo repetitivo del dibujo, cortado siempre por el mismo patrón y el hecho de que el guión tenga un lógico no sé qué japones que lo hace mucho más lento, me echa para atrás. Aunque claro, todo es cuestión de gustos pero es que a mí Oliver y Benji me ponen nervioso aunque sólo sea un minuto.... :-)
Enviado por el día 27 de Marzo de 2005 a las 09:41 (4)

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