España

¡Queremos la verdad!, ésta era la consigna que unos radicales, de dudosa procedencia y filiación política, vitoreaban ante las sedes del Partido Popular rompiendo el día de reflexión de las últimas elecciones generales.
Ha pasado yá más de un año desde aquel bochornoso episodio de la democracia española y todos los que sí respetamos ese día la jornada de reflexión seguimos pidiendo la verdad. Al gobierno del PP se le lincho por \\\"ocultarla\\\", por no tener el \\\"talante necesario\\\" para decir la verdad, poco a poco se va demostrando que todas esas afirmaciones fueron falsas. Pero ahora tenemos un gobierno socialista y, digo yo, ¿porqué tanto interés en cerrar la comisión del 11-M? Destacados dirigentes socialistas, junto con sus \\\"hermanastros separatistas\\\", han señalado que se cierra porque ya se sabe todo lo que paso, quién organizó, quién ejecutó, etc. Yo, un ciudadano más, lo único que sé es a quién benefició. Benefició al PSOE porque de no ser por la brutal masacre estaría aún en la oposición, benefició a Marruecos porque entre el gobierno del PP y EE.UU. los tenían a raya, beneficio a Francia y Alemania porque se quitaban de el medio a un gobierno que les ponía en aprietos de vez en cuando y benefició, por supuesto, a los terroristas islámicos que vencieron al ser retiradas las tropas españolas de Irak. Ésto, y poco más, es lo que sabemos que originó dicha masacre.
Ahora, cuando se quiere dar carpetazo a la comisión, nos enteramos que un tal Fernando Huarte, dirigente socialista asturiano e intimamente ligado a Alvaro Cuesta, portavoz del PSOE en dicha comisión, había visitado en más de una ocasión en la carcel a Abdelkrim Benesmail - considerado el número dos del presunto máximo responsable de los atentados del 11-M, Allekema Lamari-, y no solo eso, sino que además el señor Huarte era espía del CNI desde 1992. Además, no era un colaborador cualquiera ya que estaba especializado en el mundo islámico. Y qué casualidad que precisamente la noche del 12 de Marzo la jueza francesa Laurence Levert comunicara al secretario de Organización socialista, José Blanco, que había recibido información a través de los servicios secreto españoles de que los autores del atentado eran islamistas. ¡Vaya por Dios!
Bién, con estos datos puestos encima de la mesa, la investigación del 11-M adquiere una inquietante dimensión que nos debe invitar a los españoles a seguir exigiendo la verdad. Si no la pedimos en su día por respetar el día de reflexión, cosa que otros compatriotas no hicieron, sí la pedimos ahora por considerarla necesaria para la salud democrática de nuestro país. Señores del gobierno del talante: seguimos queriendo la verdad.