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Las cuatro especies politicas: el SUPERDOTADO, el FANATICO, el ENTERADO y el APOLITICO.
Enviado por el día 5 de Febrero de 2004 a las 22:46
Las cuatro especies politicas: el SUPERDOTADO, el FANATICO, el ENTERADO y el APOLITICO.
Me gustaría presentar una clasificación, a "grosso modo", acerca de los diferentes especímenes que pueblan el mundo de la política:
a) Los superdotados.
b) Los fanáticos.
c) Los enterados.
d) Los apolíticos.
a) Los superdotados:
Son personas que poseen una inteligencia muy superior a la media y rentabilizan este "don" convirtiéndose en profesionales del mundo de la política.
No nos engañemos, la política para ellos es simplemente "un oficio con el que ganarse la vida". Oficio donde se puede llegar muy lejos tanto social, como económicamente.
Este superdotado político es un excelente manipulador que trata de ocultar sus personales y verdaderas ambiciones de poder y dinero bajo una imagen altruista y de ayuda a la sociedad que pretende representar.
Un rasgo muy importante en el carácter de estos individuos es su total falta de escrúpulos, que en combinación con su inteligencia retorcida, hace que sus prácticas comunes de manipulación y falsedad pasen usualmente desapercibidas para el pueblo llano.
Actúa en grupo, nunca en solitario, adoptando de manera instintiva el puesto que le corresponde en el escalafón de jerarquías del colectivo de superdotados y sin entrar en guerra de poderes con otros, a no ser que peligre su parte de beneficios o considere que tiene posibilidades de vencer a otro de rango superior al suyo.
A su vez, dentro del sistema político se crean y coexisten diferentes grupos de superdotados, aglutinados bajo diferentes ideologías y dogmas (partidos políticos), que rivalizan en la obtencion del mando de gobierno. Dentro de un marco político estable, esta rivalidad, las más de las veces no es más que un gran teatro o pantomima que se hace de cara a la galería con el pensamiento puesto en las urnas, pero con la precaución de no sacar a la luz datos o "trapos sucios" que pudieran poner en entredicho a la íntegra totalidad de la clase política y hacer peligrar su "modus vivendus".
b) Los fánaticos:
Son personas que a simple vista parecen normales, pero por las cosas que dicen y como las dicen, manifiestan un estado mental perturbado, generalmente crónico.
En comparación a los "superdotados", los fánaticos, por regla general, poseen una inteligencia y un raciocinio bastante precario.
Aleccionados y arengados por los "superdotados", su discurso político es muy limitado y repetitivo, basado en estereotípos mal memorizados y dogmas fijos sin posibilidad de crítica. Cualquier diálogo con ellos está condenado al fracaso, desembocando rápidamente en la agresividad verbal o física.
Este tipo de fundamentalista político resulta bastante abundante dentro de la militancia de cualquier grupo político o sindicato, al igual que en sectores poco ilustrados de la sociedad y en aquellos donde el sentimiento nacionalista es alto.
Fieles incondicionales de los "superdotados", existe una diversidad variopinta de rangos y oficios entre los "fanáticos". Los hay "lameculos", "soplapoyas" y "perros guardianes" de las altas jerarquías, "claqué de mítines y manifestaciones", "bocazas de bareto, forum, periódico o televisión" o "vándalos callejeros" por citar algunos.
Todos ellos sirven de buena gana a los intereses bastardos de la élite de "superdotados" sin darse cuenta de la manipulación y la "comida de tarro" que sufren por parte de sus idolatrados políticos.
c) Los enterados:
En este grupo se incluyen a todos aquellos forofos de la contertulia política y el debate político intelectualoide. Generalmente, suelen recibir el calificativo de "politiquillos de salón".
Les encanta y apasiona hablar de política. Tienen la profunda convicción de que están en posesión de la verdad y que con ella van a solucionar todos los problemas y salvar al mundo de sus miserias. De la misma manera se ven en la obligación de trasmitírsela al resto de mortales a los que consideran borregos errados del camino de la "verdad".
Su verdadera ilusión y sueño sería la de ser político profesional ("superdotado"). Sin embargo, debido a que poseen un coeficiente intelectual de tipo medio (con el que no pueden competir en argucias y zancadilleos con la élite de "superdotados") y a que son "idealistas" que poseen cargos de conciencia que los empujan a rechazar (en teoría) la corrupción y la falta de escrúpulos ("modus vivendus" habitual de la ya mentada élite), no tienen posibilidad alguna de introducirse en el mundo político de alto nivel. A no ser que, o bien sean hijo/a de algún politicastro influyente de reconocido "pedigrí", o que tengan un patrimonio económico importante para llenar "el cazo" del partido y "pagarse" así la carrera (política).
A pesar de sus evidentes deficiencias, este grupo político podría ser considerado como el "menos malo" e inclusive se podría decir de ellos que son "convenientemente necesarios" como elemento de contención de una maquinaria política desprovista de escrúpulos, puesto que, aún con sus limitaciones, suelen actuar como sector crítico o "mosca cojonera" ante los desmanes políticos de los "superdotados".
Los más avezados alcanzan a ser contertulios en debates político-pantomima de radio o televisión, o a colaborar en alguna publicación como crítico tendencioso-político, si bien en estos últimos casos suelen haber perdido prácticamente toda la esencia pura y virginal de sus origenes, en favor de posturas dogmáticas que son el producto de una apego inmoral a la paga de fin de mes y a una dieta rica en grasas saturadas y colesterol que embrutece sus sistemas límbico y neuronal.
d) Los apolíticos:
Quizá la característica más relevante de los apolíticos", tal como su nombre apunta, es la de que "pasan de política". No les llama la atención la política en ninguna de sus formas o manifestaciones y viven bajo la consigna de que no les compliquen la vida, ni les calienten la cabeza con asuntos políticos.
Evidentemente se trata de un gran "cajón de sastre" (¿ o, desastre ?) donde puede tener cabida desde el más tonto al menos tonto (los "listos" están todos metidos en asuntos lucrativos que giran alrededor de la política).
El hecho de que no se preocupen de temas políticos no significa que no estén igual o más manipulados que el grupo de los "fanáticos", ni que puestos a discutir asuntos políticos solo digan memeces y se les "vaya la olla" como al primero. O que voten por cuestiones de "guapura" o simpatía del candidato, o "siempre a los mismos" por costumbre, sin importarles si las cosas se hacen bien o mal, si hay corrupcion o si les están robando a manos llenas.
Como se puede entreveer el grupo de "apolíticos", por su tremenda falta de información y por tanto, de criterio político objetivo, es fácimente manipulable, convirtiéndose en el verdadero filón para la creación de nuevos "fanáticos". Algo que saben bien los "superdotados" que sacan sustanciosa tajada de ello, sobre todo en tiempo de campaña electoral.
Esta claro, que dentro de este grupo también están todos aquellos que se toman la política de una manera más sosegada, tranquila, reflexionada, personal, sin barullos, ni algarabías. Echándole sentido común al sinsentido y aceptando todo este universo político corrupto como un mal con el que hay que vivir y que se encuentra presente en todas las esferas de la convivencia humana.
Es verdad que existen aquellos que no poseen mucha decisión, ni inclinación hacia ningún partido político, sino que más bien son simpatizantes de la frase: "Vive y deja Vivir".
Es verdad que existe también esa gente. Porque si no, ¿ dónde coño nos ibamos a meter tú y yo ?
Epílogo:
El político es como el mago, oculta la verdad y fascina con la mentira.
Ibero
Me gustaría presentar una clasificación, a "grosso modo", acerca de los diferentes especímenes que pueblan el mundo de la política:
a) Los superdotados.
b) Los fanáticos.
c) Los enterados.
d) Los apolíticos.
a) Los superdotados:
Son personas que poseen una inteligencia muy superior a la media y rentabilizan este "don" convirtiéndose en profesionales del mundo de la política.
No nos engañemos, la política para ellos es simplemente "un oficio con el que ganarse la vida". Oficio donde se puede llegar muy lejos tanto social, como económicamente.
Este superdotado político es un excelente manipulador que trata de ocultar sus personales y verdaderas ambiciones de poder y dinero bajo una imagen altruista y de ayuda a la sociedad que pretende representar.
Un rasgo muy importante en el carácter de estos individuos es su total falta de escrúpulos, que en combinación con su inteligencia retorcida, hace que sus prácticas comunes de manipulación y falsedad pasen usualmente desapercibidas para el pueblo llano.
Actúa en grupo, nunca en solitario, adoptando de manera instintiva el puesto que le corresponde en el escalafón de jerarquías del colectivo de superdotados y sin entrar en guerra de poderes con otros, a no ser que peligre su parte de beneficios o considere que tiene posibilidades de vencer a otro de rango superior al suyo.
A su vez, dentro del sistema político se crean y coexisten diferentes grupos de superdotados, aglutinados bajo diferentes ideologías y dogmas (partidos políticos), que rivalizan en la obtencion del mando de gobierno. Dentro de un marco político estable, esta rivalidad, las más de las veces no es más que un gran teatro o pantomima que se hace de cara a la galería con el pensamiento puesto en las urnas, pero con la precaución de no sacar a la luz datos o "trapos sucios" que pudieran poner en entredicho a la íntegra totalidad de la clase política y hacer peligrar su "modus vivendus".
b) Los fánaticos:
Son personas que a simple vista parecen normales, pero por las cosas que dicen y como las dicen, manifiestan un estado mental perturbado, generalmente crónico.
En comparación a los "superdotados", los fánaticos, por regla general, poseen una inteligencia y un raciocinio bastante precario.
Aleccionados y arengados por los "superdotados", su discurso político es muy limitado y repetitivo, basado en estereotípos mal memorizados y dogmas fijos sin posibilidad de crítica. Cualquier diálogo con ellos está condenado al fracaso, desembocando rápidamente en la agresividad verbal o física.
Este tipo de fundamentalista político resulta bastante abundante dentro de la militancia de cualquier grupo político o sindicato, al igual que en sectores poco ilustrados de la sociedad y en aquellos donde el sentimiento nacionalista es alto.
Fieles incondicionales de los "superdotados", existe una diversidad variopinta de rangos y oficios entre los "fanáticos". Los hay "lameculos", "soplapoyas" y "perros guardianes" de las altas jerarquías, "claqué de mítines y manifestaciones", "bocazas de bareto, forum, periódico o televisión" o "vándalos callejeros" por citar algunos.
Todos ellos sirven de buena gana a los intereses bastardos de la élite de "superdotados" sin darse cuenta de la manipulación y la "comida de tarro" que sufren por parte de sus idolatrados políticos.
c) Los enterados:
En este grupo se incluyen a todos aquellos forofos de la contertulia política y el debate político intelectualoide. Generalmente, suelen recibir el calificativo de "politiquillos de salón".
Les encanta y apasiona hablar de política. Tienen la profunda convicción de que están en posesión de la verdad y que con ella van a solucionar todos los problemas y salvar al mundo de sus miserias. De la misma manera se ven en la obligación de trasmitírsela al resto de mortales a los que consideran borregos errados del camino de la "verdad".
Su verdadera ilusión y sueño sería la de ser político profesional ("superdotado"). Sin embargo, debido a que poseen un coeficiente intelectual de tipo medio (con el que no pueden competir en argucias y zancadilleos con la élite de "superdotados") y a que son "idealistas" que poseen cargos de conciencia que los empujan a rechazar (en teoría) la corrupción y la falta de escrúpulos ("modus vivendus" habitual de la ya mentada élite), no tienen posibilidad alguna de introducirse en el mundo político de alto nivel. A no ser que, o bien sean hijo/a de algún politicastro influyente de reconocido "pedigrí", o que tengan un patrimonio económico importante para llenar "el cazo" del partido y "pagarse" así la carrera (política).
A pesar de sus evidentes deficiencias, este grupo político podría ser considerado como el "menos malo" e inclusive se podría decir de ellos que son "convenientemente necesarios" como elemento de contención de una maquinaria política desprovista de escrúpulos, puesto que, aún con sus limitaciones, suelen actuar como sector crítico o "mosca cojonera" ante los desmanes políticos de los "superdotados".
Los más avezados alcanzan a ser contertulios en debates político-pantomima de radio o televisión, o a colaborar en alguna publicación como crítico tendencioso-político, si bien en estos últimos casos suelen haber perdido prácticamente toda la esencia pura y virginal de sus origenes, en favor de posturas dogmáticas que son el producto de una apego inmoral a la paga de fin de mes y a una dieta rica en grasas saturadas y colesterol que embrutece sus sistemas límbico y neuronal.
d) Los apolíticos:
Quizá la característica más relevante de los apolíticos", tal como su nombre apunta, es la de que "pasan de política". No les llama la atención la política en ninguna de sus formas o manifestaciones y viven bajo la consigna de que no les compliquen la vida, ni les calienten la cabeza con asuntos políticos.
Evidentemente se trata de un gran "cajón de sastre" (¿ o, desastre ?) donde puede tener cabida desde el más tonto al menos tonto (los "listos" están todos metidos en asuntos lucrativos que giran alrededor de la política).
El hecho de que no se preocupen de temas políticos no significa que no estén igual o más manipulados que el grupo de los "fanáticos", ni que puestos a discutir asuntos políticos solo digan memeces y se les "vaya la olla" como al primero. O que voten por cuestiones de "guapura" o simpatía del candidato, o "siempre a los mismos" por costumbre, sin importarles si las cosas se hacen bien o mal, si hay corrupcion o si les están robando a manos llenas.
Como se puede entreveer el grupo de "apolíticos", por su tremenda falta de información y por tanto, de criterio político objetivo, es fácimente manipulable, convirtiéndose en el verdadero filón para la creación de nuevos "fanáticos". Algo que saben bien los "superdotados" que sacan sustanciosa tajada de ello, sobre todo en tiempo de campaña electoral.
Esta claro, que dentro de este grupo también están todos aquellos que se toman la política de una manera más sosegada, tranquila, reflexionada, personal, sin barullos, ni algarabías. Echándole sentido común al sinsentido y aceptando todo este universo político corrupto como un mal con el que hay que vivir y que se encuentra presente en todas las esferas de la convivencia humana.
Es verdad que existen aquellos que no poseen mucha decisión, ni inclinación hacia ningún partido político, sino que más bien son simpatizantes de la frase: "Vive y deja Vivir".
Es verdad que existe también esa gente. Porque si no, ¿ dónde coño nos ibamos a meter tú y yo ?
Epílogo:
El político es como el mago, oculta la verdad y fascina con la mentira.
Ibero
