España

Ayer Rajoy cortó de raíz la sublevación de algunos alcaldes de su partido a cuenta de la objeción de conciencia para oficiar bodas de homosexuales.
Eso está muy bien por varias razones.
En primer lugar, en política, no sólo hace faltar tener razón ( puesto que los alcaldes, desde mi punto de vista sí pueden negarse por razones de conciencia en este caso y porque la ley de reforma del matrimonio es absolutamente criticable )sino PARECER que se tiene razón. Es un poco como la mujer del César y evitar dar una imagen " carca " en el imaginario de una ciudadanía sin criterio y alienada por la atmósfera plogle no rinde réditos.
En segundo lugar estuvo muy bien porque le sirvió, desde una imagen de moderación, para criticar la ley, que como digo es un bodrio ( hubiera bastado con crear uniones civiles con iguales o parecidos efectos )y una ley además que le va a pasar factura al Psoe a medio plazo ( cuando los hermanos gays se quieran casar y sobre todo con las demandas de poligamia que inevitablemente vendrán )Crítica especialmente acertada; permitir adoptar a homosexuales casados es algo que sólo se permite, EN TODO EL MUNDO, en Holanda y en todo caso, es algo muy muy muy serio como para decidirlo en un aquí te pillo aquí te mato.
Y por último, porque asume una función de liderazgo que daba la impresión de haber perdido en beneficio del ala más radical de su partido.