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Declaración Liberal
Enviado por el día 10 de Febrero de 2004 a las 12:03
Los que además de declararnos liberales nos esforzamos en serlo con alguna coherencia ya sabemos que no somos muchos. Nos gusta el mercado porque se parece a la vida biológica y sus leyes y efectos son más o menos conocidos. Consideramos necesaria su regulación cuando consiste en asegurar que siga siendo mercado, no cuando tiende a sustituirlo por planificadores utópicos que se creen dioses y, con una tenacidad digna de mejor causa, acumulan fracaso tras fracaso, ni cuando la regulación propicia que el mercado sea capturado y anulado por monopolistas y núcleos concentrados de poder. Incluso aplaudimos la intervención heavy de los poderes públicos democráticos, cuando su objetivo es derribar o ayudar a derribar tiranos o evitar que los 'matones' ejerzan como tales. Consideramos obligado paliar los sufrimientos de los que peor lo pasan y avanzar en la reducción de su número y constatamos que, hasta hoy, la forma más eficaz de reducirlo consiste en ayudar a los países pobres a que consigan producir algo vendible y en comprárselo desde el mundo rico sin proteccionismos egoístas. Asimismo, constatamos que, aunque algunos parecen no saberlo, antes de la codificación de las leyes del mercado y antes de la aceleración del proceso llamado de globalización, el mundo tampoco era un paraíso. En realidad, sólo un pequeño porcentaje de personas, mucho menor que el actual, disfrutaba de una vida buena. Es decir, los liberales también queremos un mundo mejor, pero procuramos evitar nostalgias, dogmas y cuentos de hadas. A la vista de esta improvisada declaración de principios, podría parecer razonable que los liberales fuésemos gente escuchada e incluso votada en caso de estar presentes en el mercado electoral. Pero corren malos tiempos. La derecha y el amplísimo y transversal 'centro' se refugia en una retórica de resonancias ambiguamente liberales, pero sin pisar casi ningún callo a los lobbies y corporativismos de todo tipo. Opta por la última moda de lo políticamente correcto, que consiste en preconizar una especie de fusión en frío, presuntamente indolora y taumatúrgica, entre Davos y Porto Alegre. Populismo blando, contemporización auscultativa de carácter mediático-electoral. Pero eso no es ni nuevo ni extremadamente grave, la ideología blanda incluso tiene algunas ventajas, no suele resolver los problemas que requieren algún tipo de reforma, pero no interfiere la solución de los que se resuelven solos y además no oprime las mentes, se limita a anestesiarlas. Pero hay otra agresión muy difícil de soportar sin alarma. Proviene de la reaparecida pasión por la ideología fuerte de sectores izquierdistas. Muchos habían rectificado, aunque fuera implícitamente. El problema parece ser que el estigma del izquierdista utópico y proclive a recetas facilonas es indeleble, como los sacramentos o los tatuajes. Confiemos en que no sea, además, hereditario. Renace y se inflama sólo con ver gente en la calle, ante la reciente oleada de variopintas y sin duda legítimas protestas y manifestaciones resurge una épica nostálgica perfeccionista y dogmática, una dialéctica renovada de 'película de buenos y malos', una simplificación peligrosa de la complejidad que se sintetiza en una presunta 'nueva izquierda global' que viene a decir: ¿y por qué teníamos que rectificar si teníamos razón? Pues no, no tenían razón. Una esperanza recorre el mundo, se decía en las primeras décadas del siglo XX en referencia al comunismo. Sus profetas estaban equivocados, por eso fracasaron. Y si no hubieran fracasado, el resultado no hubiera sido la feliz Arcadia, sino los modelos descritos por Huxley, Orwell o Bradbury. Por desgracia el fracaso está ya demostrado y el coste ha sido muy alto. Los nuevos profetas manipulan a Keynes, Tobin, Stiglitz y Sen. ¡Un premio Nobel viste tanto! Nos dicen que la globalización es liberal, es decir, salvaje y culpable de casi todo. Lo cierto es que el más grave defecto del proceso es precisamente de signo contrario: es poco liberal, es conservadora y proteccionista, está muy marcada por los intereses del primer mundo, de sus agricultores, de empresarios y trabajadores de sectores cuya producción compite con países en vías de desarrollo. Atribuyen al FMI incluso la exclusiva responsabilidad de la crisis argentina olvidando que 50 años de populismo peronista también deben tener alguna cosa que ver con ella. Alertan sobre el peligro Berlusconi, pero no sobre el peligro Hugo Chávez, de manera similar a como hace unos años, en el lenguaje de algunos intelectuales europeos de 'izquierda', Hitler había cometido crímenes, pero Stalin y Beria sólo 'excesos', y Pinochet era un dictador, que lo era, pero Castro no. Convierten el pertinente clamor mundial en contra de Sharon en un antisemitismo y cuasi justifican el terrorismo palestino. Antes de las elecciones francesas, ponían a Jospin como modelo de política de izquierdas eficaz y apreciada por la población. Ahora miran para otro lado. Pero no parecen haberse enterado de que los seguidores de José Bové probablemente han votado a Le Pen. Pero resistiremos e incluso seguiremos escribiendo, después de todo hay que intentar entre todos que no reaparezcan los peores fantasmas del siglo XX: el nazismo y el comunismo. Y parece que sus respectivos ectoplasmas atacan de nuevo.
Re: Declaración Liberal
Enviado por el día 10 de Febrero de 2004 a las 12:44
Venga por fin ,mas claro que el agua!!,Adhiero!!Saludos desde Argentina.Un argentino que conoce la Avda. Europa en Pozuelo de Alarcon(genial).
Re: Declaración Liberal
Enviado por el día 10 de Febrero de 2004 a las 14:19
Tobin, Sen y Stiglitz no han planteado eliminar el libre mercado. Mientras les de por esto, no les dará por cosas peores. Así que la cosa no es tan grave. (según se mire)
Re: Declaración Liberal
Enviado por el día 10 de Febrero de 2004 a las 14:28
Le aconsejo que, en próximas ocasiones, divida su texto en párrafos si quiere que alguno lo leamos... ;-)
Re: Declaración Liberal
Enviado por el día 10 de Febrero de 2004 a las 16:20
"Nos gusta el mercado porque se parece a la vida biológica". No me parece una razón muy convincente para creer en algo...
Re: Declaración Liberal
Enviado por el día 11 de Febrero de 2004 a las 19:32
Lo de "planificadores utópicos que se creen dioses" me ha llegado al alma. Aunque creo que sería mas correcto "planificadores utópicos que se creen iluminados por los dioses".
De ahí que muchas veces sus dogmas político-económicos sean como los dogmas de fé de la Iglesia Católica. Eternos
De ahí que muchas veces sus dogmas político-económicos sean como los dogmas de fé de la Iglesia Católica. Eternos
