España

ZP. Presidente para el populacho.

Un presidente de gobierno sea de la ideología que sea, su deber es gobernar para la totalidad de la sociedad del país que representa. Esto no quiere decir que satisfaga todas las expectativas de los ciudadanos; es imposible, pero lo que si debe hacer, es que sus acciones sean consideradas como coherentes incluso por los de ideologías contrarias.

El señor Zapatero está aprovechando el poder que le confiere sus cargo para satisfacer una serie de cuestiones personales que al parecer a estado viviendo con el sueño de algún día poder realizarlas, porque de otra forma no se entiende. Que en un año haya cometido tantas incongruencias, denota que estaba deseando cometerlas.

Se puede disentir de muchas cuestiones, pero lo que no se debe hacer por ello, es caer en la desatino de “que se te vea el plumero” de una forma tan descarada. El no estar de acuerdo con la política de un presidente democrático de turno, no justifica hacer un desaire a la bandera que representa a 400 millones de personas. El gesto de ZP ante la bandera de las barras y estrellas, sólo lo puede entender la chusma bruta, el pueblo no puede entender semejante desacierto.

La política religiosa, claramente desfavorable para la iglesia católica y de ayuda y apoyo del islam, es propia de un menguado que no tiene ni idea de lo que hace. Las leyes españolas están muy claras al respecto, simplemente basta seguirlas. Pero este “lila” se tiene que significar para que todos sepamos que él sabe luchar contra los obispos, ¡que macho! Nunca nadie se ha metido con ellos, pero yo si. ¡Esos no saben quien soy yo! Aplausos y vivas del populacho.

Lo de Vogue fue una anécdota sin más importancia, pero que también denota su monomanía de gobernar para la morralla. ¿Es que sólo los señoritos de la derechona van a poder vestir pieles? ¡No hombre no! Voy a demostrar a los palurdos que también nosotros sabemos vestir. Y para ello convirtió la Moncloa en una pasarela de la moda.

La política exterior con su títere Moratinos al frente raya en lo esperpéntico; la imagen que da España ante los países serios y desarrollados es el hazmerreír; ver como le manejan franceses, alemanes y el moro, y como le soslayan los que de verdad tendrían que ser nuestros amigos, resulta turbador ver a ZP en las fotos de jefes de estado como no le hacen caso a pesar de su risita de lelo.

Pero eso si: Con los dictadores de izquierda se encuentra como “un cerdo en un charco”. Observar el semblante de ZP cuando alterna con los presidentes de países desarrollado, y cuando lo hace con los otros, parece otro.

Sin duda a ZP le gusta gobernar para la chusma.