España

Vidas paralelas. Aznar y Zapatero.

El señor Aznar en sus miras estaban las de situar España en los puestos de cabeza en la Unión Europea, y para ello tuvo que tomar medidas que EL PUEBLO no valora: medidas económicas que sirvieron para cumplir con los compromisos requeridos por la Comunidad. Después tuvo que tomar una decisión tremendamente espinosa: apoyar al país más poderoso de la tierra en una guerra para ganar sus ayudas y engancharnos a su tren de cabeza. Decisión contraria a la opinión de un PUEBLO que sólo habla por sentimientos, no por razones de estado. Y que ello le valió la repulsa y la impopularidad de los antibelicistas, y que quizás le costó al PP perder las elecciones de Mayo de 2004.

El señor Zapatero se está ganando la impopularidad de millones de españoles por su actitud esperpéntica ante los problemas del estado. Adviene al poder después de una serie de acontecimientos pero sin la mayoría absoluta para gobernar en solitario. Empieza su mandato agraviando a un país del que se dice amigo pero se alía con los enemigos declarados de ese país amigo. (Esto no lo entiendo ni yo mismo, si alguien lo sabe que me lo razone). Deja en la más absoluta sequía a comunidades sedientas, sin que hasta la fecha haya dado una solución alternativa; legaliza a una fuerza política que hace apología del terrorismo e intenta allanar el camino a dos sectas que desean desprenderse de la españolidad que desde hace siglos portan; y humilla con actos más propios de un saltimbanqui a una sociedad seria y responsable que espera de un presidente de gobierno soluciones, no ultrajes. Más que gobernar para todos los españoles, lo que está haciendo ZP es intentar desagraviar a un grupúsculo de resentidos ávidos de venganza y revanchismo de un pasado que casi creíamos olvidado.

Que un país occidental como España, al día de hoy esté sujeto a los vaivenes de dos conceptos tan disparatadamente opuestos con el consiguiente deterioro de una de las partes, sólo obedece desgraciadamente a que esa es una sociedad inmadura, y como dije antes basa su derecho al sufragio universal en elementos exentos de razón pero llenos de sentimientos y resentimientos.