España

¿A cuántos tiene que matar los terroristas para llamar al 7º de Caballería?

Escribí hace algún tiempo que el error de Bush, Blair y Aznar fue no haber esperado a que el Fundamentalismo Islámico hubiera atentado contra una ciudad cualquiera de Occidente y hubiera matado a varios millones de personas inocentes. Entonces los que se rasgan las vestiduras por las acciones antiterroristas con sus errores incluidos como el del pobre brasileño en Londres; error relativo, ya que el abatido según las noticias dio todos los motivos para considerarle sospechoso.

No me atrevo a calificar la actitud de éstos que condenan las acciones policiales ante estas situaciones tan tremendas. No consigo comprender como se puede pedirle a un agente que tiene órdenes muy concretas dude ante un caso como el del brasileño. No, no pude dudar. Tirar a matar.

Estos tibios que condenan la acción policial de Londres y las declaraciones del presidente del poder judicial, no tienen ni la más puñetera idea lo que es un estado de excepción, ni en la situación psicológica en la que se encuentran esas fuerzas. Son tan mostrencos que analizan los hechos desde la perspectiva de sus razones, sin tener en cuenta que la única razón es evitar que las bestias salvajes sigan con las matanzas de Madrid, Londres y otras. Y si en el transcurso de esas funciones se cruza un inconsciente que se pone a correr ante el grito de alto de la policía, lleva un abrigo en el mes de Julio, y se salta el torno que regula el paso de viajeros del metro, ¡Que coño quieren que haga la policía! ¡Ya, ya! Que un policía se acerque, compruebe que debajo del abrigo no lleve bombas, y que le pidan disculpas por el error.

Estos tibios, que censuran los métodos de los que lo único que están haciendo es velar por la seguridad de todos, son tan ilusos que se piensan que los pobres terroristas están defendiendo sus derechos pisoteados por el infiel y asqueroso occidental, les aconsejaría que se pusieran un cartel muy visible en el pecho y en la espalda que avisara a los terroristas que están con ellos, que los malos somos nosotros. Quizás de esta forma se librarían de las iras del Islam ante los infieles.

¡Dios quiera que no tengamos que llamar al 7º de Caballería para que estos imbéciles se den cuenta de una puñetera vez que estamos en los comienzos de la III guerra mundial!