España

Tras la victoria del PSOE en las elecciones de ayer el desaliento e incluso el miedo ha cundido entre los liberales. La impresión general es que el pueblo español ha sacrificado la buena marcha de la economía para castigar a Aznar por la guerra de Irak.

Lo que la gente parece ignorar, es que las propuestos de Zapatero en el apartado económico son de corte liberal. Su programa, elaborado por un independiente, Miguel Sebastián, que pone a Irlanda, país que ha salido del retraso gracias a las políticas liberales, como modelo a seguir supone una auténtica revolución. Por primera vez la izquierda habla de equilibrio presupuestario, de bajar impuestos, de reducir la intervención del estado.

Por supuesto no son más que promesas por el momento. El nuevo gobierno tiene mucho que demostrar. Es normal que reine la desconfianza. Por ahora el único aval que tiene su propuesta es el apoyo de un respetable número de empresarios y, sobre todo, el rechazo de los sindicatos y de Izquierda Unida. Supongo que de hacerse realidad, al poco tiempo tendremos a Llamazares (que ya va calentito por el asunto del voto útil) condenando a Zapatero a todas la penas del infierno como traidor a la izquierda.

Porque, siendo un mucho optimistas, ¿no sería maravilloso que un gobierno de izquierdas llevara a cabo una política liberal con éxito? Imaginemos el efecto que tendría sobre la gente. Solo los fanáticos podrían colocarse los anteojos ideológicos ante un partido que lleva las palabras socialista y obrero entre sus siglas. Los españoles comprenderían que el liberalismo funciona. Sería el fin de la pulsión intervencionista, el triunfo definitivo en nuestro país.

Se que muchos me tacharan de inocente, siquiera por darle el beneficio de la duda al PSOE. Yo voy a esperar a ver que pasa, si nos han mentido seré el primero en cargar en contra ellos.

Un saludo liberal.