España

El españoleitor es e*nvidioso por naturaleza y ahí donde cree percibir un espíritu superior a él (cosa nada dificil) se lanza a degüello sin más miramientos. Escribía Hemingway en su "Muerte en la tarde" que el cáracter español es orgulloso y que por tanto no le hace ascos a matar por cualquier motivo. El españoleitor, como vertiente desarrollada (o subdesarrollada) de lo anterior manifiesta estos síntomas multiplicados por tres. No deja de ser sintomático que los catalanes, y no los vascos, sean el objeto de su más particular inquina. Hubo alguien (o quizás no era nadie o sea Felipe González) que dijo que por más bombas que ETA pusiera, el verdadero peligro se hallaba en Catalunya. Quizás se trataba de una de esas frases redondas, con paradoja, que tan bién quedan en las tertulias apañolas, pero el españoleitor es perfectamente consciente de que una eventual separación de Catalunya del Estado apañós sería poco menos que la estacada final a sus sueños de dominar el mundo mundial.

El hecho de que ese fenómeno llamado "violencia doméstica" vaya en aumento cada dia, no es casual. El apañós odia los éxitos de los demás; es c*eloso, e*nvidioso y r*encoroso. Nada de lo que ocurre, y menos si es bueno, puede ser ajeno a él. Es e*gomaníaco y tiene ansias de protagonismo. Es por eso que el marido mata a su mujer porque no puede soportar que aquella se vaya con otro o simplemente haga su vida. Y no nos engañemos, el hecho de que el último suceso haya ocurrido en la provincia de Barcelona no quiere decir nada. Ella se llamaba Manoli y él ni siquiera tenía nombre.

Se le conocía como "El Pinocho".

Este mismo tipo de respuesta ante un complejo de inferioridad evidente, es el que causa al españoleitor un pavor tremebundo ante la idea de un territorio secesionista. Si la idea se insinúa, más de uno ya está haciendo evocaciones sobre futuras venganzas. "Vale, amigos, está bien, no enviaremos los tanques porque la p*uta UE nos tiene atados de pies y manos. No creáis que no nos gustaría. Pero tenemos otras formas de j*oderos".

Mentalidad de acosador nato. Posesividad hasta el límite de la paranoia. Capaz de pergeñar todas las justificaciones que sean necesarias para justificar su perversidad. Incapaz de entender cualquier problema que no sean los suyos.

Este es, en definitiva, el españoleitor. Un individuo que, castigado por la vida, jamás dejará de despotricar contra los catalanes puesto que éstos son el reflejo mismo de aquello que él jamás llegará a ser.

¡Qué dura es la vida de un españoleitor!