España

¿Son muy infelices los independentistas?

Yo afortunadamente vivo en una tierra que le llamo patria, no me siento invadido por ninguna potencia extranjera ni enemiga; me concede muchos derechos y me exige ciertos deberes, y lo mismo soy de feliz en la Comunidad Valenciana comiéndome una paella, que en la Madrileña un cocidito, en la Andaluza un pescaito y jamón de pata negra, en la Extremeña un frité de lomo de cerdo de Montánchez, en la de Castilla La Mancha un morteruelo, en la de León un sabroso botillo, en la gallega un buen marisco, en la Rioja un excelente vino, en la Catalana unas monchetas con butifarra, en la Vasca unas angulas, en Asturias una fabada y unos riquísimos carbayones, en la Murciana unas sabrosas alcachofas, en Aragón unos magníficos melocotones, y en Navarra unos excelentes espárragos. ¡Joder! Pero que grande eres España mía. ¡Como te quiero! Eres la tierra donde mejor se come del mundo. ¡Viva la madre que te parió!

Pero resulta ¡España mía! Que hay unos fulanos que llevan viviendo en tu suelo poco más o menos que 25 o 30 años, algunos uno cuantos más, y dicen que no eres su patria. Que eres una invasora que les has quitado sus derechos. ¡Tú que llevas más de 500 años siendo una antes de que éstos nacieran! ¡Están piraos!

A mi en el fondo me dan mucha pena, me recuerdan a los pobres numantinos que prefirieron morir antes que ser de Roma. Lo que pasa que estos no son tan gilis, se les ve hermosos y con pocas caras de sufrimiento, por lo que me consuela y me tranquiliza. De todas formas comprendo que deben ser muy infelices los independentistas. Vivir y morir como le ha sucedido a miles de ellos debe ser muy duro. Eso de sentir que la tierra que te vio nacer está asaltada por otra tierra, que te comprime, que te apisona y no te permite la anhelada libertad de ser soberano, debe ser terrible. ¡Joder! Que en el lecho de tu muerte veas que te vas de tu tierra siendo esclavo de otros y no has conseguido tu gran sueño, debe ser la ¡hostia de malo!

¿Y que será de éstos independentistas jóvenes que siguen soñando a ser libres? ¿Conseguirán la ansiada libertad, o están condenados a que en sus documentos de identidad siga poniendo; nacionalidad: española. ¡Qué fuerte! Y que disgusto deben pasar los pobres cuando tengan que demostrar su identidad y vean los que se la requieren que son españoles. ¡Qué momento más malo deben pasar los pobres!