España

¡Qué fácil es gobernar como los socialistas!

Mi abuelo Ceferino decía a sus nietos: “Por cada duro que ganéis gastaros seis pesetas. La peseta que sobra la ahorráis para la vejez”.

Mi abuelo no me acuerdo de que ideología que era, porque yo a la sazón sólo era del Real Madrid. Como no entendía de economía no tenía muy claro lo que mi abuelo nos quería decir; pero cuando he visto gobernar a los socialistas ¡Por fin! He comprendido la filosofía del padre de mi padre.

Es muy fácil gobernar una sociedad como los socialistas cuando se manejan todos los recursos de la misma. No hace falta recurrir a lo verdaderamente difícil y complicado de la economía: la planificación a corto y medio plazo de los presupuestos, y el control y corrección de las desviaciones negativas con los recortes de las partidas que se estimen más oportunas o que afecten en menor medida a la sociedad.

A los socialistas no les hace falta estas complicaciones, para ellos es más sencillo decir al cajero: “Pepe, como andamos de pelas”. Mal. Responde Pepe. Gracias Pepe. Suben los impuestos y ¡ya está solucionado el problema!

¡Qué más le da al pueblo que la calada al pitillo le salga un céntimo más cara! ¡O el cubata de ron un euro más! Si saben que el PP se va a encargar de llenarles otra vez las cajas para que se las encuentren a rebosar cuando vuelvan.

Hay que reconocer que son pillos los socialistas. Lo malo es que un día de tanto ir la mano a la caja, el PP ni el Sursum Corda sean capaces de tapar tanto agujero.

La mesura y el ahorro en la economía no son sistemas de gobierno para el socialismo. Como dije antes, les vienen muy grandes estas medidas porque saben que les son impopulares. ¡Como un gobierno socialista va a recortar las partidas presupuestarías!

¡Que disparate! ¡Como vamos a privar de sus donaciones a los amigos de la sopa de ajo! ¡O la asignación para la asociación informadora de la colocación del preservativo! ¡No hombre no! Le damos a la “manivela” de hacer billetes y ¡Ya está!

Esperemos que cuando los bolsillos de los ciudadanos comprueben que el boquete es tan grande que se les escapa los poco euros que les quedan sin enterarse, empiecen a valorar las gestiones y voten al que ha demostrado que sabe realizarlas.