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Cuba, el PSOE no se aclara
Enviado por el día 31 de Marzo de 2004 a las 06:29
Filias y fobias camufladas
Por Orlando Fondevila
El periodista cubano radicado en Madrid, Michel Suárez, ha publicado un artículo intitulado “El Síndrome de Granma cabalga sobre la prensa del exilio”. Por supuesto que el periodista de "Encuentro" tiene todo el derecho democrático, al que apela sin que nadie se lo haya cuestionado, para decir lo que dice y todo lo demás que quiera. Por supuesto que también a nosotros nos asiste el derecho de replicarle.
En primer lugar creo que el distinguido colega comete un error básico en sus apreciaciones, y es el de que para nosotros los cubanos todo análisis de la política de cualquier gobierno, partido, organización o personalidad pública debe pasar ante todo por el criterio de si favorece o no a la causa de la libertad de nuestro pueblo.
Reclama el distinguido periodista objetividad, que no se cuestione a Zapatero por su color ideológico y que le parece peligroso mostrar una sola cara de la realidad. El problema del color ideológico de Zapatero, o al menos de muchos en su partido, es que tal vez presentan distintos matices del rojo aunque no lleguen al rojo intenso de Castro o de Llamazares, éste último compañero de muchas andanzas y pancartas con Zapatero. En cuanto a lo de las caras de la realidad, a los cubanos, insisto, sólo nos vale aquella que sea solidaria con nuestra libertad.
Al margen de lo que el articulista llama preferencias ideológicas, filias o fobias personales, el giro político a la izquierda del próximo gobierno de España es constitutivo en sí mismo de legítima preocupación y alarma para los cubanos.
Tiene razón Michel cuando apunta que el socialismo europeo no es homologable con las versiones totalitarias del socialismo cubano, chino o norcoreano. Pero resulta incuestionable que el socialismo europeo, latinoamericano, africano o asiático, y hasta la versión norteamericana (que por allá llaman liberal) ha demostrado históricamente una especial debilidad por el castrismo.
Hoy mismo los socialistas belgas son los más complacientes de Europa con el régimen de La Habana, por citar un ejemplo. Hace pocos meses, los socialdemócratas europeos votaron en contra de otorgar el premio Sajarov al disidente cubano Oswaldo Payá. El propio autor del artículo que comentamos publicó el 27 de febrero del presente año un artículo en El Correo de Cuba que es definitorio desde su título: “Cuba, el PSOE no se aclara”, en el que afirma que dicho partido “continúa sin unidad de criterio sobre el tema de los derechos humanos en Cuba”; y añadía que “el debate sobre Cuba debía preocupar más a José Luis Rodríguez Zpatero... a quien por más de un flanco parecen salirle enanos...y quien no rectifica en público a este ferviente defensor del totalitarismo (en referencia al eurodiputado socialista, castrista de pura cepa, Miguel Ýngel Martínez)”. No sé que información privilegiada o que misterios de las filias y las fobias habrán hecho cambiar de opinión a nuestro distinguido colega en tan poco tiempo.
Por mi parte, no puedo olvidar la connivencia PSOE-Castro en la época de Felipe González, como tampoco olvidar declaraciones y conductas reiteradas de conspicuos líderes de ese partido en relación con el tema cubano. No puedo olvidar lo que el señor Caldera le dijera a Guillermo Gortázar en un viaje a La Habana: "yo me siento más cerca de Castro que de ustedes (los del PP)”. O las declaraciones de Rodríguez Ibarra en presencia de Fidel Castro cuando la visita del dictador a Extremadura: “yo debo el usar barbas y mi militancia política a la revolución cubana”. No puedo olvidar las infinitas muestras de afecto y la cooperación material de las Comunidades autónomas gobernadas por el PSOE con el régimen de La Habana y con toda la red de ONGs pro Castro que la izquierda radical tiene montada en España.
El periodista de Encuentro nos pide calma, nos pide que le otorguemos a Zapatero el beneficio de la duda, que esperemos acontecimientos. Para tranquilizarnos nos cuenta unas declaraciones de Miguel Ýngel Moratinos, probable ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno del PSOE, en las cuales manifestó que el gobierno de España mantendría la posición común europea sobre Cuba. Al colega Michel le faltó decir que esa posición común se consiguió a instancia del gobierno Aznar. Y le faltó citar completa la declaración. El señor Moratinos añadió enigmáticamente que no se tensarían las relaciones con La Habana.
El resto del artículo que comentamos está dedicado a la personal apreciación del periodista acerca de los acontecimientos acaecidos recientemente en España, el resultado de las elecciones y el análisis de las causas de la victoria del PSOE. El distinguido colega intenta aquí mostrarse equilibrado y objetivo, pero no lo consigue. Sus análisis coinciden demasiado con los del propio PSOE y los medios de comunicación que le son afines. Nos dice que los atentados pudieron haber influido, sí pero no. Nos habla de los modos autoritarios de Aznar, en la misma línea de intoxicación empleada por el PSOE. Nos dice que las encuestas indicaban un incremento del PSOE, cuando todo el mundo sabe que una hora antes de los atentados sólo se discutía si al PP le podrían faltar, o no, dos o tres diputados para alcanzar la mayoría absoluta, y nadie, ni el más entusiasta de los socialistas creía en la victoria del PSOE.
No dice una palabra nuestro articulista de la feroz y antidemocrática campaña de manipulación sobre los atentados terroristas desarrollada en los días anteriores de las elecciones, y hasta en la jornada de reflexión en las que fueron hostigadas las sedes del Partido Popular. En fin, que de objetividad, nada. Todo el análisis de nuestro distinguido colega está teñido de sus filias y sus fobias. Tal vez tanto como el mío. Sólo que para mi lo importante, lo verdaderamente importante, es que va a pasar con Cuba. De ahí mi miedo. Ojalá me equivoque.
Por Orlando Fondevila
El periodista cubano radicado en Madrid, Michel Suárez, ha publicado un artículo intitulado “El Síndrome de Granma cabalga sobre la prensa del exilio”. Por supuesto que el periodista de "Encuentro" tiene todo el derecho democrático, al que apela sin que nadie se lo haya cuestionado, para decir lo que dice y todo lo demás que quiera. Por supuesto que también a nosotros nos asiste el derecho de replicarle.
En primer lugar creo que el distinguido colega comete un error básico en sus apreciaciones, y es el de que para nosotros los cubanos todo análisis de la política de cualquier gobierno, partido, organización o personalidad pública debe pasar ante todo por el criterio de si favorece o no a la causa de la libertad de nuestro pueblo.
Reclama el distinguido periodista objetividad, que no se cuestione a Zapatero por su color ideológico y que le parece peligroso mostrar una sola cara de la realidad. El problema del color ideológico de Zapatero, o al menos de muchos en su partido, es que tal vez presentan distintos matices del rojo aunque no lleguen al rojo intenso de Castro o de Llamazares, éste último compañero de muchas andanzas y pancartas con Zapatero. En cuanto a lo de las caras de la realidad, a los cubanos, insisto, sólo nos vale aquella que sea solidaria con nuestra libertad.
Al margen de lo que el articulista llama preferencias ideológicas, filias o fobias personales, el giro político a la izquierda del próximo gobierno de España es constitutivo en sí mismo de legítima preocupación y alarma para los cubanos.
Tiene razón Michel cuando apunta que el socialismo europeo no es homologable con las versiones totalitarias del socialismo cubano, chino o norcoreano. Pero resulta incuestionable que el socialismo europeo, latinoamericano, africano o asiático, y hasta la versión norteamericana (que por allá llaman liberal) ha demostrado históricamente una especial debilidad por el castrismo.
Hoy mismo los socialistas belgas son los más complacientes de Europa con el régimen de La Habana, por citar un ejemplo. Hace pocos meses, los socialdemócratas europeos votaron en contra de otorgar el premio Sajarov al disidente cubano Oswaldo Payá. El propio autor del artículo que comentamos publicó el 27 de febrero del presente año un artículo en El Correo de Cuba que es definitorio desde su título: “Cuba, el PSOE no se aclara”, en el que afirma que dicho partido “continúa sin unidad de criterio sobre el tema de los derechos humanos en Cuba”; y añadía que “el debate sobre Cuba debía preocupar más a José Luis Rodríguez Zpatero... a quien por más de un flanco parecen salirle enanos...y quien no rectifica en público a este ferviente defensor del totalitarismo (en referencia al eurodiputado socialista, castrista de pura cepa, Miguel Ýngel Martínez)”. No sé que información privilegiada o que misterios de las filias y las fobias habrán hecho cambiar de opinión a nuestro distinguido colega en tan poco tiempo.
Por mi parte, no puedo olvidar la connivencia PSOE-Castro en la época de Felipe González, como tampoco olvidar declaraciones y conductas reiteradas de conspicuos líderes de ese partido en relación con el tema cubano. No puedo olvidar lo que el señor Caldera le dijera a Guillermo Gortázar en un viaje a La Habana: "yo me siento más cerca de Castro que de ustedes (los del PP)”. O las declaraciones de Rodríguez Ibarra en presencia de Fidel Castro cuando la visita del dictador a Extremadura: “yo debo el usar barbas y mi militancia política a la revolución cubana”. No puedo olvidar las infinitas muestras de afecto y la cooperación material de las Comunidades autónomas gobernadas por el PSOE con el régimen de La Habana y con toda la red de ONGs pro Castro que la izquierda radical tiene montada en España.
El periodista de Encuentro nos pide calma, nos pide que le otorguemos a Zapatero el beneficio de la duda, que esperemos acontecimientos. Para tranquilizarnos nos cuenta unas declaraciones de Miguel Ýngel Moratinos, probable ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno del PSOE, en las cuales manifestó que el gobierno de España mantendría la posición común europea sobre Cuba. Al colega Michel le faltó decir que esa posición común se consiguió a instancia del gobierno Aznar. Y le faltó citar completa la declaración. El señor Moratinos añadió enigmáticamente que no se tensarían las relaciones con La Habana.
El resto del artículo que comentamos está dedicado a la personal apreciación del periodista acerca de los acontecimientos acaecidos recientemente en España, el resultado de las elecciones y el análisis de las causas de la victoria del PSOE. El distinguido colega intenta aquí mostrarse equilibrado y objetivo, pero no lo consigue. Sus análisis coinciden demasiado con los del propio PSOE y los medios de comunicación que le son afines. Nos dice que los atentados pudieron haber influido, sí pero no. Nos habla de los modos autoritarios de Aznar, en la misma línea de intoxicación empleada por el PSOE. Nos dice que las encuestas indicaban un incremento del PSOE, cuando todo el mundo sabe que una hora antes de los atentados sólo se discutía si al PP le podrían faltar, o no, dos o tres diputados para alcanzar la mayoría absoluta, y nadie, ni el más entusiasta de los socialistas creía en la victoria del PSOE.
No dice una palabra nuestro articulista de la feroz y antidemocrática campaña de manipulación sobre los atentados terroristas desarrollada en los días anteriores de las elecciones, y hasta en la jornada de reflexión en las que fueron hostigadas las sedes del Partido Popular. En fin, que de objetividad, nada. Todo el análisis de nuestro distinguido colega está teñido de sus filias y sus fobias. Tal vez tanto como el mío. Sólo que para mi lo importante, lo verdaderamente importante, es que va a pasar con Cuba. De ahí mi miedo. Ojalá me equivoque.
Re: Cuba, el PSOE no se aclara
Enviado por el día 31 de Marzo de 2004 a las 14:30
Demolos tiempo si.. sera mejor
Re: Cuba, el PSOE no se aclara
Enviado por el día 31 de Marzo de 2004 a las 14:36
"No dice una palabra nuestro articulista de la feroz y antidemocrática campaña de manipulación sobre los atentados terroristas desarrollada en los días anteriores de las elecciones..."
Cual campaña, ¿la que lo remitía a ETA sin prueba fehaciente alguna?.
Cual campaña, ¿la que lo remitía a ETA sin prueba fehaciente alguna?.
