España

¡Qué empiece el baile de las independencias!

No se trata de hacer un estudio para analizar de una forma fidedigna que sentimientos mueven al ser humano para sentir esos deseos de independizarse de alguien o algo que según sus conceptos le retiene, se trata de ver si se pueden satisfacer todo los deseos de desvincularse de un situación que lleva siglos establecida como un todo.

El independentista catalán o vasco pretenden la separación de España propugnando unas causas que yo no voy a cuestionar, pero si voy a dar mi opinión de como se debería tratar el tema con el fin de llegar a conocer una situación real de lo que piensa la sociedad española al respecto. Lo que no voy a aceptar es que media docena de señores decidan la situación futura de su sociedad a sus caprichos o conveniencias.

Lo primero que debemos saber exactamente el porcentaje de votos sobre el electorado nacional a favor o en contra de las independencias, ya que un señor de Trujillo en el ordenamiento jurídico español actual tiene el mismo valor que otro de Mollet del Valles, por ejemplo.

Una vez conocido exactamente el censo de independentistas que hay en España, se procederá a conocer el censo por comunidades, y en aquellas que el censo a favor de la segregación sea mayoría, se procederá en esa o esas comunidades exclusivamente a conocer si la minoría acepta la nueva nacionalidad o desea a su vez independizarse de los que les quieren independizar. Por lo tanto, como buenos demócratas que son los catalanes y vascos, concederán la independencia a los disconformes de independizarse de España, para que ellos también estén contentos y felices.

Y como todo español según su Carta Magna tiene los mismos derechos, como dije antes, se tendrán que contemplar todos los deseos de independencia, por lo que al final Cataluña puede quedar divida en cuatro o cinco estados, o vaya usted a saber cuantos estados independientes autónomos entre si: El Alto Ampurdan, Tarraconenses o el Valles podrían ser estados. ¿Y quien se lo puede negar?. ¿Los catalanes?

Y quien dice Cataluña, dice otra comunidad autónoma, por ejemplo en la Comunitat Valençia podrían darse varios estados: Burriana que se lleva muy mal con Castellón, o Ciruelos de Arriba que no se pueden ver con Ciruelo de Abajo en la de Castilla-Leon, o Cartagena separarse de Murcia, que según mi amigo Manolo no se tragan.

Como el señor Zapatero prometió gobernar para todos los españoles con buen talante, le sugiero que empiece con el baile de las independencias, que algunos ya se les empieza a acabar la paciencia.