España

Si Annan sabía de estos desmanes y lo ha mantenido oculto, aún peor, lo ha intentado tapar como ha hecho con otros escándalos internos, debe dimitir o ser cesado cuanto antes. Pero si es verdad que no sabía nada de todo este entramado de corrupción que llegaba incluso a su propia familia, tiene que irse por incapacidad absoluta para gobernar un organismo internacional como la ONU. Sea como sea, tiene que irse. Su presencia al frente de las Naciones Unidas sólo puede verter más fango sobre la organización, poner en duda, aún más, la credibilidad que le queda y ahuyentar a las pocas naciones de verdad limpias, honestas y democráticas de su seno. Por el bien de todos, váyase Sr. Annan.
LibertadDigital

VOLVIENDO AL TEMA
Los designados han sido:
1. Austria: Arthur Schneier
2. Egipto: Ismael Seragledin
3. España: Federico Mayor Zaragoza
4. Estados Unidos: John Esposito
5. Francia: Hubert Vedrine
6. Francia: Lionel Jospin
7. India: Nafis Sadikin
8. India: Shobbana Bhartian
9. Indonesia: Alí Alatas
10. Irán: Mohamed Jatamí
11. Marruecos: André Azulay
12. Qatar: Sheija Mozah
13. Reino Unido: Karen Amstrong
14. Rusia: Vitaly Naumkim
15. Senegal: Mustafá Niasse
16. Túnez: Mohamed Charfin
17. Turquía: Mehmet Aydin
18. Uruguay: Enrique Iglesias

Intentaré examinarlos uno a uno, aunque los que conozco ya me confirman en mi idea previa. Si alguno o algunos no tienen un pasado lo suficientemente siniestro la decisión de sentarse con los que lo tienen ya dice mucho.

Empezaré por el impresentable clérigo integrista Mohamed Jatamí

Mohamed Jatamí: Clérigo fundamentalista iraní que dirigió el Centro Islámico de Hamburgo antes del derrocamiento del prooccidental Sha Reza Pahlevi. Tras la toma del poder por los fundamentalistas seguidores del Ayatollah Ruhollah Jomeini regresó a Irán donde y fue “elegido” miembro de la Asamblea o Majlis, para ser miembro de la cual se requiere la aprobación del “Consejo de Guardianes”. Jomeini detentó el poder absoluto en Irán desde 1979 a 1989. Se hizo nombrar líder político y religioso vitalicio e impuso un régimen dirigido por los "mullah" (clérigos chiítas); reimplantó la "sharia" o ley islámica, reprimiendo brutalmente cualquier tipo de oposición; trató de exportar la revolución fundamentalista a otros países musulmanes; apoyó a numerosas organizaciones terroristas en todo el mundo; muchas personas que habían trabajado para introducir la civilización en Irán fueron asesinadas y, de acuerdo con la doctrina fundamentalista, las mujeres iraníes fueron obligadas a llevar velo, al tiempo que se prohibían el alcohol y la música occidental; también se restauraron los castigos prescritos por la ley islámica y se promovió una policía encargada de velar por las costumbres musulmanas