España
Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.
"Un coche para volar"
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 10:57
"Un Coche Para Volar", article a "La Vanguardia" de Barcelona (17/10/2003) de Xavier Sala-Martín, catedràtic a Harvard:
"Cuando éramos pequeñitos, mis hermanos y yo solíamos pedir a mi padre que cambiara de coche. Él, hombre sabio, prudente y con sentido común, nos decía: “si el cotxe encara funciona, no cal canviar-lo” (si el coche todavía funciona, no hay que cambiarlo). Y cuando al fin se lo cambiaba, aparecía con otro Renault.
A pesar de que, en aquel momento, yo no entendía su lógica, el tiempo ha hecho que de la conducta de mi padre aprendiera no una sino tres lecciones importantes. Primera, cambiarse de coche “porqué sí” no tiene mucho sentido. ¿Qué ciudadanos (o “ciutadans”, que diríamos en Catalunya) quieren el cambio por el cambio? No sé, pero los “catalans assenyats” como mi progenitor, ciertamente no.
Segunda, mi padre utilizaba la palabra “todavía”, ese adverbio que denota continuidad y, a la vez, reconoce el inexorable paso del tiempo. Él sabía que llegaría el día en el que el coche no sería tan útil como solía. La implicación lógica es que entonces uno debe cambiar lo antiguo por lo nuevo. Un cambio, digamos, generacional.
La tercera lección es que, cuando finalmente cambiaba de coche, se compraba uno… ¡de la misma marca! “Naturalmente”, decía el viejo profesor, “si el que hemos tenido hasta ahora ha funcionado, lo normal es que sigamos confiando y adquiramos una versión moderna de la misma denominación”. Sabiduría pura.
Hace 23 años, los catalanes, ilusionados, nos compramos un vehículo nuevo. Era un Dos Caballos aunque parecía un 4x4: subía al Canigó, se paseaba por toda Catalunya cada fin de semana y viajaba por Europa y el mundo. Ha sido un buen coche. Un gran coche. Fieles a nuestro sentido común, no lo hemos cambiado “porque todavía funcionaba”. Pero el tiempo pasa y ha llegado el momento de comprar uno de nuevo. La pregunta es: ¿cual?
Al escoger, debemos tener en cuenta un par de cosas. Primero, el barrio no es lo que era hace 23 años. A finales de los setenta, nuestros vecinos nos dijeron que querían un proyecto común, en el que nuestro hecho diferencial sería respetado. Nos los creímos. Pero luego vino el del “¡que se siente coño!” y todo se transformó. Por un lado, los vecinos que parecían más dispuestos a defender nuestra diferencialidad, propusieron aquello de “por el cambio”. Y cambiaron. ¡Y tanto que cambiaron! Empezaron por retractarse de todas sus promesas. Luego se vendieron el coche y se compraron un carrusel donde había “gente guapa”, “movidas madrileñas”, GALerías de tiro al blanco y donde los espabilados se enriquecían de la noche a la mañana gracias a los pelotazos y a la corrupción. Incluso organizaban juergas donde se servía café para todos y donde la taza más pequeña siempre era para nosotros. Sus absurdos caballitos daban vueltas y más vueltas y no nos llevaban a ninguna parte. Eso sí, nos cobraban el 10% de nuestra renta como si nos condujeran al paraíso.
Por otro lado, los vecinos del paddle también cambiaron de coche. Éstos se compraron… ¡unos autos de choque! Y desde entonces no han hecho nada más que colisionar con todo el mundo. Los que más han recibido son los amigos pelotaris, pero a nosotros también nos han dado: nos robaron las matrículas, nos hicieron quitar las CATs, no nos dejan ir a competir con la selección de coches de nuestro barrio, nos prohíben hacer opas sobre otros vehículos, nos prometen trenes que no llegan, se llevan el agua. Es más, al igual que los “compañeros del cambio”, nos siguen cobrando el 10% de la renta y nos siguen dando la taza de café más pequeña.
El segundo aspecto a tener en cuenta a la hora de comprar automóvil es que la tecnología ha evolucionado. Muchas de las cosas que queremos hoy, no se existían hace 23 años: frenos ABS, luces antiniebla, climatizador, elevalunas eléctrico y… ¡airbag! ¡No olvidemos el airbag! Necesitamos uno para protegernos de las locuras y arbitrariedades de nuestros vecinos, especialmente los de los autochoques. El mejor airbag del mercado es de la marca “Estatut”. Con él, nuestra economía, nuestras finanzas, nuestra lengua, nuestras pensiones, nuestras escuelas, nuestros aeropuertos, nuestras autopistas y nuestra autonomía no dependerán de si los vecinos del cuarto (los de Segovia) le dan la mayoría absoluta a uno u otro en las elecciones a la presidencia de la escalera. Muy importante.
Dicho esto, se nos ofrecen dos opciones con posibilidades reales. La primera es un SEAT 1500 de los años setenta. En su día, un bonito y carismático coche “de diseño”. No hay duda que comprarlo sería otro “cambio”, pero un cambio hacia el pasado. Porque en el año 2003, el SEAT 1500 es un coche anticuado, sin recursos, cansado e incapaz. Una pieza de museo sin entusiasmo ni energía.
La otra opción es un vehículo nuevo de verdad, moderno, tecnológicamente avanzado. Un todoterreno, trabajador infatigable, de probada eficacia y absolutamente preparado. Y lo más importante, no depende de los vecinos que tanto nos perjudicaron cuando ellos repartían el café.
Ante estas opciones, ¿con cual me quedaría? Yo, la verdad, no quiero antiguallas del pasado sino modernidad para el futuro. No quiero carisma sino eficacia. No quiero un coche que dependa de otros, sino uno que nos saque de ese vecindario que nos incomoda y nos hunde. No quiero “diseny” sino “seny”. No quiero reliquias fatigadas y sin ganas. Al contrario, quiero ambición. Quiero un coche que me permita soñar con un mundo sin las fronteras que actualmente coartan nuestra libertad. Sí. Eso mismo. Quiero un coche sin límites. Un coche sin dependencias. Un coche sin fronteras. Un coche para volar."
Para traducciones al español: www.internostrum.com
"Cuando éramos pequeñitos, mis hermanos y yo solíamos pedir a mi padre que cambiara de coche. Él, hombre sabio, prudente y con sentido común, nos decía: “si el cotxe encara funciona, no cal canviar-lo” (si el coche todavía funciona, no hay que cambiarlo). Y cuando al fin se lo cambiaba, aparecía con otro Renault.
A pesar de que, en aquel momento, yo no entendía su lógica, el tiempo ha hecho que de la conducta de mi padre aprendiera no una sino tres lecciones importantes. Primera, cambiarse de coche “porqué sí” no tiene mucho sentido. ¿Qué ciudadanos (o “ciutadans”, que diríamos en Catalunya) quieren el cambio por el cambio? No sé, pero los “catalans assenyats” como mi progenitor, ciertamente no.
Segunda, mi padre utilizaba la palabra “todavía”, ese adverbio que denota continuidad y, a la vez, reconoce el inexorable paso del tiempo. Él sabía que llegaría el día en el que el coche no sería tan útil como solía. La implicación lógica es que entonces uno debe cambiar lo antiguo por lo nuevo. Un cambio, digamos, generacional.
La tercera lección es que, cuando finalmente cambiaba de coche, se compraba uno… ¡de la misma marca! “Naturalmente”, decía el viejo profesor, “si el que hemos tenido hasta ahora ha funcionado, lo normal es que sigamos confiando y adquiramos una versión moderna de la misma denominación”. Sabiduría pura.
Hace 23 años, los catalanes, ilusionados, nos compramos un vehículo nuevo. Era un Dos Caballos aunque parecía un 4x4: subía al Canigó, se paseaba por toda Catalunya cada fin de semana y viajaba por Europa y el mundo. Ha sido un buen coche. Un gran coche. Fieles a nuestro sentido común, no lo hemos cambiado “porque todavía funcionaba”. Pero el tiempo pasa y ha llegado el momento de comprar uno de nuevo. La pregunta es: ¿cual?
Al escoger, debemos tener en cuenta un par de cosas. Primero, el barrio no es lo que era hace 23 años. A finales de los setenta, nuestros vecinos nos dijeron que querían un proyecto común, en el que nuestro hecho diferencial sería respetado. Nos los creímos. Pero luego vino el del “¡que se siente coño!” y todo se transformó. Por un lado, los vecinos que parecían más dispuestos a defender nuestra diferencialidad, propusieron aquello de “por el cambio”. Y cambiaron. ¡Y tanto que cambiaron! Empezaron por retractarse de todas sus promesas. Luego se vendieron el coche y se compraron un carrusel donde había “gente guapa”, “movidas madrileñas”, GALerías de tiro al blanco y donde los espabilados se enriquecían de la noche a la mañana gracias a los pelotazos y a la corrupción. Incluso organizaban juergas donde se servía café para todos y donde la taza más pequeña siempre era para nosotros. Sus absurdos caballitos daban vueltas y más vueltas y no nos llevaban a ninguna parte. Eso sí, nos cobraban el 10% de nuestra renta como si nos condujeran al paraíso.
Por otro lado, los vecinos del paddle también cambiaron de coche. Éstos se compraron… ¡unos autos de choque! Y desde entonces no han hecho nada más que colisionar con todo el mundo. Los que más han recibido son los amigos pelotaris, pero a nosotros también nos han dado: nos robaron las matrículas, nos hicieron quitar las CATs, no nos dejan ir a competir con la selección de coches de nuestro barrio, nos prohíben hacer opas sobre otros vehículos, nos prometen trenes que no llegan, se llevan el agua. Es más, al igual que los “compañeros del cambio”, nos siguen cobrando el 10% de la renta y nos siguen dando la taza de café más pequeña.
El segundo aspecto a tener en cuenta a la hora de comprar automóvil es que la tecnología ha evolucionado. Muchas de las cosas que queremos hoy, no se existían hace 23 años: frenos ABS, luces antiniebla, climatizador, elevalunas eléctrico y… ¡airbag! ¡No olvidemos el airbag! Necesitamos uno para protegernos de las locuras y arbitrariedades de nuestros vecinos, especialmente los de los autochoques. El mejor airbag del mercado es de la marca “Estatut”. Con él, nuestra economía, nuestras finanzas, nuestra lengua, nuestras pensiones, nuestras escuelas, nuestros aeropuertos, nuestras autopistas y nuestra autonomía no dependerán de si los vecinos del cuarto (los de Segovia) le dan la mayoría absoluta a uno u otro en las elecciones a la presidencia de la escalera. Muy importante.
Dicho esto, se nos ofrecen dos opciones con posibilidades reales. La primera es un SEAT 1500 de los años setenta. En su día, un bonito y carismático coche “de diseño”. No hay duda que comprarlo sería otro “cambio”, pero un cambio hacia el pasado. Porque en el año 2003, el SEAT 1500 es un coche anticuado, sin recursos, cansado e incapaz. Una pieza de museo sin entusiasmo ni energía.
La otra opción es un vehículo nuevo de verdad, moderno, tecnológicamente avanzado. Un todoterreno, trabajador infatigable, de probada eficacia y absolutamente preparado. Y lo más importante, no depende de los vecinos que tanto nos perjudicaron cuando ellos repartían el café.
Ante estas opciones, ¿con cual me quedaría? Yo, la verdad, no quiero antiguallas del pasado sino modernidad para el futuro. No quiero carisma sino eficacia. No quiero un coche que dependa de otros, sino uno que nos saque de ese vecindario que nos incomoda y nos hunde. No quiero “diseny” sino “seny”. No quiero reliquias fatigadas y sin ganas. Al contrario, quiero ambición. Quiero un coche que me permita soñar con un mundo sin las fronteras que actualmente coartan nuestra libertad. Sí. Eso mismo. Quiero un coche sin límites. Un coche sin dependencias. Un coche sin fronteras. Un coche para volar."
Para traducciones al español: www.internostrum.com
Re: "Un coche para volar"
Enviado por el día 11 de Abril de 2004 a las 06:10
Muy Bien. ¡ ¡
interesante, formativo y con humor... aunque los ""vecinos"" todavia no han contestado.
Esperemos que contesten y que no ladren.
Salut.
JOAQUIM.
interesante, formativo y con humor... aunque los ""vecinos"" todavia no han contestado.
Esperemos que contesten y que no ladren.
Salut.
JOAQUIM.
Re: Re: "Un coche para volar"
Enviado por el día 11 de Abril de 2004 a las 13:38
Hola vecino.Muy buena la narrativa.
Pero permíteme una pregunta. ¿que pensais hacer con el resto del vecindaro que no sea catalán; o que aún siéndolo, no se sienta tan nacionalista y radical como tu?
Y esta otra ¿Cuando el Ebro se puso en venta?...lo digo ,por que me pareció entender, que no se que vecino de Segovia te quiere robar el agua y claro deduzco que tu eres su propietario ¿te costo mucho?.
Saludos desde Cervera (Lérida) España
Pero permíteme una pregunta. ¿que pensais hacer con el resto del vecindaro que no sea catalán; o que aún siéndolo, no se sienta tan nacionalista y radical como tu?
Y esta otra ¿Cuando el Ebro se puso en venta?...lo digo ,por que me pareció entender, que no se que vecino de Segovia te quiere robar el agua y claro deduzco que tu eres su propietario ¿te costo mucho?.
Saludos desde Cervera (Lérida) España
Re: Re: Re:
Enviado por el día 12 de Abril de 2004 a las 00:28
Catam, Escamot,
Me ha gustado el artículo, aunque la verdad, ya lo había leído en su día. Llevo ya un tiempo leyendo a Xavier Sala en La Vanguardia: me parece una persona con argumentos bastante razonables.
Yo os voy a contestar, en mi condición de castellano, de la Castilla profunda, de Palencia. Voy a intentar no ladrar, como decís, y espero conseguirlo.
Creo que estaréis de acuerdo conmigo que hasta ahora no ha habido secesiones de regiones de una manera pacífica, desgraciadamente (salvo casos excepcionales en contextos específicos, como Eslovaquia, o algunas ex-repúblicas soviéticas). Con lo cual, estamos todos los países acostumbrados a que no se pueda conseguir la secesión respetando únicamente la voluntad popular, sino a base de tortas. Desde Córcega, hasta Laponia o los territorios de la confederación del sur de Estados Unidos, a ninguno se le ha dado la posibilidad de conseguir la secesión de una manera sosegada y pacífica.
No os sorprenda, por tanto, que a algunos les moleste esta posibilidad de ser pioneros, porque en principio ningún Estado lo permite de acuerdo con sus leyes o Constituciones, ni siquiera Canadá.
Puede ser que en España lleguemos a ser pioneros, y no me parecería mala cosa. Pero creo que habría que hacer las cosas bien: es decir, permitiendo en vuestras nuevas leyes, que haya provincias o condados, que se puedan pasar al otro lado, por ejemplo. Puede haber mucha gente como Arctos, que no se identifique tanto con vuestra causa, y se les va a tener que respetar, porque si no, yo no me perdonaría haber permitido esa independencia, dejando en calzoncillos a mucha gente que no se siente a gusto con el nuevo proyecto catalán, y sin embargo, no tiene la libertad para poder cambiar de Estado. Vamos, que espero que en vuestra nueva Constitución, permitáis también la secesión en el interior, para que reine la competencia pura y dura: quien atraiga mejor a esos ciudadanos, con políticas más atractivas, que se lleve su voto.
Y también, creo que es algo que se deberá aprobar con una mayoría más que suficiente, no una simple mayoría simple, para evitar que haya muchas idas y venidas de un Estado a otro, en función de razones circunstanciales.
Bueno, y para terminar, pues únicamente, que intentéis entender que estamos ante un acontecimiento novedoso, y como tal, tarda en digerirse. Y que bueno, que tampoco somos tan tan borregos, hombre. Y que visca Catalunya, y visca Palencia. Y en fin, que os echaríamos de menos, snif, snif, porque la Liga dejaría de tener emoción, y porque estos foros dejarían de tener un tema de debate apasionado.
Bueno, que eso, que haced lo que queráis, pero sabed que se os va a echar de menos.
Me ha gustado el artículo, aunque la verdad, ya lo había leído en su día. Llevo ya un tiempo leyendo a Xavier Sala en La Vanguardia: me parece una persona con argumentos bastante razonables.
Yo os voy a contestar, en mi condición de castellano, de la Castilla profunda, de Palencia. Voy a intentar no ladrar, como decís, y espero conseguirlo.
Creo que estaréis de acuerdo conmigo que hasta ahora no ha habido secesiones de regiones de una manera pacífica, desgraciadamente (salvo casos excepcionales en contextos específicos, como Eslovaquia, o algunas ex-repúblicas soviéticas). Con lo cual, estamos todos los países acostumbrados a que no se pueda conseguir la secesión respetando únicamente la voluntad popular, sino a base de tortas. Desde Córcega, hasta Laponia o los territorios de la confederación del sur de Estados Unidos, a ninguno se le ha dado la posibilidad de conseguir la secesión de una manera sosegada y pacífica.
No os sorprenda, por tanto, que a algunos les moleste esta posibilidad de ser pioneros, porque en principio ningún Estado lo permite de acuerdo con sus leyes o Constituciones, ni siquiera Canadá.
Puede ser que en España lleguemos a ser pioneros, y no me parecería mala cosa. Pero creo que habría que hacer las cosas bien: es decir, permitiendo en vuestras nuevas leyes, que haya provincias o condados, que se puedan pasar al otro lado, por ejemplo. Puede haber mucha gente como Arctos, que no se identifique tanto con vuestra causa, y se les va a tener que respetar, porque si no, yo no me perdonaría haber permitido esa independencia, dejando en calzoncillos a mucha gente que no se siente a gusto con el nuevo proyecto catalán, y sin embargo, no tiene la libertad para poder cambiar de Estado. Vamos, que espero que en vuestra nueva Constitución, permitáis también la secesión en el interior, para que reine la competencia pura y dura: quien atraiga mejor a esos ciudadanos, con políticas más atractivas, que se lleve su voto.
Y también, creo que es algo que se deberá aprobar con una mayoría más que suficiente, no una simple mayoría simple, para evitar que haya muchas idas y venidas de un Estado a otro, en función de razones circunstanciales.
Bueno, y para terminar, pues únicamente, que intentéis entender que estamos ante un acontecimiento novedoso, y como tal, tarda en digerirse. Y que bueno, que tampoco somos tan tan borregos, hombre. Y que visca Catalunya, y visca Palencia. Y en fin, que os echaríamos de menos, snif, snif, porque la Liga dejaría de tener emoción, y porque estos foros dejarían de tener un tema de debate apasionado.
Bueno, que eso, que haced lo que queráis, pero sabed que se os va a echar de menos.
