España
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La exacerbación en los foros y la grandeza de Cataluña.
Enviado por el día 8 de Octubre de 2005 a las 11:23
La exacerbación de los foros y la grandeza de Cataluña.
Como ya he contado, he estado en Barcelona y provincia un par de días, que por cierto, sigue tan hermosa o más que siempre, y como invariablemente que la visito desde hace muchos, nadie me ha dado motivos para sentirme forastero en ella.
He hablado castellano con varios catalanes. Aprovecho la ocasión para saludar a Mar, profesional de la óptica de Llicá d’Amunt; simpática, amable y cordial , y a Carlos, otro profesional del mismo ramo de Hospitalet), y ninguno de ellos, como así mismo los profesionales del Hotel Hilton de la Diagonal, o los del pub Lauren & Hardy me han efectuado ni la más leve alusión a mi ignorancia del idioma catalán.
Lees en los foros opiniones tan enaltecidas sobre Cataluña, que llegas a imaginar que en cualquiera de sus ciudades, hoy, uno de otra comunidad puede verse en peligro si detectan que no es autóctono; y si es madrileño, hasta puede ser letal para él.
¡Pues no señor! Nicolás y un servidor hemos circulado por muchas rutas catalanas con un vehículo matrícula de Madrid tan ricamente, admirando los paisajes del Valles, y sobre todo, de los de Llicá d’Amunt, sin que nadie nos haya echado ni tan siquiera una mirada despectiva.
¡Qué conclusión he sacado de este viaje!
Que el catalán como el de andaluz, extremeño o madrileño, si es una persona ecuánime y sensata, lucha y labora por su bienestar y de su familia; colabora con sus impuestos al progreso de su país, nación, nacionalidad o como “cullons” queramos llamarlo, y pasa de aspectos arcaicos y arcanos como no acostumbramos a pasar en los foros. Aquí parece que nos va el alma y el prestigio en ellos.
¡Gracias Barcelona por seguir tan bella y guapa como siempre! Y ¡gracias amigos Mar, Carlos y demás catalanes que no habéis recibido de la misma forma que os recibiremos los madrileños!
Es que como todos sabemos: “Hay gente pa’tó”.
Como ya he contado, he estado en Barcelona y provincia un par de días, que por cierto, sigue tan hermosa o más que siempre, y como invariablemente que la visito desde hace muchos, nadie me ha dado motivos para sentirme forastero en ella.
He hablado castellano con varios catalanes. Aprovecho la ocasión para saludar a Mar, profesional de la óptica de Llicá d’Amunt; simpática, amable y cordial , y a Carlos, otro profesional del mismo ramo de Hospitalet), y ninguno de ellos, como así mismo los profesionales del Hotel Hilton de la Diagonal, o los del pub Lauren & Hardy me han efectuado ni la más leve alusión a mi ignorancia del idioma catalán.
Lees en los foros opiniones tan enaltecidas sobre Cataluña, que llegas a imaginar que en cualquiera de sus ciudades, hoy, uno de otra comunidad puede verse en peligro si detectan que no es autóctono; y si es madrileño, hasta puede ser letal para él.
¡Pues no señor! Nicolás y un servidor hemos circulado por muchas rutas catalanas con un vehículo matrícula de Madrid tan ricamente, admirando los paisajes del Valles, y sobre todo, de los de Llicá d’Amunt, sin que nadie nos haya echado ni tan siquiera una mirada despectiva.
¡Qué conclusión he sacado de este viaje!
Que el catalán como el de andaluz, extremeño o madrileño, si es una persona ecuánime y sensata, lucha y labora por su bienestar y de su familia; colabora con sus impuestos al progreso de su país, nación, nacionalidad o como “cullons” queramos llamarlo, y pasa de aspectos arcaicos y arcanos como no acostumbramos a pasar en los foros. Aquí parece que nos va el alma y el prestigio en ellos.
¡Gracias Barcelona por seguir tan bella y guapa como siempre! Y ¡gracias amigos Mar, Carlos y demás catalanes que no habéis recibido de la misma forma que os recibiremos los madrileños!
Es que como todos sabemos: “Hay gente pa’tó”.