España

Hace 73 años los españoles perdimos una magnífica oportunidad para ser libres y salir del atraso, probablemente porque no estabamos preparados. Había demasiados radicales incapaces de reconocerle al contrario siquiera el derecho a existir, y frente a ellos solo se encontraba un pueblo pobre e ignorante que en lugar de pararles los pies se dejo arrastrar hasta el abismo del derramiento de sangre entre hermanos. Desde entonces no volvimos a confiar en nosotros mismos. De ello se aprovecho la dictadura de Franco, que se presentó a sí misma como garante de la paz ante el peligro que suponía que los españoles hicieran uso de su libertad. Después llego la democracia, pero aún entonces tuvimos que restaurar una institución anacrónica como es la monarquía con el fin de que un poder no emanado de la voluntad popular asegurase la convivencia y la unidad, como si tuviesemos miedo de nosotros mismos. ¿Qué es lo que nos ocurre? ¿Somos acaso niños para que nos enseñen, lerdos para que nos manden, ciegos para que nos guíen? ¡Basta, es hora de tomar las riendas de nuestro destino! Mientras haya un solo hombre desigual ante la ley, y mientras no asumamos todos los poderes de la nación no habra ni libertad ni democracia. Y cuando la tercera republica sea proclamada de una vez por todas podremos decir que los muertos de nuestra guerra civil pueden descansar en paz, porque habremos redimido el pecado que España cometió contra España. Habremos vuelto al punto de partida para recibir una nueva oportunidad de hacer las cosas bien, y esta vez triunfaremos.