España

España nace como fruto de la unión dinástica de los Reinos de Castilla-León y Catalunya-Aragón. Por tanto, no tiene sentido discutir si España es plurinacional o no. Lo es, y negarlo es atentar contra su misma esencia. Es decir, sin todos sus fundadores detrás, España no tiene sentido.
Queda pendiente, desde hace 500 años, el encontrar la fórmula para poder fundir estas dos naciones en una diferente y superior. Hasta ahora (especialmente desde Felipe V), el papel de España lo ha representado Castilla en exclusiva, con los resultados que la historia nos da.
La hipótesis de partida es que una buena reunión de los fundadores da como resultado una gran Nación. Las columnas del escudo y su lema Plus-Ultra representan la expansión mediterránea (típicamente catalana) y la atlántica (típicamente castellana). No se debe perder el tiempo (y más cosas) y debemos centrarnos en expandir España hacia Oriente y hacia Occidente, repartiendonos las tareas y con apoyos mutuos.. Esta hipótesis debe mantenerse como pilar básico para que la idea de España se sustente. Con esta base, y con el reconocimiento mutuo de ambas naciones, se debe empezar a estructurar todo el estado. Si se continua con la forma monárquica (la republicana recordemos es igualmente lícita), deberíamos ir o bien hacia un Reino Unido de España (estilo británico) o bien a una Monarquía Confederal (estilo Corona de Aragón). A priori, la primera opción parece mejor.
Otro punto a tratar es el de la división administrativa. Creo que puede coexistir el estado de las Autonomías (nivel administrativo) con el estado monárquico (nivel político). Recordemos que las principales confusiones que han acontecido en los últimos años han venido de mezclar la reclamación de más competencias-recursos con más poder-autodeterminación, es decir, mezcla de elementos administrativos (ciudadanos) y políticos (naciones).