España
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Héroes
Enviado por el día 23 de Octubre de 2005 a las 00:52
El reciente protagonismo informativo de Fernando Alonso, plenamente justificado por los hechos, saca a relucir en el inicio del tercer milenio la figura mítica del héroe y la del irracional comportamiento masivo de la plebe rendida a sus hazañas "deportivas"; sin restarle mérito al asturiano por su título de Campeón del Mundo de Formula 1 el motivo de mi mensaje se centra en la reacción de la gente, supuestos aficionados a las carreras que de la noche a la mañana han surgido por millares.
Lo más significativo de este fervor popular es su brevedad, supeditada al tiempo de duración del éxito del triunfador, que nada más abandonarlo, se pierde en las veredas del olvido. Recordemos a Miguel Indurain o a tantos y tantos héroes que al caer arrastran consigo el interés de la masa por el oficio del triunfador. ¿Quién sigue ya el ciclismo? ¿Cúantos aficionados a la Formula 1 había hasta la llegada de Alonso?
Cuan porco le gustan a la turba las virtudes que proporciona la degustación de los frutos de la insumisión al adoctrinamiento popular de la masa, apegada al sueño del triunfo. Que pocos los que cogen una senda y no la abandonan.
El éxito, el héroe y el mito son una ilusión etérea en la mente del ácólito, una excusa en la cabeza de un depravado y un dato en los anales de la historia.
El Mundo Contemporáneo no necesita héroes.
Lo más significativo de este fervor popular es su brevedad, supeditada al tiempo de duración del éxito del triunfador, que nada más abandonarlo, se pierde en las veredas del olvido. Recordemos a Miguel Indurain o a tantos y tantos héroes que al caer arrastran consigo el interés de la masa por el oficio del triunfador. ¿Quién sigue ya el ciclismo? ¿Cúantos aficionados a la Formula 1 había hasta la llegada de Alonso?
Cuan porco le gustan a la turba las virtudes que proporciona la degustación de los frutos de la insumisión al adoctrinamiento popular de la masa, apegada al sueño del triunfo. Que pocos los que cogen una senda y no la abandonan.
El éxito, el héroe y el mito son una ilusión etérea en la mente del ácólito, una excusa en la cabeza de un depravado y un dato en los anales de la historia.
El Mundo Contemporáneo no necesita héroes.