España
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Que no se repita la historia...
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2005 a las 13:14
Desde medios afines al PSOE se señalan objetivos como si de Gara-ETA se tratara. No sé hasta dónde se atreverán a llegar los que rigen nuestro destino en la actualidad. No olvidemos la historia. Todo esto se me hace familiar, y cito:
"Yo tengo, señor Casares Quiroga, anchas espaldas. Su señoría es hombre fácil y pronto para el gesto de reto y para las palabras de amenaza. Le he oído tres o cuatro discursos en mi vida, los tres o cuatro desde ese banco azul, y en todos ha habido siempre la nota amenazadora. Bien, señor Casares Quiroga. Me doy por notificado de la amenaza de su señoría. Me ha convertido su señoría en sujeto, y, por tanto, no sólo activo, sino pasivo, de las responsabilidades que puedan nacer de no sé qué hechos. Bien, señor Casares Quiroga. Lo repito: mis espaldas son anchas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi Patria y para gloria de España, las acepto también. ¡Pues no faltaba más! Yo digo lo que santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: "Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis". Y es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio. Pero, a mi vez, invito al señor Casares Quiroga a que mida sus responsabilidades estrechamente, si no ante Dios, puesto que es laico, ante su conciencia, puesto que es hombre de honor; estrechamente, día a día, hora a hora, por lo que dice, por lo que calla. Piense que en sus manos están los destinos de España, y yo pido a Dios que no sean trágicos". José Calvo Sotelo. 16 de Junio de 1936.
No transcurrieron ni 30 días para hacer efectiva la amenaza de la que se habla. Calvo Sotelo murió asesinado el 13 de julio de 1936.
Si bien la situación, afortunadamente, no es, por ahora, la de entonces, haría bien el PSOE en rectificar antes de que se empiecen a quemar iglesias, asesinar a sus opositores y a cometerse actos que nos lleven a un punto de no retorno.
Repito una frase que, por manoseada que esté, no debemos olvidar: "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla".Georges Santayana.
No exagero. En los estertores de la II república se decía lo mismo. No llegará la sangre al río. Ya sabemos lo que ocurrió. No responsabilizo a la izquierda. Tampoco a la derecha. La culpa fué de TODOS.
"Yo tengo, señor Casares Quiroga, anchas espaldas. Su señoría es hombre fácil y pronto para el gesto de reto y para las palabras de amenaza. Le he oído tres o cuatro discursos en mi vida, los tres o cuatro desde ese banco azul, y en todos ha habido siempre la nota amenazadora. Bien, señor Casares Quiroga. Me doy por notificado de la amenaza de su señoría. Me ha convertido su señoría en sujeto, y, por tanto, no sólo activo, sino pasivo, de las responsabilidades que puedan nacer de no sé qué hechos. Bien, señor Casares Quiroga. Lo repito: mis espaldas son anchas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi Patria y para gloria de España, las acepto también. ¡Pues no faltaba más! Yo digo lo que santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: "Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis". Y es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio. Pero, a mi vez, invito al señor Casares Quiroga a que mida sus responsabilidades estrechamente, si no ante Dios, puesto que es laico, ante su conciencia, puesto que es hombre de honor; estrechamente, día a día, hora a hora, por lo que dice, por lo que calla. Piense que en sus manos están los destinos de España, y yo pido a Dios que no sean trágicos". José Calvo Sotelo. 16 de Junio de 1936.
No transcurrieron ni 30 días para hacer efectiva la amenaza de la que se habla. Calvo Sotelo murió asesinado el 13 de julio de 1936.
Si bien la situación, afortunadamente, no es, por ahora, la de entonces, haría bien el PSOE en rectificar antes de que se empiecen a quemar iglesias, asesinar a sus opositores y a cometerse actos que nos lleven a un punto de no retorno.
Repito una frase que, por manoseada que esté, no debemos olvidar: "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla".Georges Santayana.
No exagero. En los estertores de la II república se decía lo mismo. No llegará la sangre al río. Ya sabemos lo que ocurrió. No responsabilizo a la izquierda. Tampoco a la derecha. La culpa fué de TODOS.