España

Paz y amor a las persona de buena voluntad.

No seré yo el insensato que diga que es la buena voluntad, pues hasta el más sórdido de los humanos sabe lo que es, aunque huya de ella como la peste. La voluntad es un valor en la persona que le lleva por los senderos de la vida a realizar aquellos episodios que quedan esculpidos en la historia como parangón y ejemplo de las futuras generaciones.

Leer en los foros a los jóvenes esas ideas extraídas de pozos negros más que de las celosías del alma, causa temor y tristeza. El heroísmo, la entrega, la abnegación, la caridad, la filantropía y demás virtudes que enaltecen el espíritu es basura que hay que barrer de la sociedad. ¡A sus indigentes cerebros no les han inculcado los verdaderos valores por lo que la mujer y el hombre deben luchar para que el ser humano no vuelva a su origen! A ser aquel animal irracional de las cavernas.

Contemplar la España de hoy, donde unas miríadas de intransigentes y extremistas que no entienden nada más que de sus ambiciones y egoísmos; que no conciben a los que en su provecho intentan conducirles por caminos de sufrimientos pero que la meta es la paz del espíritu y la solidaridad del género humano; quieren ellos llevarnos a los avernos de sus miserias y aberraciones, pregonando a los cuatro vientos la rebelión de las masas. Pero no aquellas que cantó Ortega, liberadoras de la primacía de una elite que oprimía las voluntades; la rebelión de las estas masas es para llegar a un estado en donde no quede ningún vestigio de lo que siempre ha enaltecido al ser humano. El amor al prójimo.

Paz y amor de todo corazón deseo a los que todavía les queda un hálito de bondad, a los que lloran por tanta desgracia ajena; a los que todavía creen que el hombre no se ha destruido, y a los que sufren por este estado de cosas.

¡Felicidades amigos! De corazón os las desea para estas fiestas y para siempre al que haya entendido este mensaje.