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El señor Zapatero y su burbuja de jabón
Enviado por el día 2 de Enero de 2006 a las 19:04
El señor Zapatero y su burbuja de jabón.
El señor Zapatero llegó al poder lo mismo que llega al aire una burbuja de jabón expelida por el pompero de un niño, vuela unos segundos, hace las delicias de aquellos que como embobados miran como hace piruetas por el aire de una forma caprichosa, y acaba rompiéndose en mil pedazos volviendo a lo que era: una gota de agua.
El señor presidente de gobierno señor don José Luis Rodríguez Zapatero ha cometido dos torpezas tan grandes que sin duda como a la burbuja de jabón le va a devolver a donde vino: de la nada.
Cualquier presidente de gobierno sea de la ideología que sea, lo primero que debe tener muy claro, que por encima de los conceptos particulares que pueda concebir su mente sobre como gobernar una sociedad, están las demandas de los gobernados; y en democracia queramos o no, dan el gobierno las mayorías, y cuando existen dos mayorías muy definidas como existen en España, el vuelco electoral depende de un hilo.
Pero el señor Zapatero ha caído en tal error, que ha creído que la mayoría que le dan sus apoyos circunstanciales y siempre pagados con creces en el Parlamento le es suficiente para gobernar según sus principios, sin darse cuenta que está caminando por una cuerda tan floja que a le menor perturbación, al igual como la pompa de jabón se deshará irremisiblemente.
Los votos que le dan la frágil mayoría en el Parlamente es tan endeble que en cuanto se le tuerza el bigote a Carod Rovira, se convertirá ZP en lo que no tiene peso específico. En humo. Pero el pobre es incapaz de verlo. El poder le arroba.
La auténtica mayoría son los veinte millones de españoles que votan al PP y al PSOE, los que dan el poder, y gobernado es como “se arañan” los votos de un lado o de otro señor Zapatero, no siendo esclavo de media docena de votos que no son prestados de buena fe, son prestamistas que van a sacar todo lo que puedan para ellos, señor ZP, no para usted.
¡Parece mentira que con lo mayorcito que es, no se de cuenta! ¡Ay señor Zapatero! ¡Cuántas lágrimas va a derramar en un futuro no muy lejano!
El señor Zapatero llegó al poder lo mismo que llega al aire una burbuja de jabón expelida por el pompero de un niño, vuela unos segundos, hace las delicias de aquellos que como embobados miran como hace piruetas por el aire de una forma caprichosa, y acaba rompiéndose en mil pedazos volviendo a lo que era: una gota de agua.
El señor presidente de gobierno señor don José Luis Rodríguez Zapatero ha cometido dos torpezas tan grandes que sin duda como a la burbuja de jabón le va a devolver a donde vino: de la nada.
Cualquier presidente de gobierno sea de la ideología que sea, lo primero que debe tener muy claro, que por encima de los conceptos particulares que pueda concebir su mente sobre como gobernar una sociedad, están las demandas de los gobernados; y en democracia queramos o no, dan el gobierno las mayorías, y cuando existen dos mayorías muy definidas como existen en España, el vuelco electoral depende de un hilo.
Pero el señor Zapatero ha caído en tal error, que ha creído que la mayoría que le dan sus apoyos circunstanciales y siempre pagados con creces en el Parlamento le es suficiente para gobernar según sus principios, sin darse cuenta que está caminando por una cuerda tan floja que a le menor perturbación, al igual como la pompa de jabón se deshará irremisiblemente.
Los votos que le dan la frágil mayoría en el Parlamente es tan endeble que en cuanto se le tuerza el bigote a Carod Rovira, se convertirá ZP en lo que no tiene peso específico. En humo. Pero el pobre es incapaz de verlo. El poder le arroba.
La auténtica mayoría son los veinte millones de españoles que votan al PP y al PSOE, los que dan el poder, y gobernado es como “se arañan” los votos de un lado o de otro señor Zapatero, no siendo esclavo de media docena de votos que no son prestados de buena fe, son prestamistas que van a sacar todo lo que puedan para ellos, señor ZP, no para usted.
¡Parece mentira que con lo mayorcito que es, no se de cuenta! ¡Ay señor Zapatero! ¡Cuántas lágrimas va a derramar en un futuro no muy lejano!