España
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Muy difícil de entender, pero ocurre.
Enviado por el día 13 de Enero de 2006 a las 15:07
Muy difícil de entender, pero ocurre.
El suicido del capitán de Zaragoza tras el asesinato de su hijita de cinco añito y su mujer, o ex mujer, sólo se puede entender desde la locura o desesperación más profunda del ser humano.
Por los visto, ella había obtenido la custodia de la niña y se disponía a vivir con su novio en otra localidad, lejos del padre.
Conozco un caso muy parecido, muy allegado a mi, y precisamente de Cariñena – Zaragoza. Un padre destrozado por la separación de si hija de siete años, y al borde de la locura.
No quiero ni muchos menos justificar la acción del capitán, ni la de la persona allegada a mi, a la que estamos consolando con el fin de que no cometa una locura.
Lo que es la vida. Si mi mujer me dejara y se la llevara un menda con mis cuatro hijos. ¡Joder! Que alegría. Lo que me iba a divertir con mis amigas de chat, y alguna vecinita del barrio que me mira con ojos lascivos.
¡Pero no caerá esa breva!
MORALEJA. Un mismo caso puede hacer feliz a uno, y a otro quitarle la pelleja.
El suicido del capitán de Zaragoza tras el asesinato de su hijita de cinco añito y su mujer, o ex mujer, sólo se puede entender desde la locura o desesperación más profunda del ser humano.
Por los visto, ella había obtenido la custodia de la niña y se disponía a vivir con su novio en otra localidad, lejos del padre.
Conozco un caso muy parecido, muy allegado a mi, y precisamente de Cariñena – Zaragoza. Un padre destrozado por la separación de si hija de siete años, y al borde de la locura.
No quiero ni muchos menos justificar la acción del capitán, ni la de la persona allegada a mi, a la que estamos consolando con el fin de que no cometa una locura.
Lo que es la vida. Si mi mujer me dejara y se la llevara un menda con mis cuatro hijos. ¡Joder! Que alegría. Lo que me iba a divertir con mis amigas de chat, y alguna vecinita del barrio que me mira con ojos lascivos.
¡Pero no caerá esa breva!
MORALEJA. Un mismo caso puede hacer feliz a uno, y a otro quitarle la pelleja.