España

ya sabía yo que era por el beneplacido de ZP

la unidad del archivo, la unidad de España, miren ustedes que son pesados con tanta unidad.

La unidad de los idiotas o la conjura de los necios. Si Ignatius levantara la cabeza les iba a dar a ustedes unas cuantas lecciones de teología y geometría.

Ponderando, en su justa medida, las suprasustanciales, imprevisibles, elocuentes y nunca suficientemente loadas opiniones que ronald tiene a bien de obsequiarnos en éste nuestro foro, no quisiera perder la oportunidad de hacer una observación -que no una argumentación, pues no todo vale a la hora de argumentar-. Ésta me sobrevino viendo, en un programa de la noche, un reportaje en Salamanca, con breves entrevistas a los lugareños, cuyo fin era recabar impresiones sobre el traslado de parte del archivo a Cataluña. En concreto, me quedé con la opinión que un anciano improvidente daba en plena calle:

- Ahora que los papeles van Cataluña, ¿cómo se siente?

- Me siento como un perro al que han dado una paliza y pegado un tiro en la cabeza...

Hubo otras opiniones, de análoga posición y/o contenido. Fue entonces cuando me pregunté: "¿Sabrían, estos buenos señores, hace un par de años... que existía un archivo en Salamanca?". Tengo que reconocer que yo no tenía ni idea hasta que se empezó a debatir el tema ¿Qué clase de persona podía saber semejante cosa?

Una vez hecha la observación, tengo que decir que, cuando supe que se quería trasladar parte del archivo, quiénes estaban a favor y quiénes en contra, mi primera reacción fue estar de parte de los primeros. Pensaba: "Si pertenecen a Cataluña, en Cataluña tienen que estar". Pero, como bien dijo arasou, pertenecieron a manos privadas, no a territorios.

En resumen... me da igual lo que suceda con esos papeles. No me importa si el gobierno está a favor o en contra de llevarlos aquí o allá, como tampoco que el PP adopte la opinión contraria. A la hora de que los partidos políticos fijen su posición a este respecto, no tengo valoraciones positivas o negativas.

Sí tengo, en cambio, valoraciones exclusivamente negativas a la hora de instrumentalizar ideas o personas. Para el gobierno, por decir que los papeles "fueron expoliados a los catalanes y deben volver a donde pertenecen". Para el PP, por movilizar y timar a la gente con el asunto, blandiendo la "unidad del archivo y de España". Y, muy especialmente, para el alcalde de Salamanca, por reírse abiertamente de la ley, -aprobada, para bien o para mal-, con demoras y tocomochos.

Sigo pensando que, hace un par de años, muchos de los líderes políticos y manifestantes no sabían que existía un archivo en Salamanca.

Saludos.