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Ovillejos: "los de la mente roja y el bolsillo verde"
Enviado por el día 8 de Febrero de 2006 a las 18:04
Ovillejos: "los de la mente roja y el bolsillo verde"
De nuevo mi pluma ociosa anda por las regiones de ese infernal parnaso que nos depara Expaña. Las zahurdas de Polanco están a reventar de toda clase de sujetos grotescos, repelentes insectos y otros especimenes para los cuales el término humano es demasiado generoso.
Un Quevedo se pondría las botas, y todos los satíricos que en el mundo han sido allá en su pedacito de Gloria se roen los puños de envidia: lo que hubieran hecho ellos con semejante panorama.
En este caso, mi magín de poca monta se detiene en dos de los más abyectos servidores del tirano, dos voces que se elevan con especial horrísono balido sobre la turbamulta de sandeces, majaderías, trapazas y falsedades con que regalan nuestos oídos "fascisitas" los prisaicos.
Uno es el oso de la oscura caverna, sediento de diestras chichas; el otro es el ronco canoso que sólo tiene blanco el pelo, pues el alma es negra, la mente roja y el bolsillo verde. Son dos seres"Seres" donde los haya, de los que se amparan para soltar todo tipo de bellaquerías por sus mercenarias bocas en el apoyo del País, aunque medio país no pueda ni verlos; y menos oírlos.
Ahí va el ovillejo. Es un tanto rebuscado, lo confieso, pero por no exprimirme el cerebro he preferido exprimir el diccionario. Sirva como excusa a mi escaso talento el que personajes tales tampoco merecen nada del otro jueves.
¿Quién desbarra hasta dar pena?
Sopena.
¿Su razón, obedecer?
De Ser.
¿Hay sayón más torticero?
Carnicero.
¿Qué hacer con tanto embustero?
Carne es de rojo cuchillo
que yo haría picadillo
so pena de ser carnicero.
De nuevo mi pluma ociosa anda por las regiones de ese infernal parnaso que nos depara Expaña. Las zahurdas de Polanco están a reventar de toda clase de sujetos grotescos, repelentes insectos y otros especimenes para los cuales el término humano es demasiado generoso.
Un Quevedo se pondría las botas, y todos los satíricos que en el mundo han sido allá en su pedacito de Gloria se roen los puños de envidia: lo que hubieran hecho ellos con semejante panorama.
En este caso, mi magín de poca monta se detiene en dos de los más abyectos servidores del tirano, dos voces que se elevan con especial horrísono balido sobre la turbamulta de sandeces, majaderías, trapazas y falsedades con que regalan nuestos oídos "fascisitas" los prisaicos.
Uno es el oso de la oscura caverna, sediento de diestras chichas; el otro es el ronco canoso que sólo tiene blanco el pelo, pues el alma es negra, la mente roja y el bolsillo verde. Son dos seres"Seres" donde los haya, de los que se amparan para soltar todo tipo de bellaquerías por sus mercenarias bocas en el apoyo del País, aunque medio país no pueda ni verlos; y menos oírlos.
Ahí va el ovillejo. Es un tanto rebuscado, lo confieso, pero por no exprimirme el cerebro he preferido exprimir el diccionario. Sirva como excusa a mi escaso talento el que personajes tales tampoco merecen nada del otro jueves.
¿Quién desbarra hasta dar pena?
Sopena.
¿Su razón, obedecer?
De Ser.
¿Hay sayón más torticero?
Carnicero.
¿Qué hacer con tanto embustero?
Carne es de rojo cuchillo
que yo haría picadillo
so pena de ser carnicero.