España

No debes juzgar a un país basándote en las opiniones de algunos de sus políticos, o en las interpretaciones erróneas en las que incurren algunos comentaristas políticos.
Los catalanohablantes nunca se han negado a mestizarse, o a relacionarse, con los castellanohablantes. Mucha gente opina que las personas están por encima de las lenguas y lo demuestran con hechos. Además, cualquier persona cabal valora positivamente que en su territorio se hable más de una lengua; incluso los políticos nacionalistas a los que tu aludes también piensan lo mismo. Lo que pasa es que deberías obtener información de primera mano: si escucharas a Carod-Rovira "sin filtros" seguro que no te quedaría más remedio que transigir y aceptar que su discurso es coherente. Por ejemplo, no se cansa de repetir que es catalán quien vive y trabaja en Cataluña, independientemente de la lengua que use.

Y lo de perder Baqueira-Beret a mí me da igual. Como soy catalana, no puedo evitar tener en cuenta el aspecto económico de las cosas: mantener el valle de Arán también costará mucho dinero, pienso yo.

Supongo que ya hacen bien de no fiarse de Carod porque yo también lo tengo por un político muy imprevisible.

Pero, corríjanme si me equivoco, en este foro se le atribuyen defectos que yo creo que provienen del anterior mandato de CIU. En efecto, los de CIU han estado obsesionados por preservar a ultranza la cultura catalana y protegerla de toda influencia externa. Buena intención ya tenían, pero el resultado ha sido falta de creatividad, parálisis e inmobilismo cultural. Ya me parece bien que se repongan obras teatrales de autores catalanes del Romanticismo, Modernismo, etc., pero en el escenario cultural de un país también tienen que aparecer otras literaturas.

Por ejemplo, no tengo nada en contra de Verdaguer, al contrario: en su momento fue una figura decisiva en la evolución de la literatura catalana y claro, bien se merecía que se celebrara su centenario, pero recuerdo que un día del mes de junio, a las cuatro de la tarde, y bajo un sol de justicia, llevaba ya unas cuantas horas conduciendo, y sintonicé Catalunya Cultura: una voz soporífera recitaba versos de este poeta. No sé si se trataba de un documental, pero me imaginé que el programa consistía en un recital de una hora sin interrupciones. Tuve la horrorosa sensación de haber sido transportada en el túnel del tiempo hacia épocas remotas. Este autor y otros deberían ser juzgados por la calidad literaria de su obra y por su trascendencia en el contexto cultural de la época, pero nada más. ¿Por qué tienen que erigirlos como representantes sacrosantos de la catalanidad? Si quieren buscar referentes para la identidad catalana, que pongan más imaginación, ¡que para eso los pagan!

Por eso, pienso que es muy buena señal que el líder de CIU acuse al gobierno actual de descatalanizar Cataluña; Artur Mas, sin proponérselo, le está haciendo buena propaganda.