España

Entiendo a Benn Laden y a Hussein, a Zapatero, no

Aunque todo en la vida es comprensible, hasta lo más inaudito, hay aspectos en el ser humano que son bastantes difíciles de hallar los motivos de sus conductas. Una de las conductas extrañas, es la de don JoséLuis Rodríguez Zapatero y sus comparsas. ¿O son ellos los comparsas de otros?

Es perfectamente comprensible la actitud de Been Laden. Un multimillonario que ha preferido vivir en las montañas escondido como un prófugo y condenado a muerte por los Estados Unidos, a llevar una vida relajada en palacios de grifería de oro y concubinas, por una causa. Causa que podrá ser repudiada y reprobada por muchos, pero que obedece a una razón muy poderosa y totalmente definida: El triunfo del Islam sobre Occidente.

Otro caso entendible perfectamente, es el de Sadam Hussein. Podría perfectamente estar viviendo la gran vidorra; pero una extraña decisión, seguramente basada en conceptos espirituales, le ha llevado a un juicio en donde seguramente si no le condenan a muerte se pasará el resto de sus días entre rejas.

Pero entender la figura de Zapatero y adjuntos, a mi me resulta inaccesible. Las incoherencias en las que este hombre incurre son tan aparatosas, cuando no infantiles, que sólo una posición desde su misma atalaya, podrían llegar a entenderlas.

Al menos don Alonso Quijano y sus delirios de salvar al mundo no afectaban a nadie, el solito se “comía el coco”, pero lo de Zapatero está rayando en unos aspectos que si no se remedian pueden llegar a siniestros. Esta haciendo lo que le sale de las criadillas sin más razones aparentes que la de satisfacer una secta, no a la sociedad. Y ésta ve, unos estupefactos y otros con algarada como España camina por una cuerda floja que la mayoría de los españoles no tienen muy claro a donde va.

Posiblemente estemos ante un visionario, pero majadero. Porque hay idealistas que tienen un enfoque muy definido de sus quimeras y pueden conducir a abrigos seguros. Pero éste, lo único que sabe, es decir cosas que nada tienen que ver con la realidad de un país moderno y europeo. Creo que nos hallamos ante un visionario que lo ve todo borroso, o con los anteojos de otros.