España

Dónde se halla la razón? Sin duda, en el respeto.

No seré yo donde determine donde se ubica la razón de los pensamientos, aunque si tengo el suficiente poder de razonar para no caer tal majadería; pero si digo que la verdadera razón se halla en el respeto a las ideas contrarias siempre que éstas no atenten con la ética, la moral y las costumbres de una sociedad en su pluralidad.
Viene a cuento este escrito sobre las recomendaciones del Gobierno Socialista a los niños entre seis y doce años, de que no es malo ni pecado tocarse la colita y la vulva, y que enamorarse de una persona del mismo sexo no es motivo de vergüenza ni de rechazo, y hacer el amor con adultos no son actos antinaturales.
Vuelvo a decir que yo no voy a determinar si esto que digo es bueno o es malo, pero si opino que es una inconveniencia, y no quiero entrar en las mentes de los que han determinado que aconsejar estas acciones a niños y niñas de seis añitos es necesario para alcázar su madurez sexual, porque entonces si que se perderían en sin razones.
Si un progresista me dice que hay que enseñar a los niñas y niñas de esas edades lo que es el sexo en toda su realidad material, sin tener en cuenta los principios espirituales consustanciales de la persona; le diré muy alto y claro; que muchos millones de personas han llegado a la madurez sexual por su propia inercia, descubriendo ellos mismos lo que la Naturaleza les ha concedido; y son personas totalmente equilibradas y sin traumas de esa índole.
Estos progresistas henchidos de razón, no respetan las de los que en sus legítimos usos de sus libertades, se declaran conservadores y defensores de una ética y moral según ellos arcaica. Y vuelta a lo mismo. ¿Es que acaso os creéis con la verdad y razón absolutas? Veo que sí, que os sentís poseso de la razón, y todo vestigio que se oponga a ella no es digno de respeto, y por ende, hay que eliminarlo.
Así piensan los progresistas españoles. Instituciones que defienden y preconizan valores basados en las tradiciones, como la Iglesia Católica, la enseñanza en la moral cristiana, el orden, la disciplina y demás conceptos que millones de españoles profesan, para ellos no son dignos de ser respetados.
Partes de una sociedad que no respeta otras opciones, y que lucha por eliminarlas de la misma para imponer las suyas “como sea”, se halla al borde del colapso.