España
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¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
Enviado por el día 2 de Junio de 2004 a las 00:04
¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
No a la Constitución europea
El pasado 20 de Junio, durante la Cumbre de la Unión Europea en Salónica, el expresidente de la República Francesa, el derechista Valery Giscard d'Estaing, hizo acto formal de entrega del Proyecto de Constitución europea, elaborado en un designado conclave denominado "Convención Europea". El Gobierno español ha anunciado su compromiso de someterlo a referéndum. Este anuncio abre una ventana de oportunidad importante, a un año vista, para expresar el rechazo a la opresión nacional y social que sufre Andalucía, que hay que aprovechar. El voto NO en el Referéndum permitirá en forma sintética oponerse al modelo capitalista neoliberal imperante en el Estado español y la Unión Europea. Es la ocasión para rechazar la precariedad, el desempleo, la desigualdad, el subdesarrollo, la dependencia... indisolublemente unidos a la realidad política y económica que nos imponen España y Europa; para concentrar y desarrollar la rabia social y nacional.
La Constitución europea es una garantía política y formal adicional para los estados en general y para España en particular contra los derechos democráticos nacionales a la Soberanía Nacional, Autodeterminación e Independencia de las naciones sin Estado, pronunciándose explícitamente a favor de defender la "integridad territorial de los Estados".
Constata de nuevo que en tanto Catalunya no conquiste su Estado nacional propio no tendrá capacidad para defenderse eficazmente de las agresiones imperialistas que se incuban en Bruselas. Es verdad que tener Estado nacional propio no asegura automáticamente el éxito en este empeño pero también lo es que, especialmente en las condiciones catalanas, carecer de Estado nacional es un seguro de sacrificio a intereses ajenos. No se puede olvidar que Catalunya, pese a ser una nación de 11.000.000 personas, más poblada que Dinamarca, Finlandia, Irlanda o el gran ducado de Luxemburgo; más numerosa que Eslovaquia, Lituania, Letonia, Eslovenia, Estonia, Chipre y Malta, no tiene representación propia ni reconocimiento alguno. El nuevo tratado europeo sigue dejando el destino de Catalunya al margen de la legítima e imprescriptible capacidad de decisión y veto especifico nacional de los catalanes.
Es el momento para devolverles en plena jeta el golpe del expolio de la ampliación, de la Reforma de la PAC; de la estrategia imperialista euromediterránea o de la imposición exterior de una política inmigratoria inextricablemente unida a la sobreexplotación que no tiene nada que ver con las necesidades reales de una Catalunya con cientos de miles de catalanes desempleados y precarios. Si Europa no reconoce a Catalunya; Catalunya debe darle una buena bofetada a Europa. Para los independentistas catalanes sólo cabe oponerse a este proyecto anticatalán.
El texto europeo es un proyecto rabiosamente capitalista y neoliberal. Reafirma expresamente el modelo capitalista ("economía social de mercado") en su formulación neoliberal, la competitividad, la desregulación, la libertad absoluta de circulación de capitales, el déficit cero europeo, ampara el cierre patronal e intenta prohibir cualquier otra política económica alternativa a la neoliberal. La Constitución europea reafirma todo el curso capitalista al servicio de las grandes transnacionales y los imperialismos centrales que ha marcado a la Unión Europea desde su constitución a través de sus antecedentes y que ha tenido como hitos el Acta Única, Maastricht y Niza. Para quienes asuman una posición socialista sólo cabe oponerse a este proyecto antipopular.
Manteniendo y reconociendo expresamente los lazos imperialistas con la OTAN, la nueva formulación europea ampara la posibilidad de incrementar las intervenciones y agresiones militares europeas para implantar el orden imperialista. No significa ninguna protección adicional para las libertades democráticas, antes al contrario, el espacio policial y judicial reforzado, canalizando e institucionalizando el apoyo mutuo automático, supone un instrumento represivo adicional en manos de la oligarquía y los estados.
De aquí al prometido Referéndum, el movimiento independentista catalán tiene el desafío de construir los instrumentos organizativos, afianzar el discurso político y difundir los argumentos de una visión propia nacional independiente que dote al proyecto de una Catalunya emancipada de su espacio singular en el debate europeo abierto y en la campaña política subsiguiente, sin desaparecer, difuminarse o diluirse ante otros proyectos cosmopolitas o españolistas que puedan coincidir con la izquierda independentista catalana en el NO por otros fundamentos y objetivos. Hacerlo así es una tarea obligada consecuente a la seguridad de que sólo una visión socialista comprometida con la emancipación nacional de Catalunya puede conectar con la sensibilidad social catalana convirtiéndola en impulso político liberador.
No a la Constitución europea
El pasado 20 de Junio, durante la Cumbre de la Unión Europea en Salónica, el expresidente de la República Francesa, el derechista Valery Giscard d'Estaing, hizo acto formal de entrega del Proyecto de Constitución europea, elaborado en un designado conclave denominado "Convención Europea". El Gobierno español ha anunciado su compromiso de someterlo a referéndum. Este anuncio abre una ventana de oportunidad importante, a un año vista, para expresar el rechazo a la opresión nacional y social que sufre Andalucía, que hay que aprovechar. El voto NO en el Referéndum permitirá en forma sintética oponerse al modelo capitalista neoliberal imperante en el Estado español y la Unión Europea. Es la ocasión para rechazar la precariedad, el desempleo, la desigualdad, el subdesarrollo, la dependencia... indisolublemente unidos a la realidad política y económica que nos imponen España y Europa; para concentrar y desarrollar la rabia social y nacional.
La Constitución europea es una garantía política y formal adicional para los estados en general y para España en particular contra los derechos democráticos nacionales a la Soberanía Nacional, Autodeterminación e Independencia de las naciones sin Estado, pronunciándose explícitamente a favor de defender la "integridad territorial de los Estados".
Constata de nuevo que en tanto Catalunya no conquiste su Estado nacional propio no tendrá capacidad para defenderse eficazmente de las agresiones imperialistas que se incuban en Bruselas. Es verdad que tener Estado nacional propio no asegura automáticamente el éxito en este empeño pero también lo es que, especialmente en las condiciones catalanas, carecer de Estado nacional es un seguro de sacrificio a intereses ajenos. No se puede olvidar que Catalunya, pese a ser una nación de 11.000.000 personas, más poblada que Dinamarca, Finlandia, Irlanda o el gran ducado de Luxemburgo; más numerosa que Eslovaquia, Lituania, Letonia, Eslovenia, Estonia, Chipre y Malta, no tiene representación propia ni reconocimiento alguno. El nuevo tratado europeo sigue dejando el destino de Catalunya al margen de la legítima e imprescriptible capacidad de decisión y veto especifico nacional de los catalanes.
Es el momento para devolverles en plena jeta el golpe del expolio de la ampliación, de la Reforma de la PAC; de la estrategia imperialista euromediterránea o de la imposición exterior de una política inmigratoria inextricablemente unida a la sobreexplotación que no tiene nada que ver con las necesidades reales de una Catalunya con cientos de miles de catalanes desempleados y precarios. Si Europa no reconoce a Catalunya; Catalunya debe darle una buena bofetada a Europa. Para los independentistas catalanes sólo cabe oponerse a este proyecto anticatalán.
El texto europeo es un proyecto rabiosamente capitalista y neoliberal. Reafirma expresamente el modelo capitalista ("economía social de mercado") en su formulación neoliberal, la competitividad, la desregulación, la libertad absoluta de circulación de capitales, el déficit cero europeo, ampara el cierre patronal e intenta prohibir cualquier otra política económica alternativa a la neoliberal. La Constitución europea reafirma todo el curso capitalista al servicio de las grandes transnacionales y los imperialismos centrales que ha marcado a la Unión Europea desde su constitución a través de sus antecedentes y que ha tenido como hitos el Acta Única, Maastricht y Niza. Para quienes asuman una posición socialista sólo cabe oponerse a este proyecto antipopular.
Manteniendo y reconociendo expresamente los lazos imperialistas con la OTAN, la nueva formulación europea ampara la posibilidad de incrementar las intervenciones y agresiones militares europeas para implantar el orden imperialista. No significa ninguna protección adicional para las libertades democráticas, antes al contrario, el espacio policial y judicial reforzado, canalizando e institucionalizando el apoyo mutuo automático, supone un instrumento represivo adicional en manos de la oligarquía y los estados.
De aquí al prometido Referéndum, el movimiento independentista catalán tiene el desafío de construir los instrumentos organizativos, afianzar el discurso político y difundir los argumentos de una visión propia nacional independiente que dote al proyecto de una Catalunya emancipada de su espacio singular en el debate europeo abierto y en la campaña política subsiguiente, sin desaparecer, difuminarse o diluirse ante otros proyectos cosmopolitas o españolistas que puedan coincidir con la izquierda independentista catalana en el NO por otros fundamentos y objetivos. Hacerlo así es una tarea obligada consecuente a la seguridad de que sólo una visión socialista comprometida con la emancipación nacional de Catalunya puede conectar con la sensibilidad social catalana convirtiéndola en impulso político liberador.
Re: ¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
Enviado por el día 2 de Junio de 2004 a las 00:06
Re: Re: ¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
Enviado por el día 2 de Junio de 2004 a las 00:11
Recomiendo la lectura del texto.
Re: Re: ¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
Enviado por el día 2 de Junio de 2004 a las 00:18
No veo a los ejercitos fascistas que oprimen Cataluña ahí,donde están?
Re: ¡Jode al Capital!, ¡Jode a España!, ¡Jode a Europa!
Enviado por el día 2 de Junio de 2004 a las 00:07
Leelo de una vez hombre:
"¿Qué sucederá si a pesar de dos o tres guerras, a pesar del sacrificio de varias generaciones y de ciertos valores, nuestros nietos –suponiendo que lleguen a existir,no se encuentran más cerca de la sociedad universal? Sucederá que los sobrevivientes de esta experiencia no tendrán ni siquiera la fuerza de ser los testigos de su propia agonía. Entonces, no está mal que los hombres se asignen la tarea de preservar, a lo largo de la historia apocalíptica que nos espera, la reflexión modesta que, sin pretender resolverlo todo, servirá en algún momento para fijar su sentido a la vida cotidiana. Lo esencial es que estos hombres midan bien el precio que tendrán que pagar.
Ahora puedo terminar. Lo que me parece deseable, en este momento, es que en medio de un mundo homicida uno se decida a reflexionar sobre el homicidio y a elegir. Si esto pudiera hacerse, nos dividiríamos entre los que aceptan ser homicidas y los que se niegan con todas sus fuerzas. Ya que esta terrible división existe, será un progreso, al menos, hacerla clara. A través de los cinco continentes, y en los próximos años, va a continuar una lucha interminable entre la violencia y la prédica. Y es verdad que las posibilidades de la primera son mil veces superiores a los de esta última. Pero siempre he creído que, si bien el hombre esperanzado en la condición humana es un loco, el que desespera de los acontecimientos es un cobarde. Y además el único honor será el de mantener obstinadamente esta formidable apuesta que decidirá, en fin, si las palabras son más fuertes que las balas."
Albert Camus.
"¿Qué sucederá si a pesar de dos o tres guerras, a pesar del sacrificio de varias generaciones y de ciertos valores, nuestros nietos –suponiendo que lleguen a existir,no se encuentran más cerca de la sociedad universal? Sucederá que los sobrevivientes de esta experiencia no tendrán ni siquiera la fuerza de ser los testigos de su propia agonía. Entonces, no está mal que los hombres se asignen la tarea de preservar, a lo largo de la historia apocalíptica que nos espera, la reflexión modesta que, sin pretender resolverlo todo, servirá en algún momento para fijar su sentido a la vida cotidiana. Lo esencial es que estos hombres midan bien el precio que tendrán que pagar.
Ahora puedo terminar. Lo que me parece deseable, en este momento, es que en medio de un mundo homicida uno se decida a reflexionar sobre el homicidio y a elegir. Si esto pudiera hacerse, nos dividiríamos entre los que aceptan ser homicidas y los que se niegan con todas sus fuerzas. Ya que esta terrible división existe, será un progreso, al menos, hacerla clara. A través de los cinco continentes, y en los próximos años, va a continuar una lucha interminable entre la violencia y la prédica. Y es verdad que las posibilidades de la primera son mil veces superiores a los de esta última. Pero siempre he creído que, si bien el hombre esperanzado en la condición humana es un loco, el que desespera de los acontecimientos es un cobarde. Y además el único honor será el de mantener obstinadamente esta formidable apuesta que decidirá, en fin, si las palabras son más fuertes que las balas."
Albert Camus.
