España

Carta abierta a las víctimas del terrorismo

Estimadas personas que han sufrido la atrocidad del terror en carne propia o en la de un ser amado:

Tienen que llegar a comprender a pesar del terrible dolor que supone la pérdida de un ser querido, o la de uno o varios miembros de su anatomía que les imposibilita hacer una vida normal, como tú, mi admirada Irene Villa, rota en plena niñez como una muñeca de cartón, y frustradas las ilusiones cuando más florecen; al igual en el Gólgota nuestro Señor Jesucristo entre los dos ladrones, herido, lacerado, humillado y coronado de espinas, pidió a su Dios Padre que perdonara a los que le torturaron y crucificaron, seguid su ejemplo y perdonad también a los que os hicieron tanto mal.

Tenéis que llegar a comprender, que nuestro presidente de gobierno, don José Luis Rodríguez Zapatero, no es aquel Poncio Pilatos que lavándose las manos envió a Jesús a la muerte; es un hombre lleno de magnanimidad y grandeza, que lo que trata es de conducirnos a todos los españoles (menos a unos cinco o diez millones), a una paz basada en el perdón y la generosidad. ¡Pero es que no vais a comprender su magnificencia!

Vuestros mártires, caídos de una forma estúpida y miserable, arrancadas en muchos casos sus incipientes vidas por unas causas incompresibles para vosotros, hoy debéis comprender que deben servir para algo más que vuestro recuerdo, deben servir para que todos entendamos (incluidos los señores Rajoy, Acebes y Zaplana) que jamás se van a repetir esas masacres si apoyamos al señor Zapatero; Príncipe de todas las bondades, prócer de la piedad y preclaro soberano de la auténtica razón y verdad, a que conceda en vuestro nombre todos los derechos por los que durante cuarenta años han luchado, sufrido penas y cárcel, laceraciones a un pueblo humillado por fuerzas opresoras.

¡Comprender por favor! Que aquellos que os causaron tanto mal, son al fin y al cabo mártires de sus causas, y que seguramente sufren y han sufrido tanto como vosotros.
¡Qué nuestro esclarecido e insigne señor Zapatero consiga esa paz por la que tanto está luchando! ¡Qué no encuentre más dificultades ni zancadillas en su largo peregrinaje (eso dice, que va a durar mucho)! ¡Allanadle el camino por favor! ¿Es que no comprendéis el enorme sacrificio que tiene que hacer este santo para conseguir la paz de ETA?

Olvidad el pasado,
regad vuestras flores
con agua de rosas.
Negad los dolores..
Recitar otras prosas,
hallad en ellas consuelo
ZP me a confesado una cosa..
... olvidará la muerte de su abuelo.

¡Bendita sea la paz que nos ofreces Zapatero! Todo vale para ello... Te juro que yo no te diré aquello de .... “Somos arrieros”.