España

El PP, al contrario de lo que sucede en los últimos meses, no tuvo reparos en seguir adelante con la negociación con ETA en 1998 pese a que se hicieron públicos los pagos del llamado impuesto revolucionario por parte de empresarios vascos. La formación liderada por Mariano Rajoy utiliza en la actualidad en su argumentario contra la apertura de contactos entre el Gobierno y ETA el hecho de que, supuestamente, sigan en marcha los cobros a empresarios, lo que significa que "ETA sigue extorsionando". Sin embargo, el entonces presidente, José María Aznar, anunció a principios de noviembre de ese año el inicio de contactos directos con miembros de lo que las circunstancias le llevaron a denominar como Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), pese a que, tal y como publicaba El Mundo en su edición del 2 de noviembre de 1998 [lea artículo de referencia], "no sólo pagan los empresarios que desde antes de que ETA declarara la tregua indefinida ya afrontaban estos impuestos revolucionarios, también algunos de los que fueron secuestrados por la organización terrorista siguen haciendo frente a las deudas que mantienen por su liberación".
Incluso el por entonces portavoz del Gobierno, Josep Piqué, hablaba de que "lo importante ahora es acreditar la voluntad real por parte de ETA de abandonar las armas y de eliminar algunos equívocos que todavía se siguen produciendo, en relación, por ejemplo, a la inquietud de empresarios vascos en cuanto al impuesto revolucionario" .