España
Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.
Escribamos al PP para interpelarle por su actitud vacilante.
Enviado por el día 1 de Julio de 2006 a las 15:52
Modelo sugerido en el blog de Pío Moa:
http://www.libertaddigital.com/bitacora/piomoa/
A la dirección del PP.
El que suscribe, votante (o afiliado) del PP, constata que nos hallamos ante una ofensiva general para destruir la Constitución española en beneficio del extremismo separatista y terrorista. La ofensiva, perversamente encubierta como “proceso de paz”, ataca la ley que nos permite vivir en paz y en libertad, ataca los fundamentos mismos de nuestra convivencia: la unidad de España y la democracia. Legitima el asesinato y solo puede traer más violencia y descomposición social.
La unidad nacional, las libertades, el respeto a la ley, no son valores de derecha ni izquierda, sino un interés general y básico, y sobre ellos no debiera haber cuestión entre los grandes partidos nacionales. Por desgracia uno de éstos, el PSOE, bajo su actual dirección, es, precisamente, el director de esa ofensiva contra la ley.
Ello deja al PP, en principio, como único defensor de tales valores, cuyo vigor desea la inmensa mayoría de los españoles, como ha venido a reconocer el señor Rajoy. Por lo tanto, la denuncia clara e inteligente de la ofensiva anticonstitucional y la firme defensa de la ley y las libertades debieran permitir al PP ganar la iniciativa política y la voluntad de casi todo el país frente a los extremistas.
Sin embargo constatamos también que el PP practica una política confusa, vacilante y contradictoria, a remolque de las iniciativas anti constitucionales. Finge ignorar que los nuevos estatutos secesionistas son el principal pago político a los asesinos; critica el ilegal estatuto catalán y luego elabora otros semejantes; se somete en Cataluña a los políticos secesionistas, reduciéndose a la irrelevancia en esa región; admite que un alto cargo del partido intente desacreditar, en sintonía con el gobierno, a las víctimas más directas del terrorismo, o que otro presida una “boda” homosexual; rompe estrepitosamente las relaciones con el gobierno para, a continuación, mendigar un encuentro con éste. Y así podríamos seguir largamente.
El PP es hoy la asociación más poderosa capaz de oponerse a los designios antidemocráticos de la alianza entre el gobierno, los separatistas y los terroristas. Por ello la imagen de incoherencia e impotencia que transmite en una situación tan crítica, resulta desmoralizante para los españoles demócratas. Ese partido no se debe sólo a sí mismo, sino a la sociedad, y más en la situación actual, por lo que se impone en él una clarificación que lo regenere y le permita ganar la necesaria confianza de la gran mayoría. De otro modo perderá incluso la confianza de sus votantes, no superará sus disensiones internas, y contribuirá, aun si involuntariamente, al siniestro proceso demoledor de todo lo construido desde la Transición.
Someto este proyecto de carta a la consideración de ustedes.
http://www.libertaddigital.com/bitacora/piomoa/
A la dirección del PP.
El que suscribe, votante (o afiliado) del PP, constata que nos hallamos ante una ofensiva general para destruir la Constitución española en beneficio del extremismo separatista y terrorista. La ofensiva, perversamente encubierta como “proceso de paz”, ataca la ley que nos permite vivir en paz y en libertad, ataca los fundamentos mismos de nuestra convivencia: la unidad de España y la democracia. Legitima el asesinato y solo puede traer más violencia y descomposición social.
La unidad nacional, las libertades, el respeto a la ley, no son valores de derecha ni izquierda, sino un interés general y básico, y sobre ellos no debiera haber cuestión entre los grandes partidos nacionales. Por desgracia uno de éstos, el PSOE, bajo su actual dirección, es, precisamente, el director de esa ofensiva contra la ley.
Ello deja al PP, en principio, como único defensor de tales valores, cuyo vigor desea la inmensa mayoría de los españoles, como ha venido a reconocer el señor Rajoy. Por lo tanto, la denuncia clara e inteligente de la ofensiva anticonstitucional y la firme defensa de la ley y las libertades debieran permitir al PP ganar la iniciativa política y la voluntad de casi todo el país frente a los extremistas.
Sin embargo constatamos también que el PP practica una política confusa, vacilante y contradictoria, a remolque de las iniciativas anti constitucionales. Finge ignorar que los nuevos estatutos secesionistas son el principal pago político a los asesinos; critica el ilegal estatuto catalán y luego elabora otros semejantes; se somete en Cataluña a los políticos secesionistas, reduciéndose a la irrelevancia en esa región; admite que un alto cargo del partido intente desacreditar, en sintonía con el gobierno, a las víctimas más directas del terrorismo, o que otro presida una “boda” homosexual; rompe estrepitosamente las relaciones con el gobierno para, a continuación, mendigar un encuentro con éste. Y así podríamos seguir largamente.
El PP es hoy la asociación más poderosa capaz de oponerse a los designios antidemocráticos de la alianza entre el gobierno, los separatistas y los terroristas. Por ello la imagen de incoherencia e impotencia que transmite en una situación tan crítica, resulta desmoralizante para los españoles demócratas. Ese partido no se debe sólo a sí mismo, sino a la sociedad, y más en la situación actual, por lo que se impone en él una clarificación que lo regenere y le permita ganar la necesaria confianza de la gran mayoría. De otro modo perderá incluso la confianza de sus votantes, no superará sus disensiones internas, y contribuirá, aun si involuntariamente, al siniestro proceso demoledor de todo lo construido desde la Transición.
Someto este proyecto de carta a la consideración de ustedes.
Re: Escribamos al PP para interpelarle por su actitud vacilante.
Enviado por el día 1 de Julio de 2006 a las 15:58
Se puede contactar con el PP en esta dirección:
http://www.pp.es/index.asp?p=4787&c=c5c1bda1194f94...
http://www.pp.es/index.asp?p=4787&c=c5c1bda1194f94...
OJO, el PP tiene un filtro de lenguaje, este es el modelo de carta que admite:
Enviado por el día 1 de Julio de 2006 a las 16:12
OJO, el PP tiene un filtro de lenguaje, este es el modelo de carta que admite:
A la dirección del PP.
El que suscribe, votante (o militante) del PP, constata que nos hallamos ante una ofensiva general para destruir la Constitución española en beneficio del extremismo separatista y terr orista. La ofensiva, per versamente encubierta como “proceso de paz”, ataca la ley que nos permite vivir en paz y en libertad, ataca los fundamentos mismos de nuestra convivencia: la unidad de España y la democracia. Legitima el as esinato y solo puede traer más vi olencia y descomposición social.
La unidad nacional, las libertades, el respeto a la ley, no son valores de derecha ni izquierda, sino un interés general y básico, y sobre ellos no debiera haber cuestión entre los grandes partidos nacionales. Por desgracia uno de éstos, el PSOE, bajo su actual dirección, es, precisamente, el director de esa ofensiva contra la ley.
Ello deja al PP, en principio, como único defensor de tales valores, cuyo vigor desea la inmensa mayoría de los españoles, como ha venido a reconocer el señor Rajoy. Por lo tanto, la denuncia clara e inteligente de la ofensiva anticonstitucional y la firme defensa de la ley y las libertades debieran permitir al PP ganar la iniciativa política y la voluntad de casi todo el país frente a los ex tremistas.
Sin embargo constatamos también que el PP practica una política confusa, vacilante y contradictoria, a remolque de las iniciativas anti constitucionales. Finge ignorar que los nuevos estatutos secesionistas son el principal pago político a los as esinos; critica el il egal estatuto catalán y luego elabora otros semejantes; se somete en Cataluña a los políticos secesionistas, reduciéndose a la irrelevancia en esa región; admite que un alto cargo del partido intente desacreditar, en sintonía con el gobierno, a las víctimas más directas del te rrorismo, o que otro presida una “boda” homose xual; rompe estrepitosamente las relaciones con el gobierno para, a continuación, mendigar un encuentro con éste. Y así podríamos seguir largamente.
El PP es hoy la asociación más poderosa capaz de oponerse a los designios antide mocráticos de la alianza entre el gobierno, los separatistas y los te rroristas. Por ello la imagen de incoherencia e im potencia que transmite en una situación tan crítica, resulta desmoralizante para los españoles demócratas. Ese partido no se debe sólo a sí mismo, sino a la sociedad, y más en la situación actual, por lo que se impone en él una clarificación que lo regenere y le permita ganar la necesaria confianza de la gran mayoría. De otro modo perderá incluso la confianza de sus votantes, no superará sus disensiones internas, y contribuirá, aun si involuntariamente, al siniestro proceso demoledor de todo lo construido desde la Transición.
A la dirección del PP.
El que suscribe, votante (o militante) del PP, constata que nos hallamos ante una ofensiva general para destruir la Constitución española en beneficio del extremismo separatista y terr orista. La ofensiva, per versamente encubierta como “proceso de paz”, ataca la ley que nos permite vivir en paz y en libertad, ataca los fundamentos mismos de nuestra convivencia: la unidad de España y la democracia. Legitima el as esinato y solo puede traer más vi olencia y descomposición social.
La unidad nacional, las libertades, el respeto a la ley, no son valores de derecha ni izquierda, sino un interés general y básico, y sobre ellos no debiera haber cuestión entre los grandes partidos nacionales. Por desgracia uno de éstos, el PSOE, bajo su actual dirección, es, precisamente, el director de esa ofensiva contra la ley.
Ello deja al PP, en principio, como único defensor de tales valores, cuyo vigor desea la inmensa mayoría de los españoles, como ha venido a reconocer el señor Rajoy. Por lo tanto, la denuncia clara e inteligente de la ofensiva anticonstitucional y la firme defensa de la ley y las libertades debieran permitir al PP ganar la iniciativa política y la voluntad de casi todo el país frente a los ex tremistas.
Sin embargo constatamos también que el PP practica una política confusa, vacilante y contradictoria, a remolque de las iniciativas anti constitucionales. Finge ignorar que los nuevos estatutos secesionistas son el principal pago político a los as esinos; critica el il egal estatuto catalán y luego elabora otros semejantes; se somete en Cataluña a los políticos secesionistas, reduciéndose a la irrelevancia en esa región; admite que un alto cargo del partido intente desacreditar, en sintonía con el gobierno, a las víctimas más directas del te rrorismo, o que otro presida una “boda” homose xual; rompe estrepitosamente las relaciones con el gobierno para, a continuación, mendigar un encuentro con éste. Y así podríamos seguir largamente.
El PP es hoy la asociación más poderosa capaz de oponerse a los designios antide mocráticos de la alianza entre el gobierno, los separatistas y los te rroristas. Por ello la imagen de incoherencia e im potencia que transmite en una situación tan crítica, resulta desmoralizante para los españoles demócratas. Ese partido no se debe sólo a sí mismo, sino a la sociedad, y más en la situación actual, por lo que se impone en él una clarificación que lo regenere y le permita ganar la necesaria confianza de la gran mayoría. De otro modo perderá incluso la confianza de sus votantes, no superará sus disensiones internas, y contribuirá, aun si involuntariamente, al siniestro proceso demoledor de todo lo construido desde la Transición.