España
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Cuando la vileza se impone a la dignidad
Enviado por el día 4 de Julio de 2006 a las 07:42
Cuando la vileza se impone a la dignidad
Comprender lo que es la dignidad es imposible para aquellos que sus parámetros o conductas en la vida, son los de conseguir sus objetivos y realizar sus proyectos haciendo caso omiso de las reglas y normas que rigen la sociedad. Para éstos, el fin justifica los medios, el “como sea” son sus cánones, todo vale con tal de lograr sus ambiciones.
El villano posee todas la cualidades inmorales propias de su condición. El honor, la decencia, la vergüenza, el decoro, la sinceridad, el valor, la franqueza y demás cualidades que durante siglos se han considerado propias del alma, y que ha engrandecido la memoria de grandes hombres y mujeres, para ellos son rémoras, obstáculos y dificultades que les impide realizar sus actos, y de las que huyen como se huye de la peste.
El ruin no conoce otros valores que no sean los propios del cobarde, y como los reptiles se mueve en la sociedad buscando las formas rastreras de vivir, sin importarle nada más que la consecución de sus proyectos, planes maquinados en las sombras y en la ilegalidad, sin considerar jamás los perjuicios que van a ocasionar a la sociedad.
El indigno, como no podría ser de otra forma, es cobarde, ya que defender sus miserias y bajezas tiene que recurrir a falsedades, disimulos, disfraces, calumnias y demás actitudes propias del embustero, jamás podría defender sus conspiraciones con la moralidad.
Parece evidente que carecen de la conciencia del mal, o la superan, ya que ésta no les impide actuar de forma sibilina y con subterfugios, por los que suelen estar dotados de grandes dotes de cinismo, procacidad, insolencia y desvergüenza; mantienen sus disfraces con una voluntad digna de la persona más íntegra, llegando a confundir a gran parte de los que creen en ellos de buena voluntad.
Su cobardía y la exención y ausencia de los valores propios de la dignidad, les hace ser pávidos ante situaciones extremas que otros indignos les plantean, y que tienen que resolver satisfaciendo las demandas exigidas; dando a éstas la categoría de acciones dignas y necesarias, cuando lo que son hechos miserables y reprobables por la dignidad.
Desgraciadamente hoy gobiernan en España, personajes de esta catadura moral.
Comprender lo que es la dignidad es imposible para aquellos que sus parámetros o conductas en la vida, son los de conseguir sus objetivos y realizar sus proyectos haciendo caso omiso de las reglas y normas que rigen la sociedad. Para éstos, el fin justifica los medios, el “como sea” son sus cánones, todo vale con tal de lograr sus ambiciones.
El villano posee todas la cualidades inmorales propias de su condición. El honor, la decencia, la vergüenza, el decoro, la sinceridad, el valor, la franqueza y demás cualidades que durante siglos se han considerado propias del alma, y que ha engrandecido la memoria de grandes hombres y mujeres, para ellos son rémoras, obstáculos y dificultades que les impide realizar sus actos, y de las que huyen como se huye de la peste.
El ruin no conoce otros valores que no sean los propios del cobarde, y como los reptiles se mueve en la sociedad buscando las formas rastreras de vivir, sin importarle nada más que la consecución de sus proyectos, planes maquinados en las sombras y en la ilegalidad, sin considerar jamás los perjuicios que van a ocasionar a la sociedad.
El indigno, como no podría ser de otra forma, es cobarde, ya que defender sus miserias y bajezas tiene que recurrir a falsedades, disimulos, disfraces, calumnias y demás actitudes propias del embustero, jamás podría defender sus conspiraciones con la moralidad.
Parece evidente que carecen de la conciencia del mal, o la superan, ya que ésta no les impide actuar de forma sibilina y con subterfugios, por los que suelen estar dotados de grandes dotes de cinismo, procacidad, insolencia y desvergüenza; mantienen sus disfraces con una voluntad digna de la persona más íntegra, llegando a confundir a gran parte de los que creen en ellos de buena voluntad.
Su cobardía y la exención y ausencia de los valores propios de la dignidad, les hace ser pávidos ante situaciones extremas que otros indignos les plantean, y que tienen que resolver satisfaciendo las demandas exigidas; dando a éstas la categoría de acciones dignas y necesarias, cuando lo que son hechos miserables y reprobables por la dignidad.
Desgraciadamente hoy gobiernan en España, personajes de esta catadura moral.
Re: Cuando la vileza se impone a la dignidad
Enviado por el día 4 de Julio de 2006 a las 07:59
Tranquilo Castelar, el mal no puede prosperar, porque mal y prosperidad son conceptos contrarios.
Tarde o temprano, la indignidad pasa factura. Los inmorales siempre acaban pensando: Mmmm...¿por qué aprovecharme sólo de los justos, si puedo hacerlo también de los indignos? Eso es lo que les lleva irremisiblemente a enzarzarse unos contra otros, y a no mucho tardar, cuando tienen el poder eso se convierte en una jaula de grillos. Lo vimos en la segunda república. Lo hemos visto con el capitán Khan, y lo estamos viendo con Zp. No falla. Es una ley universal como la gravedad o la velocidad de la luz...
Saludos
Tarde o temprano, la indignidad pasa factura. Los inmorales siempre acaban pensando: Mmmm...¿por qué aprovecharme sólo de los justos, si puedo hacerlo también de los indignos? Eso es lo que les lleva irremisiblemente a enzarzarse unos contra otros, y a no mucho tardar, cuando tienen el poder eso se convierte en una jaula de grillos. Lo vimos en la segunda república. Lo hemos visto con el capitán Khan, y lo estamos viendo con Zp. No falla. Es una ley universal como la gravedad o la velocidad de la luz...
Saludos