España

La Legión, con el rabo entre las piernas

El amargo sabor de la derrota, aliñada con la sal de la humillación componen una ensalada venenosa que descompone al más recio. Al Ejército español, por ejemplo, vencedor invicto de cuantas guerras contra su propia población emprendió y derrotado en la práctica totalidad de las campañas bélicas emprendidas contra enemigos exteriores.

La portada de "La Razón" de ayer era, más que un poema, una oda al honor perdido, mancillado, al orgullo patrio pisoteado, a la bandera y los himnos ultrajados. El titular, a cinco columnas: «Las tropas españolas fueron despedidas con huevos, cacareos y banderas blancas». O sea, que hubo pitorreo.

Lo explica así el portadista de Ansón: «Miembros del contingente de repliegue reconocieron que 'aunque cumplíamos órdenes, abandonamos la misión llorando, con la sensación de irnos con el rabo entre las piernas'». Y daba más detalles en páginas interiores: «Según ha podido saber 'La Razón', efectivos de los contingentes polaco y portugués 'despidieron' a las tropas españolas enseñándoles banderas blancas en señal de burla, cacareando a los legionarios y lanzándoles huevos. La tropa española se retiró 'llorando' y también tuvo que soportar ocasionales burlas de soldados sudamericanos». O sea, el oprobio sobre los hijos de Millán Astray, la mofa contra los novios de la muerte, el cachondeo sobre los caballeros del Cristo de la Buena Muerte. En fín, el desastre.

La crónica hablaba de una retirada «denigrante», explicaba que los sudamericanos «les mostraban el dedo medio» a los lejías y, para más inri, en el momento de dar el relevo a los norteamericanos, les sustituyeron con jubilatas: «En vez de una agrupación de marines, entraron en la base trescientos reservistas norteamericanos que rondaban los cincuenta años, pertenecientes a una unidad de transmisiones, vestidos con camisetas deportivas y pantalones cortos».

A la información y el editorial correspondiente, acompañaba un artículo de Alfonso Ussia en el que reconocía que «Cacareamos. España es una nación de gallinas». Y tras tan doloroso reconocimiento, Ussia se dolía: «En Europa nos ningunean. En América hemos dejado de existir. En España estamos a un paso de dejar de ser españoles». Y lo más selecto de la tropa, llorando. Como Boabdil cuando rindió Granada. El honor patrio ha sido herido de gravedad. Y los portugueses se mean de risa. - msoroagara.net