España

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Parece que hay una "cierta clase de humanos" que tratan de echar abajo a los otros. De cualquier manera que sea. La inteligencia del ser humano es lo que menos parece importar.
Cualquier extremo, evidentemente, cualquier extremo fundamentalista, y ahí matizo, es del todo ciertamente deplorable.
El debate no está lanzado para significar nunca la muerte de los otros, ni la supervivencia nuestra. El debate significa el "ambito social en que nos desarrollamos". A pesar de todas las "liberalidades" y todas las "individualidades" que aquí se defiendan.

Bien es cierto que ya Darwin dió muestras patéticas y dolorosas de nuestra falta de "compasión" como especie a la hora de sobrevivir. Probablemente Darwin tuvo su parte de razón.
No existe y eso quede claro ningún tipo de compasión a la hora de sobrevivir. Lo peor es que ninguna de estas especies parlantes de aquí, se ha visto todavía nunca lanzada a esa "última decisión de vida o muerte".

Nadie aquí lucha por su vida, ni por su devenir en la lucha de las especies. Simplemente luchan sin más y su lucha se asemeja a un "juego virtual matrix". Cuestión muy educativa en la sociedad de hoy en día. Y por cierto también completamente deplorable.
Otro gallo les cantaría a todos estos cuando les saqueasen la casa, le matasen el primo y el hermano y unos cuantos mas de sus íntimos y más queridos familiares, le dejasen ciego y sin nombre del dolor que les revienta las venas, del dolor que significa la supervivencia.

Un argentino, de cuyo nombre no me acuerdo, hace fotografías en las Islas Canarias, probablemente Fuerteventura, de las caras negras, de los cuerpos negros, de la fatalidad negra que en pateras busca "la felicidad". Hace eco de sus muertes a la misma vez que se pregunta una infinidad de interrogaciones.
De entre todas esas interrogaciones surge un superviviente que aclara de una vez por todas en "carta íntima a sus familiares": La vida aquí no es lo que esperábamos. No tengo trabajo. Vivo miserablemente y mi miseria no me alcanza para enviaros unos cuantos cuartos para comprar a vuestras novias ni a vuestras mujeres ni a vuestra descendencia. Aquí adonde deplorablemente he llegado, sufriendo una Odisea indecible, yo no soy nadie, no gano nada, y " a más de todo" me desprecian. No puedo mandaros dinero contante y sonante para subsistir vosotros, puesto que malamante subsisto yo.
Y como "individio" estoy realmente "subdesconsiderado.
Alguien en toda esta historia se ha olvidado de un movimiento que se llama "Fabianismo" y a la que Bertrand Russell pertenecía, pues Russel se debatía como muchos de mosotros entre lo "liberal" y lo "social".
No quede de más hablar de ese movimiento que surgió en Inglaterra, tras la revolución industrial, ese movimiento que evitó "la esclavitud" y fue parte y motor de lo que ahora se ha dado en llamar: Sociedad de Bienestar.

Parece que tenemos poca memoria colectiva. Y sobre todo poca moral.