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"Grande es Dios en el Sinaí"
Enviado por el día 23 de Julio de 2006 a las 07:20
"Grande es Dios en el Sinaí"
Grande es Dios en el Sinaí. El trueno le precede, el rayo lo acompaña, la luz lo envuelve, la tierra tiembla, los montes se desgajan... Pero hay un Dios más grande, más grande todavía, que no es el majestuoso Dios del Sinaí, sino el humilde dios del Calvario, clavado en una cruz, herido, yerto, coronado de espinas, con la hiel en los labios y diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...
Grande es la religión del poder, pero es más grande la religión del amor. Grande es la religión de la justicia implacable, pero es más grande la religión del perdón misericordioso, y yo, en nombre de esta religión, en nombre del Evangelio, vengo aquí a pediros que escribais en vuestro Código Fundamental la libertad religiosa, es decir, Libertad, Igualdad Fraternidad, entre todos los hombres".
Emilio Castelar y Ripoll
Desgraciadamente la muerte de Jesucristo en el Calvario para redimir al hombre de sus pecados fue inútil, ya que sólo es capaz de redimirle la muerte.
Después de dos mil años del sacrificio infecundo del que se proclamó el hijo de Dios, el hombre sigue su propia naturaleza: la destrucción de sus enemigos; y mata por lo que no ha podido superar: POR ODIO.
No es posible que un ser divino y todopoderoso haya creado un ser de estas características; de aquí mi incredulidad en materias religiosas. ¡Si tanto poder tuvo y tiene Dios, porque coño no remedia de una puñetera vez todos los conflictos de la Tierra!
Dicen los que saben mucho de estas cosas, que es porque Dios deja en las manos del hombre su destino, y que al final le pide cuentas de sus actos.
¡No hijo no! En vida es cuando hay que pedirle cuentas. "A burro muerto, cebada al rabo"
Por lo visto, los judios del año 2006 son los mismo que crucificaron a Cristo, y los españoles de derechas, los mismos que fusilaron al abuelo de Zapatero, y han de pagar por los pecados de sus ascendientes. Es el odio, el puto odio el que mueve la entrañas del hombre, y no le permite vivir en paz con el odiado.
Pero lo terrible, que los que más odian, dicen que no, que no es resentimiento lo que portan sus neuronas, que son deseos de justicia.
Los delitos prescriben para la justicia. PERO NUNCA PARA EL ODIO
¿Es justicia lo que buscan después de los siglos, o venganza?
Grande es Dios en el Sinaí. El trueno le precede, el rayo lo acompaña, la luz lo envuelve, la tierra tiembla, los montes se desgajan... Pero hay un Dios más grande, más grande todavía, que no es el majestuoso Dios del Sinaí, sino el humilde dios del Calvario, clavado en una cruz, herido, yerto, coronado de espinas, con la hiel en los labios y diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...
Grande es la religión del poder, pero es más grande la religión del amor. Grande es la religión de la justicia implacable, pero es más grande la religión del perdón misericordioso, y yo, en nombre de esta religión, en nombre del Evangelio, vengo aquí a pediros que escribais en vuestro Código Fundamental la libertad religiosa, es decir, Libertad, Igualdad Fraternidad, entre todos los hombres".
Emilio Castelar y Ripoll
Desgraciadamente la muerte de Jesucristo en el Calvario para redimir al hombre de sus pecados fue inútil, ya que sólo es capaz de redimirle la muerte.
Después de dos mil años del sacrificio infecundo del que se proclamó el hijo de Dios, el hombre sigue su propia naturaleza: la destrucción de sus enemigos; y mata por lo que no ha podido superar: POR ODIO.
No es posible que un ser divino y todopoderoso haya creado un ser de estas características; de aquí mi incredulidad en materias religiosas. ¡Si tanto poder tuvo y tiene Dios, porque coño no remedia de una puñetera vez todos los conflictos de la Tierra!
Dicen los que saben mucho de estas cosas, que es porque Dios deja en las manos del hombre su destino, y que al final le pide cuentas de sus actos.
¡No hijo no! En vida es cuando hay que pedirle cuentas. "A burro muerto, cebada al rabo"
Por lo visto, los judios del año 2006 son los mismo que crucificaron a Cristo, y los españoles de derechas, los mismos que fusilaron al abuelo de Zapatero, y han de pagar por los pecados de sus ascendientes. Es el odio, el puto odio el que mueve la entrañas del hombre, y no le permite vivir en paz con el odiado.
Pero lo terrible, que los que más odian, dicen que no, que no es resentimiento lo que portan sus neuronas, que son deseos de justicia.
Los delitos prescriben para la justicia. PERO NUNCA PARA EL ODIO
¿Es justicia lo que buscan después de los siglos, o venganza?