España
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¿Es este un país serio?
Enviado por el día 26 de Julio de 2006 a las 06:52
Es este un gobierno serio?
Si la misión de un gobierno, es lo que hace el PSOE con el señor Zapatero al frente, posiblemente sea aplaudidas sus acciones por aquellos que detestan la responsabilidad, la coherencia y la seriedad en las mismas; pero que a nadie le quepa ninguna duda, que a todas las personas que busquen la conexión en los actos de los que le gobiernan, verán al señor Zapatero como un muñeco de feria, cuando no “el muñeco diabólico” con la eterna sonrisa estúpida, demostración palpable de sus incongruencias.
Este hombre que llegó al poder entre dudas y sombras, y que quizás algún día se sepa toda la verdad sobre los acontecimientos que cambiaron el rumbo de aquellas elecciones, y que le llevó a la presidencia del gobierno de España, hizo una promesa muy fácil de hacer y cumplir: la retirada de unas tropas comprometidas por el gobierno anterior por una causa. Fue como prestar el pañuelo a la dama para que se secara las lágrimas y se sonara los mocos ante una triste situación.
También hizo una serie de promesas tan demagógicas como absurdas: como la de solucionar o paliar el problema de la vivienda para los más necesitados, y la mayor de las insensateces, erradicar el hambre del mundo.
25 meses de gobierno han sido suficiente para que las personas serias y sensatas no den crédito como es posible que un presidente de España no se declare abiertamente español, por lo visto según sus palabras, que su patria es la libertad, pero sus amigos dictadores, liberticidas y terroristas. Y que en vez de acometer acciones que le lleven al cumplimiento de su promesa en paliar el hambre, se gasta millones de euros en bagatelas y caprichos que sin duda hubieran paliado el hambre de muchos niños del tercer mundo.
Estos son los que gobiernan hoy un país milenario, pletórico de acciones y gestas que ha elevado a hombres y mujeres a lo más alto de la dignidad humana. Hombres sin ninguna credibilidad salvo en aquellos ávidos de venganzas de un pasado rancio; de antiespañoles que buscan de este títere la consecución de sus anhelos, voluntades a todas luces en contra del estado español.
Gobernantes que confunden la paz con la rendición, la dignidad con la ignominia, el honor con la infamia, y el amor con el odio.
Son los personajes que mueven la España de hoy, personajes que pasarán a su historia como unos verdaderos esperpentos grotescos, más propios de una novela de don Pedro Muñoz Seca o Valle Inclán que de un país serio.
Si la misión de un gobierno, es lo que hace el PSOE con el señor Zapatero al frente, posiblemente sea aplaudidas sus acciones por aquellos que detestan la responsabilidad, la coherencia y la seriedad en las mismas; pero que a nadie le quepa ninguna duda, que a todas las personas que busquen la conexión en los actos de los que le gobiernan, verán al señor Zapatero como un muñeco de feria, cuando no “el muñeco diabólico” con la eterna sonrisa estúpida, demostración palpable de sus incongruencias.
Este hombre que llegó al poder entre dudas y sombras, y que quizás algún día se sepa toda la verdad sobre los acontecimientos que cambiaron el rumbo de aquellas elecciones, y que le llevó a la presidencia del gobierno de España, hizo una promesa muy fácil de hacer y cumplir: la retirada de unas tropas comprometidas por el gobierno anterior por una causa. Fue como prestar el pañuelo a la dama para que se secara las lágrimas y se sonara los mocos ante una triste situación.
También hizo una serie de promesas tan demagógicas como absurdas: como la de solucionar o paliar el problema de la vivienda para los más necesitados, y la mayor de las insensateces, erradicar el hambre del mundo.
25 meses de gobierno han sido suficiente para que las personas serias y sensatas no den crédito como es posible que un presidente de España no se declare abiertamente español, por lo visto según sus palabras, que su patria es la libertad, pero sus amigos dictadores, liberticidas y terroristas. Y que en vez de acometer acciones que le lleven al cumplimiento de su promesa en paliar el hambre, se gasta millones de euros en bagatelas y caprichos que sin duda hubieran paliado el hambre de muchos niños del tercer mundo.
Estos son los que gobiernan hoy un país milenario, pletórico de acciones y gestas que ha elevado a hombres y mujeres a lo más alto de la dignidad humana. Hombres sin ninguna credibilidad salvo en aquellos ávidos de venganzas de un pasado rancio; de antiespañoles que buscan de este títere la consecución de sus anhelos, voluntades a todas luces en contra del estado español.
Gobernantes que confunden la paz con la rendición, la dignidad con la ignominia, el honor con la infamia, y el amor con el odio.
Son los personajes que mueven la España de hoy, personajes que pasarán a su historia como unos verdaderos esperpentos grotescos, más propios de una novela de don Pedro Muñoz Seca o Valle Inclán que de un país serio.