España

O por la recaudación obtenida en las salas donde se proyecta la pelicula en cuestión. Como bien dice, pelapatatas, que decida el espectador.

Saludos cordiales

Imperio

Otro órgano burocrático no, por favor, Robespierre.

yo soy aficionado al cine japonés, y la verdad, son películas bastante "poco comerciales", quiero decir, suelen ser cintas intimistas hasta cuando hay acción de por medio, planos muy expresionistas, interpretaciones casi teatrales...Y en japón se venden bien, compiten bien. Y dudo muchisimo que las subvencionen.

Hay cine "comercial" estupendo, artístico -Tarantino o Leone v.gr.- y lo hay infame, lo mismo en lo que respecta al cine "alternativo", pero comparar a Hitchcok con Amenabar y de ahí extraer conclusiones me parece tan errado como hacerlo con el subvencionado Bergman y, un poner, James Cameron e idem.

Sí hay "Buen Cine": Bergman es Dios y Amenabar y los Wachowski una mier.da pinchada en un palo.
Tambien hay "Buena Literatura": Tolstoi y Proust vs. Lucía Etxeberría y "El Código Da Vinci".

No te preocupes Martín, que no me había olvidado de tí. Yo doy a cada uno lo suyo, como Ulpiano. Ahora me pongo a ello.

Recordemos que los actores y directores progres han hecho siempre un gan labor para los partidos de izquierda, siendo publicistas de la causa. Después, han sido generosamente recompensados.

"El hombre que mató a Liberty Valance"... contar con John Wayne o James Stewart tenía que ayudarle para hacer pelis de vaqueros.

Sobre subvenciones, cuotas, dirigismos y su opuesto, el buen cine, escribió un precioso artículo Gabriel Albiac. Lo pego, que es cortito.

http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_des...

El cine salvó a la gente de mi edad del peor de los mundos: el sórdido corralón que era la España de los años cincuenta. Y, ya que no en lo demás, fuimos en esto muy afortunados. Sin el cine, todo aquello habría sido invivible.

La cotidianidad de la España de los años cincuenta era tétrica. Yo, al menos, así la recuerdo: mi infancia se la regalo a quien la quiera; nada recuerdo de ella que valga la pena. Sólo el cine.

El cine. Que era, entonces, la peli de vaqueros de cada fin de semana. El extravío en aquel infinito narrativo que ponía la sala a oscuras, la enorme pantalla donde era siempre posible lo imposible. La irrupción épica, de la cual estaban tan exentas nuestras vidas.

Día llegaría – casi un par de décadas luego – en que, ya creciditos y pedantes, aprenderíamos en los Cahiers du Cinéma que aquello que vimos en las salas de barrio de perdidas ciudades de provincia, se llamaba John Ford, se llamaba Howard Hawks, se llamaba Sam Fuller…, se llamaba cine, en el más absoluto dominio de su arte. O de su artesanía, mejor: a un genio como Ford le daría la risa tonta si le llamaran artista; él “hacía pelis de vaqueros”.

No había cuotas, no había protecciones al tan estúpidamente pretencioso cine europeo, en aquel tiempo. Eso vendría luego, estragando la formación cinematográfica de generaciones más jóvenes.

A lo largo de los años setenta, me he tragado de todo en cine. Bodrios inimaginablemente autocomplacidos en su dimensión artística. Avalanchas de metraje innecesario, de las cuales no quedará memoria. Al final, como todos los de mi edad, he comprendido que lo único de veras memorable eran aquellas pelis de vaqueros; aquellas pelis que no pretendían nada, salvo narrar bien una historia, y no exceder jamás los noventa minutos de metraje: Ford, Hawks, Ray, Fuller…

Nada de esa felicidad hubiera sido posible, si esta necedad proteccionista de ahora hubiera estado en marcha. Hace falta ser imbécil para no comprenderlo.

"que una película sea subvencionada no la hace ni mejor ni peor."

Una peli no subvencionada --hay que ganarse las habichuelas-- tiene que intentar agradar al público. Una peli subvencionada tiene que intentar convencer al funcionario o al político, o a ambos.

Los resultados, muy dispares, los ilustran dos películas casi contemporáneas una de otra:

"El bosque animado", versión dibujos animados (con tecnología 3D, decían) de unos gallegos y "Shrek". La primera fijo que le gustó a algún burócrata porque los niños, y los adultos, salían bostezando de una peli (algún nombre hay que darle) que tomaba a los niños por gilís, y a los padres mucho más.

Eso sí, la técnica de animación, excelente. Importaron buena tecnología gráfica.

Frente al bodrio, Shrek, una peli comercial. Muy comercial. Lúcida, ingeniosa, con niveles de lectura que permitían sonreír y, ¡qué coñe! reír a carcajadas a niños y adultos.

"¿Cuantos bodrios de películas vienen de allí? Muchas, y son vistas en todo el mundo."

Pues no llevo la contabilidad porque, la verdad, no tengo las pretensiones de uno de esos pedantes y aburridos directores franceses como para menospreciar lo que la gente ve. No vaya a ser, además, que a la vuelta de los años, alguno de esos pelmas que aburrían a maría santísima, recapacite y te diga que bueno, que las comedias clásicas del denostado Hollywood e lo mejor que se ha hecho en cine. O las pelis de vaqueros.

La verdad, fío más del gusto del público que de los burócratas subvencionadores y sus amigos gorrones.

"...en regímenes atroces se han producido obras excelsas, y en otros mucho más democráticos, verdaderos bodrios".

Ciertamente, véanse Eisenstein o los documentales de la Riefenstahl.

"Y no es que la naturaleza haya dotado de genes tontos a los rusos..."

Ya lo creo que no, su literatura de los siglos XIX y XX es la mejor del mundo, al menos en mi opinión, y admito correcciones; solamente la francesa se le aproxima. Chejov, Tolstoi, Pushkin, Dostoievski, Gogol, Turgueniev, Grossman, Pasternak, Gorki, Solojov...

Volviendo al tema, un ejercicio interesante: compárense las 10 últimas ganadoras del Oscar a la mejor película con las 10 inmediatamente precedentes.

Bueno rafa, pues date cuenta ¿de los directores, realizadores guionistas y actores de las películas más laureadas en los años 50, cuantos habían nacido en EEUU?

¿Dónde habían nacido los demás, y cuando, como y pq fueron a los EEUU? Los creadores lo son pase lo que pase, y si en un lugar no pueden desarrollar su talento, se van a otro. Robes, ¿se puede considerar ruso a Nabokov?

Siguiendo con el medio ambiente.

No conozco que la gloriosa Unión Soviética diera lugar a nada parecido a "Un, dos, tres" de W. Wilder, ni que Bardem produjera nada parecido a una película una vez que la palmó Franco.

El difunto Bardem fue morir Franco y olvidarse de hacer cine, que parece que a ese hombre le inspiraban las dictaduras.

Cuando murió don Fernando Lázaro Carreter se recordó que, con seudónimo, había sido el guionista de una célebre pelicula de Paco Martínez Soria: "la ciudad no es para mí". Sospecho que con ánimo crítico a un señor que más que un señor yo creí de pequeño que era una marca de libros, porque aparecía todos los años en los libros de Lengua y Literatura, que me parece que le llamaban.

Yo lo vi desde otro punto de vista. A mí me pareció estupendo que un académico hubiera participado en el guion de aquello que decíamos una españolada. Y explicaba que, en una película de poco interés, los diálogos fueran brillantes.

Con el paso de los años, la película que creo que fue la más taquillera del cine español, Torrente 2, ya no contó con la participación de un académico de la Española. Y la zafiedad se enseñoreo de las nuevas españoladas que, ahora --lo que cambia el cuento, que dijo el lobo-- serán protegibles por alguna excepción cultural.

Francamente, si tuviera que elegir entre "La ciudad no es para mí" y "Torrente", para ir al cine con mi hija, no tendría la más mínima duda. La primera, una comedia blanca, inocentona y conservadoramente ruralista, tiene al menos un guion aceptable y unos diálogos estupendos. Pero sería la segunda la protegida por la excepción cultural; frente a "El silencio de los corderos" o "El señor de los anillos"

Seguimos, con lo de que tiempos pasados siempre fueron anteriores. ¿Qué actor, hoy en activo, se puede comparar con aquellos monstruos: Pepe Isbert, Fernando Fernán-Gómez, José Luis López Vázquez, Paco Rabal? Se me ocurren sólo un par.

A ver si va a resultar que el hambre y la miseria es lo que curtió e hizo grandes a los actores en la posguerra.

Y a los guionistas, con alguna excepción.

Dos buenos actores, un par de decorados, un guion cojonudo y un director de los buenos y sale "La huella" de Mankiewicz. ¿Por qué son con tanta frecuencia tan malos los guiones en el cine español, tan pretenciosos, simbólicos, metafóricos y metafísicos?

Espero con interés para ver si de Alatriste hacen una película u otra cosa. Material hay para una entretenida historia.