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La venganza de Zapatero
Enviado por el día 29 de Agosto de 2006 a las 08:45
La venganza de Zapatero
Que el presidente de un gobierno trabaje por conseguir las mayores cotas de progreso para la sociedad que gobierna, a nadie le extrañaría, y sin duda será reconocido por todos. Pero si ese presidente tiene la creencia, de que sus objetivos de gobierno deben ser conseguir las reivindicaciones perdidas en el tiempo de una parte de esa sociedad, y satisfacer odios y rencores acumulados en ese mismo tiempo; lo que indefectiblemente llevará es a las confrontaciones. Y ese presidente es don José Luis Rodríguez Zapatero.
Pretende hacer una España según sus conceptos particulares; y consiste en la continuación de un sistema que en los últimos doscientos años de la historia de España, duró menos que en lo que se tarda en escalfar un huevo. Tendría sentido, si sus proyectos fueran un clamor popular; al igual que en el 1978 toda España clamaba por el advenimiento de la democracia, y desde las más radicales ideas, se avinieron a ello, naciendo un nuevo estado que satisfizo a todos.
El señor Zapatero está haciendo algo tan grave, que sin duda le va a llevar al fracaso más estrepitoso: satisfacer los deseos de venganza de un sector de la sociedad española. Y esto naturalmente no se puede someter a referéndum, hay que llevarlo a cabo desde las sombras, lugar donde se fraguan las venganzas. De una forma sibilina, solapada y hierática, soslayando las leyes, y rodeado de adláteres dispuesto a secundar sus velados objetivos.
Los esotéricos como el señor Zapatero, emplean los ardides propios para la consecución de sus planes: el ilusionismo. Seduce a los que cree que el mundo debería ser el paraíso soñado. Les promete hacer realidad esos sueños con acciones aparentemente altruistas que calan en los corazones de los sensibleros y sensibleras, y éstas y éstos esperan como hipnotizados la llegada del maná.
Lo que pretende el señor Zapatero, es lo mismo que hace 70 años pretendían hacer sus colegas antepasados: eliminar de la vida política española todo vestigio de conservadurismo, para imponer un régimen de libertinaje aparente, pero dictado por él.
Es evidente, que los ávidos de cumplimentar añorados resarcimientos de sus desgracias, y los ilusos crean en ello. Unos para satisfacer las venganzas de un pasado cruel para ellos, y otros con la estúpida esperanza que les conducirá a la paz absoluta.
Zapatero no gobierna para España, eso lo ha dejado muy claro. Gobierna para satisfacer instintos.
Que el presidente de un gobierno trabaje por conseguir las mayores cotas de progreso para la sociedad que gobierna, a nadie le extrañaría, y sin duda será reconocido por todos. Pero si ese presidente tiene la creencia, de que sus objetivos de gobierno deben ser conseguir las reivindicaciones perdidas en el tiempo de una parte de esa sociedad, y satisfacer odios y rencores acumulados en ese mismo tiempo; lo que indefectiblemente llevará es a las confrontaciones. Y ese presidente es don José Luis Rodríguez Zapatero.
Pretende hacer una España según sus conceptos particulares; y consiste en la continuación de un sistema que en los últimos doscientos años de la historia de España, duró menos que en lo que se tarda en escalfar un huevo. Tendría sentido, si sus proyectos fueran un clamor popular; al igual que en el 1978 toda España clamaba por el advenimiento de la democracia, y desde las más radicales ideas, se avinieron a ello, naciendo un nuevo estado que satisfizo a todos.
El señor Zapatero está haciendo algo tan grave, que sin duda le va a llevar al fracaso más estrepitoso: satisfacer los deseos de venganza de un sector de la sociedad española. Y esto naturalmente no se puede someter a referéndum, hay que llevarlo a cabo desde las sombras, lugar donde se fraguan las venganzas. De una forma sibilina, solapada y hierática, soslayando las leyes, y rodeado de adláteres dispuesto a secundar sus velados objetivos.
Los esotéricos como el señor Zapatero, emplean los ardides propios para la consecución de sus planes: el ilusionismo. Seduce a los que cree que el mundo debería ser el paraíso soñado. Les promete hacer realidad esos sueños con acciones aparentemente altruistas que calan en los corazones de los sensibleros y sensibleras, y éstas y éstos esperan como hipnotizados la llegada del maná.
Lo que pretende el señor Zapatero, es lo mismo que hace 70 años pretendían hacer sus colegas antepasados: eliminar de la vida política española todo vestigio de conservadurismo, para imponer un régimen de libertinaje aparente, pero dictado por él.
Es evidente, que los ávidos de cumplimentar añorados resarcimientos de sus desgracias, y los ilusos crean en ello. Unos para satisfacer las venganzas de un pasado cruel para ellos, y otros con la estúpida esperanza que les conducirá a la paz absoluta.
Zapatero no gobierna para España, eso lo ha dejado muy claro. Gobierna para satisfacer instintos.
