España
Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.
El presidente de gobierno del futuro
Enviado por el día 28 de Octubre de 2006 a las 07:33
El presidente de gobierno del futuro
Jugando un poco a Nicolás Maquiavelo, me voy a atrever a hacer una fotografía gráfica de cómo será la figura en el futuro de cualquier presidente de gobierno de un país desarrollado, como por ejemplo España.
“Que quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende antes su ruina que su preservación”. Nicolás Maquiavelo.
De esta sentencia de Maquiavelo, se desprenden todos los fracasos de los malos gobernantes; lo que toman decisiones y hacen leyes con los sentimientos más que con lo que aconsejan las situaciones. Ejemplos hay tantos en la historia, que sería muy prolijo enumerarlas. Uno muy reciente es la ley de “papeles para todos”; fue una ley pensada con las vísceras más que con el cerebro, ya que las consecuencias a corto plazo son nefastas, como estamos comprobando. Avalancha de emigrantes, muertes en el intento, y mucho riesgo de enfermedades incontroladas.
El presidente del futuro no será elegido por sufragio universal, lo será por una plataforma de senadores que si han sido elegidos por el pueblo en sus respectivas circunscripciones, y en número proporcional a la densidad habitable. Estos no representarán a ningún partido ni fuerza política, se representan a si mismos, por lo que no figurarán en ninguna lista, el pueblo votará a un nombre y apellidos, no a unas siglas.
Una vez formado el Senado o Parlamento, (sólo existirá una cámara) éstos elegirán en asamblea a unos de ellos. No existirán candidatos oficiales, no se sabrá quien será el presidente del gobierno hasta que sea elegido por total unanimidad de la cámara o parlamento.
El presidente de gobierno futuro será sobre todas las cosas un eficaz gestor, sin ideología política que determine sus acciones y conductas. Sabrá perfectamente lo que le conviene a la sociedad que gobierna, y aplicará las medidas necesarias para llevar la nave del estado por el rumbo adecuado.
La economía será su principal objetivo, ya que es el bastión que salvaguarda y soluciona la mayoría de los problemas de una sociedad. Todos sabemos los inconvenientes que dan las carencias y las satisfacciones que producen la abundancia. Por eso dijo alguien. “Las penas con pan son menos””. Y sobre una economía consolidada montará sus estrategias de gobierno; no sobre ideales y paradigmas propios de sociedades obsoletas.
Jugando un poco a Nicolás Maquiavelo, me voy a atrever a hacer una fotografía gráfica de cómo será la figura en el futuro de cualquier presidente de gobierno de un país desarrollado, como por ejemplo España.
“Que quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende antes su ruina que su preservación”. Nicolás Maquiavelo.
De esta sentencia de Maquiavelo, se desprenden todos los fracasos de los malos gobernantes; lo que toman decisiones y hacen leyes con los sentimientos más que con lo que aconsejan las situaciones. Ejemplos hay tantos en la historia, que sería muy prolijo enumerarlas. Uno muy reciente es la ley de “papeles para todos”; fue una ley pensada con las vísceras más que con el cerebro, ya que las consecuencias a corto plazo son nefastas, como estamos comprobando. Avalancha de emigrantes, muertes en el intento, y mucho riesgo de enfermedades incontroladas.
El presidente del futuro no será elegido por sufragio universal, lo será por una plataforma de senadores que si han sido elegidos por el pueblo en sus respectivas circunscripciones, y en número proporcional a la densidad habitable. Estos no representarán a ningún partido ni fuerza política, se representan a si mismos, por lo que no figurarán en ninguna lista, el pueblo votará a un nombre y apellidos, no a unas siglas.
Una vez formado el Senado o Parlamento, (sólo existirá una cámara) éstos elegirán en asamblea a unos de ellos. No existirán candidatos oficiales, no se sabrá quien será el presidente del gobierno hasta que sea elegido por total unanimidad de la cámara o parlamento.
El presidente de gobierno futuro será sobre todas las cosas un eficaz gestor, sin ideología política que determine sus acciones y conductas. Sabrá perfectamente lo que le conviene a la sociedad que gobierna, y aplicará las medidas necesarias para llevar la nave del estado por el rumbo adecuado.
La economía será su principal objetivo, ya que es el bastión que salvaguarda y soluciona la mayoría de los problemas de una sociedad. Todos sabemos los inconvenientes que dan las carencias y las satisfacciones que producen la abundancia. Por eso dijo alguien. “Las penas con pan son menos””. Y sobre una economía consolidada montará sus estrategias de gobierno; no sobre ideales y paradigmas propios de sociedades obsoletas.
Re: El presidente de gobierno del futuro
Enviado por el día 28 de Octubre de 2006 a las 07:34
Su segundo objetivo será el mantener la estabilidad emocional en la sociedad, creando símbolos y valores ajenos a rancias y vetustas ideologías pasadas, insignias basadas en el sentido común y en la lógica del tiempo, no en ancestros y atavismos que sólo conllevan resentimientos.
Las ideas y pensamientos filosóficos nunca serán activos de su gobierno, su filosofía será el pragmatismo, las otras, para divertimento de escritores y ensayistas, no como parámetros de sus decisiones.
Otro de sus objetivos prioritarios será el de salvaguardar la seguridad de todos los ciudadanos, creando unos códigos de conductas que serán sometidos a referéndum. Si no fueran aprobados por mayoría absoluta, se reformarán hasta la consecución de la misma, por lo que nadie podrá poner en tela de juicio su Carta Magna.
Prescribirán todas las causas históricas en litigio o pendientes de revisión. La historia es inalterable y no se puede rescribir. No se inmiscuirá en temas de cultos ni religiones, siendo por consiguiente un estado laico.
Las bases de su gobierno serán las de consolidar un sistema acorde con las circunstancias de su entorno, por lo que la política exterior será de alianza con aquellos países que sigan los mismos parámetros.
Las leyes serán aprobadas en la Cámara con los votos de conciencia de los señores senadores o diputados, en consenso o sin aquiescencia, pero nunca con los votos disciplinarios de partidos.
Así es como yo veo a los futuros presidentes de gobiernos de países modernos y civilizados, gobernado para el conjunto social, no para satisfacción de facciones o sectas. El presidente de gobierno del futuro
Las ideas y pensamientos filosóficos nunca serán activos de su gobierno, su filosofía será el pragmatismo, las otras, para divertimento de escritores y ensayistas, no como parámetros de sus decisiones.
Otro de sus objetivos prioritarios será el de salvaguardar la seguridad de todos los ciudadanos, creando unos códigos de conductas que serán sometidos a referéndum. Si no fueran aprobados por mayoría absoluta, se reformarán hasta la consecución de la misma, por lo que nadie podrá poner en tela de juicio su Carta Magna.
Prescribirán todas las causas históricas en litigio o pendientes de revisión. La historia es inalterable y no se puede rescribir. No se inmiscuirá en temas de cultos ni religiones, siendo por consiguiente un estado laico.
Las bases de su gobierno serán las de consolidar un sistema acorde con las circunstancias de su entorno, por lo que la política exterior será de alianza con aquellos países que sigan los mismos parámetros.
Las leyes serán aprobadas en la Cámara con los votos de conciencia de los señores senadores o diputados, en consenso o sin aquiescencia, pero nunca con los votos disciplinarios de partidos.
Así es como yo veo a los futuros presidentes de gobiernos de países modernos y civilizados, gobernado para el conjunto social, no para satisfacción de facciones o sectas. El presidente de gobierno del futuro