España
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Con ETA no se vacila, señor Zapatero.
Enviado por el día 4 de Noviembre de 2006 a las 07:13
Este escrito se publicó hace unos meses; pero toma otra vez vigencia después del último cominicado de ETA.
Señor Zapatero: Con ETA no se vacila
Podrá usted vacilar con aquellos españoles que de buena fe creen que los problemas de un país se solucionan poniéndoles parches de Sor Virginia o paños calientes; o con la sonrisa que casi siempre pone ante los medios, excepto cuando el señor Rajoy le provoca esa subida de cejas, por lo que le perturba; pero como con ETA no aclare su posición de una vez ¡y pronto! no le quepa duda que vuelven a las andadas.
No sé si es usted un engañabobos, señor Zapatero. Es cierto que durante su mandato, (más de dos años), ETA, no ha dado señales de actividad violenta, por lo que hay que reconocerlo como un mérito suyo; pero todos sabemos, que los motivos son porque los etarras creen, o han visto en usted, la solución a los problemas por los que lleva matando más de 40 años sin necesidad de recurrir a sus métodos violentos. Y también todos sabemos, el precio que tiene que pagar.
Señor Zapatero: Si usted consigue la pacificación del País Vasco por las vías del diálogo, que ETA abandone las armas, y que asuma sus responsabilidades criminales, sin transgredir la Constitución Española; pasará a la historia como el hombre que supo solucionar un grave problema a su país sin ser un traidor al mismo, y será recordado como un gran presidente de gobierno.
Pero si para ello, tiene que vender a la Institución que representa, romper con las leyes establecidas por las que convivieron millones de españoles, y conceder a los que mataron más de mil personas todas sus reivindicaciones, pasará a la historia como el presidente más despreciable, equiparado a los miserables gobernantes que tuvieron que vender su patria para poder seguir en el poder.
Con ETA no se vacila, señor Zapatero, le están avisando continuamente, y usted jugando a ganar tiempo. Pero yo le aseguro señor, que como no enseñe pronto sus cartas, y éstas no sean las de la rendición del Estado que usted representa, no le quepa ninguna duda, que su problema será de una enorme magnitud y habrá llevado al País a ninguna parte.
Señor Zapatero: Con ETA no se vacila
Podrá usted vacilar con aquellos españoles que de buena fe creen que los problemas de un país se solucionan poniéndoles parches de Sor Virginia o paños calientes; o con la sonrisa que casi siempre pone ante los medios, excepto cuando el señor Rajoy le provoca esa subida de cejas, por lo que le perturba; pero como con ETA no aclare su posición de una vez ¡y pronto! no le quepa duda que vuelven a las andadas.
No sé si es usted un engañabobos, señor Zapatero. Es cierto que durante su mandato, (más de dos años), ETA, no ha dado señales de actividad violenta, por lo que hay que reconocerlo como un mérito suyo; pero todos sabemos, que los motivos son porque los etarras creen, o han visto en usted, la solución a los problemas por los que lleva matando más de 40 años sin necesidad de recurrir a sus métodos violentos. Y también todos sabemos, el precio que tiene que pagar.
Señor Zapatero: Si usted consigue la pacificación del País Vasco por las vías del diálogo, que ETA abandone las armas, y que asuma sus responsabilidades criminales, sin transgredir la Constitución Española; pasará a la historia como el hombre que supo solucionar un grave problema a su país sin ser un traidor al mismo, y será recordado como un gran presidente de gobierno.
Pero si para ello, tiene que vender a la Institución que representa, romper con las leyes establecidas por las que convivieron millones de españoles, y conceder a los que mataron más de mil personas todas sus reivindicaciones, pasará a la historia como el presidente más despreciable, equiparado a los miserables gobernantes que tuvieron que vender su patria para poder seguir en el poder.
Con ETA no se vacila, señor Zapatero, le están avisando continuamente, y usted jugando a ganar tiempo. Pero yo le aseguro señor, que como no enseñe pronto sus cartas, y éstas no sean las de la rendición del Estado que usted representa, no le quepa ninguna duda, que su problema será de una enorme magnitud y habrá llevado al País a ninguna parte.