España

España es un Estado ladrón, deconozco si más o menos que otros pero ladrón.
Ningún Estado supone un incentivo para un ser humano.
Un Estado es un ente parásito cuyo fin es anular el individualismo personal y cuya obsesión es mantener a la víctima con vida.
Anula el individualismo y el espíritu innato de superación. Premia al vago, al maleante y al trepa, sobre todo al trepa chaquetero.
Porque el Estado te roba más de la mitad de tu dinero en forma de SS, IVA o permisos de contribución. Le interesa que tengas un salario mínimo, para que le seas rentable.
Ese gasto corre a cargo del empresario.
Los gastos operativos del gobierno corren a cargo de la víctima parasitada, el contribuyente.
Con su dinero el gobierno organiza el bien común.
Una de las primeras cosas que hace cualquier gobierno es nombrar al Fiscal General del Estado que, en un principio, debería ser lo más de lo más en lo que a abogados se refiere.
Una eminencia.
Si el Estado fomentara el desarrollo personal, la gente pensaría: Joder, voy a convertirme en el mejor abogado del mundo para que mi gobierno se fije en mí y me nombre fiscal patrio por excelencia.
Pero no.
El Gobierno fomenta e induce la reproducción de lameculos.
A quiénes las víctimas de la extorsión (gubernativa) pagan los sueldos.
Cuando a un Gobierno le da por nombrar cargos públicos me echo a temblar.
Que para llegar a Fiscal Patrio haya que decir que la justicia no está para hacer ni para obstaculizar la política, que sea más grave meter imágenes de Colombia en un vídeo que hacer montajes subliminales con Rajoy y la Guerra de Irak; es para echarle de comer a parte.