liberalismo.org
Portada » Foros » España » Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)

España

Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.

Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:17
A una velocidad de 30 kilómetros por segundo gira la Tierra alrededor del Sol, pero eso no es nada comparado con lo rápido que discurre el tiempo a bordo de esta nave enloquecida, sobre todo cuando uno va ya cuesta abajo pilotando el cacharro de sí mismo sin frenos ni manillar hacia el fondo del barranco. A cierta edad, la vida se convierte en un tren bala por cuyas ventanillas, como los viejos postes del telégrafo, cruzan los años, los sucesos y la memoria con un movimiento uniformemente acelerado, y no hay dios que pueda detener a este convoy. Pese a todo, esta Nochevieja podremos formular una vez más un nuevo deseo de felicidad mientras suenan las 12 campanadas. La Tierra gira también sobre su eje, así que los fuegos artificiales y taponazos de champaña se iniciarán en Australia, y el jolgorio se irá extendiendo de este a oeste para formar una ola de locura momentánea sobre todos los meridianos del planeta. Cuando en Moscú la gente, borracha hasta las patas, comience a cantar derramando lágrimas de vodka bajo las serpentinas, en Sidney ya estarán durmiendo la mona, pero en Nueva York ni siquiera habrá amanecido y en California aún será el día anterior. La ola de luz prenderá durante unas horas sucesivamente el corazón de las ciudades, Berlín, París, Madrid, Lisboa, y se irá apagando por detrás. Pasará por zonas oscuras de hambre y de guerra donde sólo brillarán en las tinieblas las flores de fuego de los coches bomba, y luego las promesas de amor y todos los sueños de 2007 se ahogarán en el Atlántico. Los gritos de alegría llenarán toda América, naufragarán después en el Pacífico y cuando lleguen a Hawai será el fin de este viaje, y mientras allí las bayaderas con collares de rosas estén todavía agitando las caderas, en Europa ya sonarán los valses de Strauss del concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena y el Papa estará vertiendo desde el balcón del Vaticano una bendición anillada en oro, urbi et orbi, sobre la humanidad, que parece caminar ciegamente hacia el acantilado como aquella bíblica piara de cerdos.

¿Cómo podría uno esta noche detener el tiempo? Si desde el fondo de un pestilente basurero se mira hacia lo alto, cualquiera podrá ver la constelación de Orión a modo de guerrero con cinturón de estrellas caminando por el cielo; si uno se sienta ante la chimenea y se queda absorto contemplando las formas infinitas que adoptan las llamas, tal vez pueda imaginar que ese fuego y el de los astros son perennes y arden lo mismo que cualquier deseo.
Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:38
A una velocidad de 30 kilómetros por segundo gira la Tierra alrededor del Sol, pero eso no es nada comparado con lo rápido que discurre el tiempo en la vida de cualquier progre enloquecido, sobre todo cuando va ya cuesta abajo pilotando el triciclo de su vida, sin frenos ni manillar hacia el fondo del barranco...

¿El remedio? Raciocinio sensato y objetivo (no al alcance de todos los pilotos de triciclo) y acciones consecuentes únicamente basadas en éste.

Tan imposible para ellos como eso.

Por eso resulta tan increíble para ellos el milagro de sosiego y claridad que eso opera en las vidas del resto de los mortales. Y por eso niegan que eso sea posible. Aunque lo niegan con poca convicción, y se les nota.

Saludos.
Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:43
Y mira que "pensaba hacer mutis por el foro".

Sobre todo desde el último cabreo.....

Bentito sea Sofos...

Saludos.
Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:44
Está claro que era:
Bendito Santo Sofos.
Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:48
Los cabreos son buenos si te sacan de un sitio para llevarte a otro mejor, aunque para eso hace falta saber recoger toda la energía de la rabieta y usarla para hacer una buena autocrítica. Los que se limitan al pataleo nunca llegan a un destino mejor.
Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:56
¿y cuál es exactamente ese destino mejor?

Lea Vd. el Cuento del Gigante Egoista de Oscar Wilde:

El Gigante Egoísta - Oscar Wilde


Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de melocotones que, en primavera, se cubrían de delicados capullos rosados, y en otoño daban sabroso fruto.

Los pájaros se posaban en los árboles y cantaban tan deliciosamente que los niños interrumpían sus juegos para escucharlos.

-¡Qué felices somos aquí!- se gritaban unos a otros.

Un día el gigante regresó. Había ido a visitar a su amigo, el ogro de Cornualles, y permaneció con él durante siete años. Transcurridos los siete años, había dicho todo lo que tenía que decir, pues su conversación era limitada, y decidió volver a su castillo. Al llegar vio a los niños jugando en el jardín.

-¿Qué estáis haciendo aquí?- les gritó con voz agria. Y los niños salieron corriendo.

-Mi jardín es mi jardín- dijo el gigante. -Ya es hora de que lo entendáis, y no voy a permitir que nadie mas que yo juegue en él.

Entonces construyó un alto muro alrededor y puso este cartel:
Prohibida la entrada.
Los transgresores serán
procesados judicialmente.

Era un gigante muy egoísta.

Los pobres niños no tenían ahora donde jugar.

Trataron de hacerlo en la carretera, pero la carretera estaba llena de polvo y agudas piedras, y no les gustó.

Se acostumbraron a vagar, una vez terminadas sus lecciones, alrededor del alto muro, para hablar del hermoso jardín que había al otro lado.

-¡Que felices éramos allí!- se decían unos a otros.

Entonces llegó la primavera y todo el país se llenó de capullos y pajaritos. Solo en el jardín del gigante egoísta continuaba el invierno.

Los pájaros no se preocupaban de cantar en él desde que no había niños, y los árboles se olvidaban de florecer. Solo una bonita flor levantó su cabeza entre el césped, pero cuando vio el cartel se entristeció tanto, pensando en los niños, que se dejó caer otra vez en tierra y se echó a dormir.

Los únicos complacidos eran la Nieve y el Hielo.

-La primavera se ha olvidado de este jardín- gritaban. -Podremos vivir aquí durante todo el año

La Nieve cubrió todo el césped con su manto blanco y el Hielo pintó de plata todos los árboles. Entonces invitaron al viento del Norte a pasar una temporada con ellos, y el Viento aceptó.

Llegó envuelto en pieles y aullaba todo el día por el jardín, derribando los capuchones de la chimeneas.

-Este es un sitio delicioso- decía. -Tendremos que invitar al Granizo a visitarnos.
Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:57

Y llegó el Granizo. Cada día durante tres horas tocaba el tambor sobre el tejado del castillo, hasta que rompió la mayoría de las pizarras, y entonces se puso a dar vueltas alrededor del jardín corriendo lo más veloz que pudo. Vestía de gris y su aliento era como el hielo.

No puedo comprender como la primavera tarda tanto en llegar- decía el gigante egoísta, al asomarse a la ventana y ver su jardín blanco y frío. -¡Espero que este tiempo cambiará!

Pero la primavera no llegó, y el verano tampoco. El otoño dio dorados frutos a todos los jardines, pero al jardín del gigante no le dio ninguno.

-Es demasiado egoísta- se dijo.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:58
Así pues, siempre era invierno en casa del gigante, y el Viento del Norte, el Hielo, el Granizo y la Nieve danzaban entre los árboles.

Una mañana el gigante yacía despierto en su cama, cuando oyó una música deliciosa. Sonaba tan dulcemente en sus oídos que creyó sería el rey de los músicos que pasaba por allí. En realidad solo era un jilguerillo que cantaba ante su ventana, pero hacía tanto tiempo que no oía cantar un pájaro en su jardín, que le pareció la música más bella del mundo. Entonces el Granizo dejó de bailar sobre su cabeza, el Viento del Norte dejó de rugir, y un delicado perfume llegó hasta él, a través de la ventana abierta.

-Creo que, por fin, ha llegado la primavera- dijo el gigante; y saltando de la cama miró el exterior. ¿Qué es lo que vio?

Vio un espectáculo maravilloso. Por una brecha abierta en el muro los niños habían penetrado en el jardín, habían subido a los árboles y estaban sentados en sus ramas. En todos los árboles que estaban al alcance de su vista, había un niño. Y los árboles se sentían tan dichosos de volver a tener consigo a los niños, que se habían cubierto de capullos y agitaban suavemente sus brazos sobre las cabezas de los pequeños.

Los pájaros revoloteaban y parloteaban con deleite, y las flores reían irguiendo sus cabezas sobre el césped. Era una escena encantadora. Sólo en un rincón continuaba siendo invierno. Era el rincón más apartado del jardín, y allí se encontraba un niño muy pequeño. Tan pequeño era, no podía alcanzar las ramas del árbol, y daba vueltas a su alrededor llorando amargamente. El pobre árbol seguía aún cubierto de hielo y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía en torno a él.

-¡Sube, pequeño!- decía el árbol, y le tendía sus ramas tan bajo como podía; pero el niño era demasiado pequeño. El corazón del gigante se enterneció al contemplar ese espectáculo.

-¡Qué egoísta he sido- se dijo. -Ahora comprendo por qué la primavera no ha venido hasta aquí. Voy a colocar al pobre pequeño sobre la copa del árbol, derribaré el muro y mi jardín será el parque de recreo de los niños para siempre.

Estaba verdaderamente apenado por lo que había hecho.

Se precipitó escaleras abajo, abrió la puerta principal con toda suavidad y salió al jardín.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 19:59

Pero los niños quedaron tan asustados cuando lo vieron, que huyeron corriendo, y en el jardín volvió a ser invierno.

Sólo el niño pequeño no corrió, pues sus ojos estaban tan llenos de lágrimas, que no vio acercarse al gigante. Y el gigante se deslizó por su espalda, lo cogió cariñosamente en su mano y lo colocó sobre el árbol. El árbol floreció inmediatamente, los pájaros fueron a cantar en él, y el niño extendió sus bracitos, rodeó con ellos el cuello del gigante y le besó.

Cuando los otros niños vieron que el gigante ya no era malo, volvieron corriendo y la primavera volvió con ellos.


-Desde ahora, este es vuestro jardín, queridos niños- dijo el gigante, y cogiendo una gran hacha derribó el muro. Y cuando al mediodía pasó la gente, yendo al mercado, encontraron al gigante jugando con los niños en el más hermoso de los jardines que jamás habían visto.

Durante todo el día estuvieron jugando y al atardecer fueron a despedirse del gigante.

-Pero, ¿dónde está vuestro pequeño compañero, el niño que subí al árbol?- preguntó.

El gigante era a este al que más quería, porque lo había besado.

-No sabemos contestaron los niños- se ha marchado.

-Debéis decirle que venga mañana sin falta- dijo el gigante.

Pero los niños dijeron que no sabían donde vivía y nunca antes lo habían visto. El gigante se quedó muy triste.

Todas las tardes, cuando terminaba la escuela, los niños iban y jugaban con el gigante. Pero al niño pequeño, que tanto quería el gigante, no se le volvió a ver. El gigante era muy bondadoso con todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y a menudo hablaba de él.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 20:00
-¡Cuánto me gustaría verlo!- solía decir.

Los años transcurrieron y el gigante envejeció mucho y cada vez estaba más débil. Ya no podía tomar parte en los juegos; sentado en un gran sillón veía jugar a los niños y admiraba su jardín.

-Tengo muchas flores hermosas- decía, pero los niños son las flores más bellas.

Una mañana invernal miró por la ventana, mientras se estaba vistiendo. Ya no detestaba el invierno, pues sabía que no es sino la primavera adormecida y el reposo de las flores.

De pronto se frotó los ojos atónito y miró y remiró. Verdaderamente era una visión maravillosa. En el más alejado rincón del jardín había un árbol completamente cubierto de hermosos capullos blancos. Sus ramas eran doradas, frutos de plata colgaban de ellas y debajo, de pie, estaba el pequeño al que tanto quiso.

El gigante corrió escaleras abajo con gran alegría y salió al jardín. Corrió precipitadamente por el césped y llegó cerca del niño. Cuando estuvo junto a él, su cara enrojeció de cólera y exclamó:

- ¿Quién se atrevió a herirte?- Pues en las palmas de sus manos se veían las señales de dos clavos, y las mismas señales se veían en los piececitos.

-¿Quién se ha atrevido a herirte?- gritó el gigante. -Dímelo para que pueda coger mi espada y matarle.

-No- replicó el niño, pues estas son las heridas del amor.

-¿Quién eres?- dijo el gigante; y un extraño temor lo invadió, haciéndole caer de rodillas ante el pequeño.

Y el niño sonrió al gigante y le dijo:

-Una vez me dejaste jugar en tu jardín, hoy vendrás conmigo a mi jardín, que es el Paraíso.

Y cuando llegaron los niños aquella tarde, encontraron al gigante tendido, muerto, bajo el árbol, todo cubierto de capullos blancos.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 20:49
Muy al nivel de un conductor de triciclo, pero...francamente, un poco superado, Celtíbera.

Un destino mejor es el que tienen todos los demás cuya vida no es como pilotar un triciclo sin manillar y sin frenos cuesta abajo.

Sí, Celtíbera, ese abultado pero inadvertido y nada bullanguero grupo que vive en silencio guardando en secreto su inmensa felicidad por tener un hogar, un cónyuge muy amado, una familia, una vida llena de equilibrio, madurez, serena y hermosa felicidad plena de matices y que disfruta del paso cadencioso del tiempo que les trae a cada minuto nuevas satisfacciones, nuevos matices y un amor creciente por su pareja y su familia. Y que miran la vida desde la satisfacción de un equilibrio interior eleborado y estable, que les permite disfrutar a cada paso de todo lo que la vida les ofrece, recreándose en los pequeños detalles, que son lo que más valoran, y no sin razón.

Aunque te pudiera sonar lejano, ese mundo existe, y no lejos de cualquiera que tenga ojos para ver más allá de las apariencias. Pues son muchos los que por miedo de perder todo eso, lo disfrazan de una vida corriente, no sea que atraiga la ambición y la envidia de los que no lo tienen.

Te recomiendo muy de corazón que busques ese mundo, y deseo con fuerza que lo encuentres, cosa para la que creo que estás sin duda capacitada a poco que te esfuerces en la buena dirección (buena será la dirección que te acerque a ese objetivo).

Nadie dice que sea fácil. Pero tampoco será difícil para una persona sensible que lee fábulas y sabe de encantamientos, hadas buenas y misterios en lo cotidiano. Te garantizo que hay una puerta a ese camino para cada uno que lo busque.

Saludos
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 21:01
¿pasaría algo si empezásemos por defender esto, jarabo?

http://www.unhchr.ch/udhr/lang/spn.htm

Saludos.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 21:13
Celtíbera, vivmos en un mundo que no está hecho para ingenuos. Los derechos humanos no son nada nuevo, son un invento español del s. XVI, el derecho de gentes.

Lo que es nuevo y una trampa para cada incauto que en el mundo es, es que hay gente que proclama eso y luego actúa al contrario. En la ONU, bastión del progrerío más insustancial donde lo haya, se llenan la boca con esas cosas y luego permiten genocidios en Africa sin mover un dedo (Mr. Cofi Annán). Y latrocinios sin cuento.

Celtíbera, es la misma historia de siempre. Sólo que los enemigos del pueblo no actúan abiertamente, sino que de un tiempo a esta parte lo hacen disfrazados de sus más ardorosos defensores. Eso es lo único nuevo.

Pero Celtíbera, convendrás conmigo en que si en el mundo antiguo los malos eran malos a cara descubierta y se sabía quienes eran, no es menos cierto que nuestros antepasados contaban con menos formación y datos para saber identificarlos. En un mundo lleno de información y preparación, los malos se esconden disfrazándose de buenos, si no no tendrían ninguna oportunidad. A nosotros corresponde la tarea de emplearnos en desenmascararlos, para que no engañen a las buenas gentes de bien.

Por lo que más quieras, Celtíbera, usa las armas del entendimiento que te da esta era, o estarás perdida.

Saludos
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 22:41
Estoy utilizando las armas del entendimiento. Las armas del derecho universal.

Y del todo, Jarabo, sé que no estoy perdida.

Saludos.


Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 23:34
¿qué apostais?
Mañana, cualquier día sale en el en periódico la historia del gigante egoista....


Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El Pais)
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 23:51
pobrecilla, me recuerda tanto a Penélope de la canción de Serrat.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El P
Enviado por el día 1 de Enero de 2007 a las 23:52
Espera y ve.


Saludos.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (El P
Enviado por el día 2 de Enero de 2007 a las 12:29
Muy bueno iptucci!!!

Creo que la sífilis en sus estadios más avanzados produce cuadros similares. Es lo que tiene trabajar en los escaparates de Amsterdam...

Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vicent (
Enviado por el día 2 de Enero de 2007 a las 12:32
Aprovecho desde estas páginas liberales para no regular la prostitución. Sin regularla se está poniendo por las nubes...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel Vice
Enviado por el día 2 de Enero de 2007 a las 12:55
Sarakusta, solemos estar de acuerdo en muchas cosas. Pero en esta no. Creo que debemos ser respetuosos mientras no se demuestre una mala intención. Celtíbera tiende a ser un poco ingenua pero no creo que tenga mala intención.

Saludos.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Manuel
Enviado por el día 3 de Enero de 2007 a las 22:33
Muy bueno Iptucci.

Saludos.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Tren Bala. Man
Enviado por el día 3 de Enero de 2007 a las 22:34
Pero conste, que tan sólo quería contar un cuento.


Saludos Iptucci.