España

Quiero dejar una especie de resumen de mis ideas. Algo así como el “estos diez mandamientos se resumen en dos”..., de los cristianos.

Ante todo que no es posible ser de izquierdas en España, salvo que se sea un indocumentado o un canalla.

Primero. En España la izquierda es una paleo-izquierda, es decir, una izquierda que se reclama de su papel en la guerra del 34-36-39 y de personajes como Juan Negrín, al que es Estado ha homenajeado recientemente (habría docenas y docenas de ejemplos similares que exponer). Pero no hay que recurrir a testimonios de la derecha. Basta haber leído a Manuel Azaña, Indalecio Prieto, Largo Caballero, Jesús Hernández, Enrique Castro, Julián Gorkin y muchos otros exponentes “republicanos”, socialistas y comunistas para persuadirse de que los que se alzaron el 18 de julio lo hicieron con muchísima razón, que les sobraban razones, que ya no había ni república, ni democracia, ni Estado de Derecho ni nada de nada; que el Frente Popular era un amasijo de ladrones y asesinos y que su bandería se convirtió durante la guerra en un instrumento de Stalin, el más grande asesino en serie de la historia. La izquierda en España es irrecuperable y no hay nada que hacer con ella. Desde luego no hay consenso ni diálogo posible con tal gente y además controla al ejército, las policías, la judicatura y la Jefatura del Estado. Han roto España y los españoles, los que quedan, no tienen otra opción que intentar reconstruir una España mutilada en algún rincón de la Península Ibérica y, aún eso, si llega a ocurrir, habrá de ser con sangre, sudor y lágrimas. Si no ocurre los españoles se extinguirán, como se extinguieron los ciudadanos romanos, los atenienses clásicos o los fenicios. Quien se identifique con una izquierda que homenajea a Juan Negrín o a Julián Grimau y sabe quienes fueron Juan Negrín o Julián Grimau (no las historias de hadas que les hayan contado, sino quienes fueron de verdad) es un canalla.

Segundo. Si alguien anda por ahí opinando y no tiene ni idea de lo que ha pasado en el siglo XX, no ha leído a Alexander Weissberg, a Evgenia Ginzburg, a Varlam Shalamov, a George Orwell, a Edward Norton, a Félix Schlayer, et., etc., etc., entonces es un indocumentado que no merece ser tomado en consideración.

Tercero y final. Que nada cabe esperar de la derecha. No insistiré en sus méritos porque ya los he tocado en diversas ocasiones, pero un partido con una clase dirigente que incluye gentes como Manuel Fraga, Mariano Rajoy, Javier Arenas, Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Ana Botella o José María Aznar será un excelente partido socialcristiano o cristianodemócrata, lo que lo hace inútil para mí y, quiero creer, para cualquier liberal, pero, sobre todo, es un partido sin criterio, sin ideas y sin fuerza moral ni intelectual ni aún para una situación óptima, mucho menos para una crisis nacional tan profunda como la que padecemos.