España
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El hombre democrático
Enviado por el día 21 de Enero de 2007 a las 10:42
El hombre democrático hace del dialogo su método de entendimiento. Parte de la idea de la inexistencia de una verdad política absoluta. Todo es opinable porque, en política, todo está en el terreno de lo que los Griegos decían doxa.
El conflicto cumple igualmente su papel y por eso se tiene que asumir y no reprimirlo como hace un regimen totalitario.
La cultura cívica se encuentra en la base de todo. Las personas tienen que tolerar e incluso promover el pluralismo en todas sus facetas. Y se tiene que aceptar tanto quien es diferente como el que es diferente.
Han pasado muchos años desde que nuestra democracia quedó formalmente establecida. La preside una Constitución que contienen derechos y deberes. Disfrutamos de una amplio conjunto de instituciones que, con más o menos acierto, estan dando vida a un regimen democrático. Pero en el fondo queda pendiente la gran pregunta:
¿ Contamos igualmente con una sociedad integrada por ciudadanos realmente democáticos?
Partiendo del supuesto que nadie nace demócrata, sinó que el demócrata se hace a través de su paso por agencias e instancias en que se enseña y se practica la democracia desde la cuna hasta la tumba ( familia, sistema escolar, medios de difusión, grupos de convivencia, partidos político, sindicatos, prensa que se lea, emisora que se selecciona, mensajes que se divulgan, etc...)
¿ estamos realmente delante de ciudadanos con mentalidad democrática para asumir y practicar los valores anteriormente citados?
No se puede cantar victoria delante de esta pregunta. En el tejido social de nuestros días subsisten todavía los que vivieron un entramado valorativo propio del régimen anterior. Los que integran una especie de societat bisagra, diseñada entre el inmediato pasado y el presente radicalmente diferente. Una juventud que tiene unos valores no del todo definidos. La globalización, que a todo impregna, intenta que el consumo, la falta de aprecio por el esfuerzo personal, la fácil conquista, la primacia de lo que se tiene, sean los únicos valores que se asimilan y se practican.
Saludos....:) :) :)
El conflicto cumple igualmente su papel y por eso se tiene que asumir y no reprimirlo como hace un regimen totalitario.
La cultura cívica se encuentra en la base de todo. Las personas tienen que tolerar e incluso promover el pluralismo en todas sus facetas. Y se tiene que aceptar tanto quien es diferente como el que es diferente.
Han pasado muchos años desde que nuestra democracia quedó formalmente establecida. La preside una Constitución que contienen derechos y deberes. Disfrutamos de una amplio conjunto de instituciones que, con más o menos acierto, estan dando vida a un regimen democrático. Pero en el fondo queda pendiente la gran pregunta:
¿ Contamos igualmente con una sociedad integrada por ciudadanos realmente democáticos?
Partiendo del supuesto que nadie nace demócrata, sinó que el demócrata se hace a través de su paso por agencias e instancias en que se enseña y se practica la democracia desde la cuna hasta la tumba ( familia, sistema escolar, medios de difusión, grupos de convivencia, partidos político, sindicatos, prensa que se lea, emisora que se selecciona, mensajes que se divulgan, etc...)
¿ estamos realmente delante de ciudadanos con mentalidad democrática para asumir y practicar los valores anteriormente citados?
No se puede cantar victoria delante de esta pregunta. En el tejido social de nuestros días subsisten todavía los que vivieron un entramado valorativo propio del régimen anterior. Los que integran una especie de societat bisagra, diseñada entre el inmediato pasado y el presente radicalmente diferente. Una juventud que tiene unos valores no del todo definidos. La globalización, que a todo impregna, intenta que el consumo, la falta de aprecio por el esfuerzo personal, la fácil conquista, la primacia de lo que se tiene, sean los únicos valores que se asimilan y se practican.
Saludos....:) :) :)
Re: El hombre democrático
Enviado por el día 22 de Enero de 2007 a las 23:43
En mi opinión ser demócrata consiste en no dar gratuitamente la razón a nadie: ni al gobierno, ni a la población, ni a una persona en concreto, y no imponer la razón de uno a los demás, pero al mismo tiempo respetar que el otro pueda tener razón. Aunque el otro piense distinto, tú no dialogas con él bajo la premisa "tengo razón yo, voy a convencerle", sino que haces "tabula rasa" y no te importa el hecho de que pienses distinto, no tienes un fin claro al comenzar a dialogar porque confías en que el diálogo te abrirá el camino. Creo que eso es ser un demócrata.
Todos los ciudadanos participan en el proceso porque, dando por hecho que ningún mortal tiene la razón absoluta, cuantas más personas participen en ese diálogo que decía antes, más claro será ese camino que se abre. No puede entenderse que un gobierno tenga la razón total aunque lo haya elegido la mayoría, porque la mayoría tampoco tiene la razón total, por eso un gobierno autoritario no es democrático aunque parta de un sufragio. El demócrata respeta las diferencias, no pretende que la población piense de un modo homogéneo ¡jamás!, es más, quiere las diferencias, poder participar en el diálogo partiendo de una tabla rasa.
Bueno, que me emociono. Con respecto a la pregunta de si los españoles somos demócratas, lo cierto es que hay muchos que siempre intentan imponer su razón. Pero yo respeto lo que piense el otro aunque el otro abomine de la democracia.
Todos los ciudadanos participan en el proceso porque, dando por hecho que ningún mortal tiene la razón absoluta, cuantas más personas participen en ese diálogo que decía antes, más claro será ese camino que se abre. No puede entenderse que un gobierno tenga la razón total aunque lo haya elegido la mayoría, porque la mayoría tampoco tiene la razón total, por eso un gobierno autoritario no es democrático aunque parta de un sufragio. El demócrata respeta las diferencias, no pretende que la población piense de un modo homogéneo ¡jamás!, es más, quiere las diferencias, poder participar en el diálogo partiendo de una tabla rasa.
Bueno, que me emociono. Con respecto a la pregunta de si los españoles somos demócratas, lo cierto es que hay muchos que siempre intentan imponer su razón. Pero yo respeto lo que piense el otro aunque el otro abomine de la democracia.