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Los nuevos despotas
Enviado por el día 29 de Octubre de 2004 a las 16:14
LOS NUEVOS DESPOTAS
Debido a la inmigración, hay gente que se esta beneficiando de este fenómeno y que nunca lo reconocerán.
Unos son los caseros, que generalmente tienen un pequeño o mediano patrimonio, compuesto por una vivienda principal, amplía y cómoda y muy bien situada, donde la inmigración no causa problemas, todo lo contrario, solo beneficios, el personal de servicios y limpiezas si son inmigrantes, sale más barato. Luego el rico patrimonio, que al estar compuesta por viviendas situadas en los barrios obreros, las alquilan, a un precio más elevado, de lo que dicta el mercado, aunque la vivienda se encuentre en mala conservación, los inmigrantes las alquilan, para luego realquilarlas a sus paisanos, por eso nos encontramos que en muchos pisos vivan hacinados los inmigrantes, causando problemas de todo tipo, alterando la convivencia, en el bloque o en el barrio donde recalen masivamente estas hordas humanas.
Otros que se benefician de la inmigración son los empresarios, sobre todo los de la construcción, el problema será, cuando decaiga ese sector y entremos en una crisis que se ve venir, no se que haremos con tantas personas, que habrán adquirido unos derechos y un poder, que puede cambiar con el tiempo los destinos de nuestro país.
Luego están los políticos, pero sobre todo los demagogos de la izquierda, que sus perspectivas sobre la inmigración son, un caudal de votos, con cada nueva nacionalidad, que los perpetuará en el poder, o sea todos lo inmigrantes son bienvenidos, aunque vengan a delinquir. La izquierda es irresponsable a exigir y dar papeles para todo el mundo, sabiendo que eso hace de efecto llamada.
Lo peor de todo, es que la factura social y económica de la inmigración, la pagaremos los de siempre, los contribuyentes españoles y toda la culpa la tiene unos políticos temerarios, que han facilitado la llegada de tanta gente para favorecer a estos nuevos déspotas y a sus fines más oscuros.
Emido
www.elcastellanoencatalunya.com
Debido a la inmigración, hay gente que se esta beneficiando de este fenómeno y que nunca lo reconocerán.
Unos son los caseros, que generalmente tienen un pequeño o mediano patrimonio, compuesto por una vivienda principal, amplía y cómoda y muy bien situada, donde la inmigración no causa problemas, todo lo contrario, solo beneficios, el personal de servicios y limpiezas si son inmigrantes, sale más barato. Luego el rico patrimonio, que al estar compuesta por viviendas situadas en los barrios obreros, las alquilan, a un precio más elevado, de lo que dicta el mercado, aunque la vivienda se encuentre en mala conservación, los inmigrantes las alquilan, para luego realquilarlas a sus paisanos, por eso nos encontramos que en muchos pisos vivan hacinados los inmigrantes, causando problemas de todo tipo, alterando la convivencia, en el bloque o en el barrio donde recalen masivamente estas hordas humanas.
Otros que se benefician de la inmigración son los empresarios, sobre todo los de la construcción, el problema será, cuando decaiga ese sector y entremos en una crisis que se ve venir, no se que haremos con tantas personas, que habrán adquirido unos derechos y un poder, que puede cambiar con el tiempo los destinos de nuestro país.
Luego están los políticos, pero sobre todo los demagogos de la izquierda, que sus perspectivas sobre la inmigración son, un caudal de votos, con cada nueva nacionalidad, que los perpetuará en el poder, o sea todos lo inmigrantes son bienvenidos, aunque vengan a delinquir. La izquierda es irresponsable a exigir y dar papeles para todo el mundo, sabiendo que eso hace de efecto llamada.
Lo peor de todo, es que la factura social y económica de la inmigración, la pagaremos los de siempre, los contribuyentes españoles y toda la culpa la tiene unos políticos temerarios, que han facilitado la llegada de tanta gente para favorecer a estos nuevos déspotas y a sus fines más oscuros.
Emido
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Re: Los nuevos despotas, las nuevas vistimas
Enviado por el día 29 de Octubre de 2004 a las 16:18
LAS NUEVAS VÝCTIMAS
Las nuevas víctimas de la emigración son los españoles más humildes, como los parados, trabajadores no cualificados, viudas y pensionistas, que viven en bloques de pisos en la periferia de las grandes ciudades, los llamados barrios obreros, principalmente en los edificios construidos en los años 60 del pasado siglo, donde han quedado muchos pisos vacíos. Hoy ocupados mayormente por inmigrantes, esto no tiene mayor importancia, si la simple convivencia no provocará todo tipo de molestias, encontrándose indefensos, ante las situaciones que provocan esta gente y que va reñido con su tranquilidad y las buenas costumbres de la cuales nos regimos. Hay en bloques, que la presencia de inmigrantes, es muy constante, por ejemplo los africanos, sabiendo que de 20 viviendas que puede ocupar un edificio, aunque solo vivan en una o a lo mejor dos, para que parezca que el bloque es suyo, ya que llegan a vivir, hasta 20 o 30 personas, todos jóvenes y varones, en pisos, donde solo cabrían cinco, y claro al faltarle el espacio vital, están todo el día en la calle, en la portería, en la plaza, en la mezquita, en la estación etc.. Esta comunidad es muy trabajadora, pero carecen de la educación necesaria, para poder vivir en edificios, ya que la procedencia de muchos de ellos, es la selva y vivían en chozas o cabañas. Algunos sudamericanos tienen la costumbre de concentrarse, en una sola vivienda, te puedes encontrar, hombres y mujeres, niños y niñas, viejos y jóvenes, todos revueltos y viviendo en pésimas condiciones.
No vamos a buscar culpables, pero lo que no hay derecho, es tener que aguantar voces, gritos o cualquier discusión y a la hora que sea o ha veintitantos cafres, incívicos y que nadie le ha explicado, que ya no viven en Ýfrica.
Si debajo de tu casa, montan un negocio los inmigrantes, ya puedes ponerte a temblar, no todos ocasionan problemas, pero al no tener horarios y nadie que les llame la atención, pueden cerrar muy tarde. Si es un bar de copas, tu vida se convierte en un infierno. Si es un locutorio, aquello puede convertirse en punto de encuentro de la más diversa comunidad.
Pero lo peor, creo que es tener una mezquita, cerca de tu casa, la verdad, que no se lo deseo a nadie, ni a mi peor enemigo, el ir y venir de musulmanes es constante, ocupando la vía publica y rezando hasta en la calle si no caben dentro, desde bien temprano, empiezan sus actividades oratorias, aparte de servir de refugio a cualquier musulmán, o sea, una pensión con derecho a manutención, con sus mercadeos, formándose corrillos a cualquier hora del día o la noche. Vamos como en Tánger, por poner un ejemplo, pero debajo de tu casa, vamos que te pones a rezar, pero a todos los santos.
Emildo
www.elcastellanoencatalunya.com
Las nuevas víctimas de la emigración son los españoles más humildes, como los parados, trabajadores no cualificados, viudas y pensionistas, que viven en bloques de pisos en la periferia de las grandes ciudades, los llamados barrios obreros, principalmente en los edificios construidos en los años 60 del pasado siglo, donde han quedado muchos pisos vacíos. Hoy ocupados mayormente por inmigrantes, esto no tiene mayor importancia, si la simple convivencia no provocará todo tipo de molestias, encontrándose indefensos, ante las situaciones que provocan esta gente y que va reñido con su tranquilidad y las buenas costumbres de la cuales nos regimos. Hay en bloques, que la presencia de inmigrantes, es muy constante, por ejemplo los africanos, sabiendo que de 20 viviendas que puede ocupar un edificio, aunque solo vivan en una o a lo mejor dos, para que parezca que el bloque es suyo, ya que llegan a vivir, hasta 20 o 30 personas, todos jóvenes y varones, en pisos, donde solo cabrían cinco, y claro al faltarle el espacio vital, están todo el día en la calle, en la portería, en la plaza, en la mezquita, en la estación etc.. Esta comunidad es muy trabajadora, pero carecen de la educación necesaria, para poder vivir en edificios, ya que la procedencia de muchos de ellos, es la selva y vivían en chozas o cabañas. Algunos sudamericanos tienen la costumbre de concentrarse, en una sola vivienda, te puedes encontrar, hombres y mujeres, niños y niñas, viejos y jóvenes, todos revueltos y viviendo en pésimas condiciones.
No vamos a buscar culpables, pero lo que no hay derecho, es tener que aguantar voces, gritos o cualquier discusión y a la hora que sea o ha veintitantos cafres, incívicos y que nadie le ha explicado, que ya no viven en Ýfrica.
Si debajo de tu casa, montan un negocio los inmigrantes, ya puedes ponerte a temblar, no todos ocasionan problemas, pero al no tener horarios y nadie que les llame la atención, pueden cerrar muy tarde. Si es un bar de copas, tu vida se convierte en un infierno. Si es un locutorio, aquello puede convertirse en punto de encuentro de la más diversa comunidad.
Pero lo peor, creo que es tener una mezquita, cerca de tu casa, la verdad, que no se lo deseo a nadie, ni a mi peor enemigo, el ir y venir de musulmanes es constante, ocupando la vía publica y rezando hasta en la calle si no caben dentro, desde bien temprano, empiezan sus actividades oratorias, aparte de servir de refugio a cualquier musulmán, o sea, una pensión con derecho a manutención, con sus mercadeos, formándose corrillos a cualquier hora del día o la noche. Vamos como en Tánger, por poner un ejemplo, pero debajo de tu casa, vamos que te pones a rezar, pero a todos los santos.
Emildo
www.elcastellanoencatalunya.com
