España
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Quien siembra vientos recoge tempestades
Enviado por el día 10 de Noviembre de 2004 a las 09:16
Quien siembra vientos recoge tempestades.
Un jefe de gobierno en el ejercicio legítimo de su gestión ha de tomar decisiones no comprendidas por muchos y no aceptadas por otros, pero es su responsabilidad y a ella ha de atenerse, por lo que las consecuencias a corto o medio plazo de sus medidas le serán reconocidas o censuradas en la medida que hayan afectado a la sociedad.
Un jefe de gobierno ha de relacionarse con todo el mundo en mayor o menor medida, dependiendo de los compromisos, pactos o alianzas que tenga con otros estados. Ha de negociar y llegar a soluciones lo más ventajosas posibles para su país, pero siempre en un marco de armonía, concordia, amistad y avenencia. Y si la avenencia no fuera posible por múltiples circunstancias, lo que nunca se debe perder la concordia ni la amistad.
El señor Zapatero ha tomado unas decisiones no criticables por su fondo, pero si por sus formas. Las decisiones unilaterales que afectan a otros han de tomarse al menos con la suficiente elegancia de hacer llevar los motivos a los afectados o aliados del porque de las mismas; con firmeza y claridad, pero nunca solapadamente.
La actitud desconsiderada del señor Zapatero ante la bandera de barras y estrellas, sólo pudo satisfacer a tres o cuatro resentidos sin ninguna entidad social ni política, pero reprochable para cualquier persona que tenga en la cabeza algo más que la boina, sea de la tendencia que sea.
Y ahora pretender que el señor Bush olvide esos agravios a su país, es además de estúpido de muy poca coherencia. Señor Zapatero, asuma sus errores, y si para usted no fueron errores, que fueron actos de justicia ante el que usted cree una persona no grata, asuma dignamente sus decisiones al respecto, pero no intente ahora decir que donde dijo digo quiso decir Diego. Estos lodos vienen de aquellos polvos
Quien siembra vientos recoge tempestades.
Un jefe de gobierno en el ejercicio legítimo de su gestión ha de tomar decisiones no comprendidas por muchos y no aceptadas por otros, pero es su responsabilidad y a ella ha de atenerse, por lo que las consecuencias a corto o medio plazo de sus medidas le serán reconocidas o censuradas en la medida que hayan afectado a la sociedad.
Un jefe de gobierno ha de relacionarse con todo el mundo en mayor o menor medida, dependiendo de los compromisos, pactos o alianzas que tenga con otros estados. Ha de negociar y llegar a soluciones lo más ventajosas posibles para su país, pero siempre en un marco de armonía, concordia, amistad y avenencia. Y si la avenencia no fuera posible por múltiples circunstancias, lo que nunca se debe perder la concordia ni la amistad.
El señor Zapatero ha tomado unas decisiones no criticables por su fondo, pero si por sus formas. Las decisiones unilaterales que afectan a otros han de tomarse al menos con la suficiente elegancia de hacer llevar los motivos a los afectados o aliados del porque de las mismas; con firmeza y claridad, pero nunca solapadamente.
La actitud desconsiderada del señor Zapatero ante la bandera de barras y estrellas, sólo pudo satisfacer a tres o cuatro resentidos sin ninguna entidad social ni política, pero reprochable para cualquier persona que tenga en la cabeza algo más que la boina, sea de la tendencia que sea.
Y ahora pretender que el señor Bush olvide esos agravios a su país, es además de estúpido de muy poca coherencia. Señor Zapatero, asuma sus errores, y si para usted no fueron errores, que fueron actos de justicia ante el que usted cree una persona no grata, asuma dignamente sus decisiones al respecto, pero no intente ahora decir que donde dijo digo quiso decir Diego. Estos lodos vienen de aquellos polvos
Quien siembra vientos recoge tempestades.
